Logroño, una ciudad hecha para correr

Pablo Sáenz
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La capital riojana ofrece un amplio abanico de zonas para hacer 'running'. Distintos clubs y deportistas enumeran sus rutas predilectas

La imagen de gente corriendo por los parques de Logroño es cada vez más común. - Foto: Óscar Solorzano

Se suele decir que los fines de semana son para descansar. Que se lo digan a los aficionados de las deportivas y el asfalto, los famosos runners. Si hay una tribu urbana que no entiende de frenos o de la filosofía slow life, son ellos, correcaminos incansables. En Logroño, distintos clubs y asociaciones deportivas realizan quedadas semanales, pero sobre todo aprovechan los domingos para quemar la energía sobrante de la semana y sumar kilómetros en sus contadores personales con rutas alternativas. Hay quienes prefieren circuitos urbanos y otros por la montaña para trotar. Asfalto o camino, todos celebran la 'suerte' de poder practicar este deporte con un amplio abanico de rutas en la capital riojana y sus alrededores.

Según la Encuesta de Hábitos Deportivos en España en 2020, del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, correr es el cuarto deporte más practicado en España, por detrás de la gimnasia, el ciclismo y el senderismo o montañismo. El running no exige grandes requerimientos ni inversiones. Lo esencial: unas deportivas, un chandal y ganas de acelerar el ritmo. Lo demás son complementos, más o menos necesarios, pero no imprescindibles. 

Luis Blanco, miembro de la Asociación Corre que te pillo, conoce muy bien ese impulso que le lleva a atarse los cordones y desgastar suela. Lleva 20 años corriendo por Logroño y a lo ancho y largo de La Rioja. Asturiano de nacimiento, el amor le trajo a la región, y desde entonces no ha dejado de practicar este deporte. Blanco reconoce que «uno puede correr por prácticamente cualquier sitio». Entre sus rutas predilectas destaca La Navarreteña, por el Camino de Santiago, la vuelta al Pico del Águila o la subida al Cortijo. En suelo urbano suele trazar un recorrido que avanza por Avenida de Burgos desde la rotonda de El Arco, da la vuelta al perímetro de la Guardia Civil y sube a la viña del Burro de Oro. 

En Corre que te pillo quedan los martes y jueves en el Parque de San Miguel, junto a la 'Ñ'. «En verano hacemos la vuelta a la Grajera y en época más invernal, Lardero», señala. Una alternativa es la vuelta a Logroño por el Parque del Ebro y Cascajos, una ruta circular sin salir de la ciudad. Además, este asturiano aprovecha los domingos, junto con otros corredores, para realizar rutas de 'trail' por la sierra de La Rioja, un plan más agradecido que rompe con su rutina. 

La Navarreteña es la ruta típica del Club Maratón Rioja, apunta Jorge Maza, su director. Cada domingo se citan a las 9,30 horas frente a los cines 7 Infantes. Avanzan hasta La Grajera y suben y bajan por el Camino de Santiago hasta Navarrete y vuelta a Logroño.

Corredores con suerte. «Cada uno tenemos nuestras rutas y nuestros objetivos», apunta el director del club, quien habitúa a entrenar por La Grajera, aunque su ruta favorita es la vía romana por Varea, que «da mucho juego». Este logroñés valora su suerte. «Somos muy privilegiados de vivir en Logroño, tenemos un amplio abanico de zonas para correr», celebra. Entre otras, apunta la ribera del Iregua y del Ebro como «buenas zonas» en las que calentar motores y poner el cuerpo a tono.

En Beer Runners Logroño el entrenamiento no concluye hasta que han empinado el codo con una cerveza. Quedan los miércoles a las 19,30 horas y después de entrenar  45 minutos, concluyen con una ronda de cervezas reglamentaria en la Plaza Fermín Gurbindo. Así hacen honores a su nombre. Los domingos también se dan cita, ya que «tienes más tiempo y hacen otras rutas diferentes», señala Esteban Rodrigo, capitán del club.

La lista de rutas de Rodrigo es variada. Entre sus favoritas están la vuelta a La Grajera, que es «muy agradable rodeando el embalse»; la subida al Cortijo, que «viene bien para hacer un poquito más de fuerza y cambiar de terreno»; la Pila, el Águila y la Coronilla, una ruta «más de 'trail' en entorno natural»; la subida al Monte Cantabria recomienda hacerla al atardecer «porque en un día despejado ves hasta el San Lorenzo nevado»; o la vía romana, «desde la Universidad hasta Villamediana, Albelda, Alberite o donde uno quiera». La predilecta es la ruta de las huertas de Varea: «No hay muchos coches, es muy tranquila y en un entorno natural, rodeado de campos y hortalizas».

Los más de 200 miembros de este grupo celebran la suerte de correr en Logroño, con muchos clubs y varias carreras al año. Compitan o no, todos encuentran en este deporte la excusa perfecta para ponerse en forma, superar retos, desconectar, evadirse de la rutina o disfrutar de los paisajes y el entorno. Todo a velocidad del running.

¿Cuánto cuesta ser 'runner'?

Salir a correr es uno de los deportes más baratos. Tan solo requiere de unas deportivas y ropa técnica y cómoda como un chandal para su práctica. Según el estudio 'Percepción y hábitos de los corredores y corredoras españoles', realizado por Cinfasalud y avalado por la Sociedad Española de Medicina del Deporte en 2017, los runners españoles invierten una media de 39,6 euros al mes en su práctica deportiva, es decir, un total de 475 euros al año.

Por complementos, las zapatillas específicas para el running son el artículo que más se usa para correr –las emplea el 86%–. Les sigue la ropa técnica deportiva (75,5%) y los auriculares (58,5%). Además, el estudio señala que la mitad de los runners (50,2%) lleva sale a correr con el móvil bien para escuchar música o para utilizar aplicaciones que registran sus sesiones con kilómetros recorridos, velocidad, tiempo, calorías quemadas y un largo etc. de inputs vinculados con la práctica.