Valdezcaray espera mantener pistas abiertas en Semana Santa

Feli Agustín
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Después de una buena temporada, invertirá 600.000 euros para contar en verano con un 'bike park', lo que le permitirá mantener en nómina a la mitad de los fijos discontinuos

Foto de archivo de la estación de Valdezcaray - Foto: Gobierno de La Rioja

Con entre 15 y 70 centímetros de espesor y la mitad de las pistas abiertas, Valdezcaray confía en que la lluvia prevista estos días, llegada con la borrasca Celia, respete la nieve y les permita mantener la estación abierta hasta el 18 de abril, Lunes de Pascua, lo que les garantizaría una Semana Santa con esquiadores. Así lo avanza su gerente, Jorge Lladó, que señala que, a pesar de que se encuentran al 50%, hay más nieve que en la media de la temporada. «No ha nevado en condiciones desde el 23 de noviembre, después en Reyes, y hasta la semana pasada no había vuelto a hacerlo», relata Lladó, que recuerda que ha habido épocas con «tres o cuatro» pistas abiertas frente a las 12 actuales, cuatro verdes y el mismo número de rojas y azules para sumar 11 kilómetros esquiables. 

Pero «a pesar de la poca nieve que hemos tenido» la temporada ha ido «muy bien», a lo que ha ayudado la fabricación de los 150.000 metros cúbicos de nieve producidos, fundamentalmente en enero, lo que permitió ir abriendo pistas, de las que la estación cuenta con 26. «Nos hemos mantenido en enero y febrero con la nivel fabricada, y hemos registrado unas cifras de esquiadores muy buenas para tener únicamente cinco kilómetros de los 22 esquiables», relata el gerente de Valdezcaray, que informa de que se ha superado el número de 60.000 visitantes, cifras «buenas» si hubiera estado toda la estación abierta, pero «todavía mucho mejores» con una media de cinco kilómetros esquiables de los 22 de Valdezcaray.

El gerente de la estación atribuye estos notables datos a las «ganas» de los aficionados de la nieve y, sobre todo, de muchos principiantes, el público más adecuado para las características de las instalaciones este invierno. «Ha estado genial, hemos recuperado después de dos años la campaña con Caja Rioja con más de 2.000 estudiantes que tenían contacto por primera vez con el esquí», cuenta el gerente, que añade que se han sumado a estos 3.000 alumnos de otros colegios de La Rioja, Vitoria y otras comunidades, particularmente de los tres primeros cursos de ESO, que han disfrutado de la buenas condiciones climáticas.

Valdezcaray confía en alcanzar los 75.000 visitantes de 2019 «con mucha menos nieve», gracias también a las buenas cifras generadas a las vacaciones escolares de este mes, que llevaron a la estación alrededor de 5.000 personas.

«Ha salido el sol, con nieve recién caída, y ha sido el mejor fin de semana para los expertos, que han podido esquiar fuera de pista y en pistas negras; han disfrutado muchísimo de la calidad de la nieve», explica Lladó.

Y los buenos datos de la temporada pueden prolongarse si se concreta de cara al verano la principal acción prevista dentro del Plan  para desestacionalizar Valdezcaray, que pretende convertirse en un gran centro turístico de montaña con opciones deportivas y de diferentes actividades durante todo el año. Lladó recuerda que, dentro de los  Planes de Sostenibilidad Turística en Destino, que pone en marcha el Ministerio, la estación va  a recibir 1,1 millones de euros para modernizar las instalaciones y construir un bike park.

El bike park. La intención de Lladó es contar con este nuevo dispositivo en verano. ¿De que se trata? Pues, en líneas generales, se considera un bike 0 a una estación de esquí  que en verano se adapta a los descensos en bici.

«Utilizamos los telesillas, pero en vez de subir esquiadores, subimos ciclistas y sus bicicletas, les transportamos hasta arriba y, desde allí, bajarán por los senderos habilitados», explica Lladó, que relata que en estos recorridos se introducirán diferentes obstáculos que tendrán que sortear los ciclistas.

El objetivo es mantener el turismo familiar «que viene en invierno para esquiar y vuelva en verano para las bicicletas» y la intención es que la instalación, ya en periodo de contratación, comience a construirse una vez concluida la temporada invernal.

«Nos gustaría que estuviera para le verano», resalta Lladó, que informa de que el coste de su habilitación son 600.000 euros, que se suman a lo invertido en la modernización del control de los accesos, cuyo funcionamiento se probará esta semana, «después de ponernos a la vanguardia». La estación cuenta con 7 trabajadores fijos y 24 fijos discontinuos, de los que calcula que al mitad podrán mantener su empleo en verano, además de otros 40 eventuales. Estima que, de forma indirecta, da empleo a otros 200 trabajadores.

 

En Ezcaray. Igual de satisfecho se encuentra el alcalde de Ezcaray, Gonzalo Abajo, que cuenta que el domingo la estación «estaba a tope» y manifestaba su deseo de que se pueda estirar la apertura hasta Semana Santa.

«La temporada va siendo buena», destaca el alcalde, que resalta que se había podido abrir en el puente de la Constitución, una circunstancia que no se producía desde hace ocho años.  Asegura que esta buena sesión «se ha notado en el pueblo, con mucho ambientazo los fines de semana desde finales de noviembre», afluencia que ha supuesto una importante ventaja a la hostelería y el comercio local, que «lo llevan bien».

«Y la industria también, que viene gente y todo cuenta, todo suma; no nos podemos quejar», afirma Abajo.

También el gerente de Valdezcaray, que cuenta con un presupuesto anual de 1.470.000 euros, está satisfecho de los ingresos. «La afluencia ha sido muy buena, sobre todo de principiantes, que además de comprar el forfait, alquilan equipo y toman clases, por lo que las escuelas de esquí han tenido mucho trabajo, más que los últimos años», relata Jorge Lladó.

Y coincide con el alcalde en que los visitantes «comen en Valdezcary, contratan un profesor en Valdezcaray y compran en Valdezcaray», pero no solo eso, sino que, de camino a la estación, «uno echa gasolina en Haro y otro se aloja enSanto Domingo», lo que le hace reflexionar que el beneficio se extiende a lo largo de las arterias que conducen a la estación de esquí.