Fernando Jáuregui

TRIBUNA LIBRE

Fernando Jáuregui

Escritor y periodista. Analista político


Sánchez, muy seguro, anuncia una 'década progresista'

29/03/2023

Lo escasamente relevante de la remodelación ministerial de este lunes -no lo dice solamente la oposición, ni gente que pasaba por ahí, como yo mismo; lo dicen, casi unánimes, los medios- ha servido, al menos, para que el presidente Sánchez, en una comparecencia sin periodistas que hagan preguntas molestas, nos dejase una revelación antes de emprender vuelo, en su deambular frenético, hacia Pekín: piensa repetir la coalición de la investidura si gana, que no paree dudarlo, las elecciones de diciembre. Porque este país, nos teledijo, necesita una década progresista que restaure los daños del anterior gobierno conservador (de Mariano Rajoy). Y todas estas cosas, que afectan a nuestro futuro, conviene analizarlas.
Primero, Sánchez no puede apostar por una coalición como la de hasta ahora porque, para comenzar, no se sabe aún muy bien, cuando faltan apenas cuatro días para su lanzamiento, si la plataforma de Yolanda Díaz sumará con Podemos o, más bien, quiere restar al contaminante grupo morado de sus filas y de sus apoyos. Es muy difícil aún predecir si estamos ante una pugna total en la izquierda-de-la-izquierda o si, como yo pienso que es más probable, la señora Díaz se acabará sumando, como independiente, socia o coaligada, a un pacto 'de progreso' con el PSOE que disminuya la influencia de Podemos y aumente la de grupos minoritarios como Más País, Compromís o los' 'comunes'. Todo ello, claro, para no hablar de las posibles turbulencias que se deriven de la situación catalana.
Segundo, es palpable el malestar de algunos 'barones' socialistas que, inseguros sobre el futuro que les deparan las urnas, se muestran privadamente bastante críticos ante la deriva de algunas de las 'políticas progresistas' ensayadas en los últimos meses, especialmente desde el área podemita. ¿Cuál es, al final, la definición de 'progresismo'?¿Socialdemocracia al modo tradicional o la revolución de los campus grata a Pablo Iglesias-Irene Montero-Ione Belarra? Porque esta revolución, para decirlo en términos simplificados, se queda sin adeptos: la verdad es que Podemos, sin alfombras rojas ministeriales, sin Yolanda Díaz y con Pablo Iglesias predicando desde los púlpitos de los micrófonos, se queda en bastante poca cosa.
Tercero, decir, como ha dicho el presidente Sánchez, que está encantado con el funcionamiento de su equipo ministerial, es, cuando menos, algo inveraz. Las tensiones y las colisiones internas, la confusión, los manejos, la escasa transparencia y la deficiente empatía con el ciudadano medio hacen que la trayectoria del Ejecutivo se vea empañada en algunos de sus también obvios logros, especialmente en el campo internacional, pero también, en parte, en el económico.
Y claro que Sánchez debe dar un giro hacia una mayor capacidad de mano tendida hacia el otro lado, en lugar de profundizar en el abismo que separa, cada día más, a las dos Españas. Porque, cuarto, para que salgan adelante los planes del presidente de reeditar a Frankenstein tiene que darse otra condición: que gane las elecciones generales tras sortear la valla de las municipales y autonómicas. Y eso, me atengo, para lo que valgan, a las encuestas, sigue sin estar tan claro. No tan claro, desde luego, como para que Sánchez fije su horizonte político en La Moncloa, y con estos socios, nada menos que en 2028.