Apenas unas horas después de que el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, hiciera pública su decisión de adelantar cinco meses la convocatoria de elecciones en la comunidad y fijara la fecha para el próximo 19 de junio, los partidos estaban inmersos en la carrera hacia la conquista de San Telmo. De hecho, el día posterior al anuncio, las principales fuerzas ya dejaban entrever sus intenciones y dibujaban una hoja de ruta que irá perfilándose hasta el 18 de mayo, cuando expira el plazo para la presentación de las candidaturas en cada uno de las ocho provincias andaluzas. En ese momento, comenzará oficiosamente la verdadera batalla, ya que el inicio de la campaña no llegará oficialmente hasta el 3 de junio a las 00,00 horas, prolongándose hasta el día 17.
Con esas fechas bien marcadas en el calendario, y otras en un segundo plano (constitución del nuevo Parlamento de Andalucía el 14 de julio y celebración del debate de investidura, entre el día 29 y el 31 de ese mes), Moreno ha dejado muy claras sus intenciones: concitar una «gran mayoría social» que le permita conformar un Ejecutivo en solitario, descartando así acuerdos con otras fuerzas políticas.
Convencido de que una inmensa mayoría de andaluces quieren que su comunidad siga contando con un «buen Gobierno», que los respete y escuche y no viva en la «confrontación permanente», el popular y claro candidato a la reelección por su partido, afirmó que solo ve dos opciones posibles tras los comicios: un Gabinete «sólido, estable y fuerte» liderado por él, o uno «Frankestein» encabezado por el aspirante del PSOE-A, Juan Espadas, contando con la «amalgama» de comunistas, Podemos y anticapitalistas.
Por su parte, desde Ciudadanos, con Juan Marín como candidato (un socio «leal hasta el final» en palabras del propio Moreno) y tras descartar una lista conjunta con el PP, insisten en que se podía haber agotado la legislatura, al tiempo que empiezan a mostrar su cartas y avanzan que «votarían no» a la investidura de un Gabinete de los populares y Vox porque «no quieren a la ultraderecha en el poder».
Los naranjas juegan con la estabilidad del Ejecutivo en el que han ocupado la Vicepresidencia y varias consejerías a su favor, la misma baza del buen hacer con la que jugará también el PP. Sin embargo, su inexperiencia en la gestión en solitario y la crisis que atraviesan a nivel nacional como partido podrían pasarles factura en las urnas (los sondeos hablan de que pasarán de 21 a dos escaños).
Como tercera fuerza en discordia y, según las últimas encuestas a las puertas de convertirse en un partido clave para la gobernabilidad en Andalucía, está Vox. «Confiamos en nuestra marca de partido y en obtener un resultado determinante para la formación del próximo Ejecutivo regional, sea quien sea nuestro cabeza de cartel», mantenían confiados esta semana los de Santiago Abascal. Los sondeos alimentan sus aspiraciones, al señalar que pasarían de los 12 diputados conseguido en 2018 a 22 escaños en la actualidad.
La posible suma entre PP y Vox superaría holgadamente los 55 representantes en los que está fijada la mayoría absoluta en el Parlamento de Andalucía (las encuestas adjudican a los populares entre 43 y 44 diputados) y permitiría repetir un acuerdo como el de Castilla y León, al que Moreno no es proclive y que quiere esquivar.
Para ello, tendría que firmar el divorcio político con un partido, Ciudadanos, que ha sostenido a su Gobierno con varios acuerdos presupuestarios en la legislatura que ahora termina. Por su parte, Vox adelantaba estos días que, llegado el caso, recurrirá «a una alianza con el PP para impedir que gobierne la izquierda en Andalucía».
Sin mayorías claras
A la espera del resultado que arrojen las urnas el próximo 19-J, los precedentes electorales se imponen a la hora de especular sobre que podría ocurrir en el próximo Ejecutivo de la comunidad.
La ausencia de mayorías absolutas en Andalucía desde 2012 ha llevado a la formación de tres Gobiernos autonómicos de coalición: el de 2012 de los socialistas con Izquierda Unida, el de 2015 de estos con Ciudadanos, y el último, del PP con los naranjas.
Asimismo, las tres últimas elecciones han estado marcadas por la irrupción de distintas formaciones que consiguieron importante representación parlamentaria: Podemos, Ciudadanos y Vox.