El Calahorra despidió el sábado una de sus mejores temporadas en su centenaria historia. El equipo riojano se despidió con derrota por 1-2 ante el Talavera pero el curso de los de Eduardo Docampo es de nota. Los rojillos, hasta la semana pasada, pelearon por el ascenso a Segunda, un jalón que solo han alcanzado en dos ocasiones: en la 2000-01 y en la 2020-21.

El conjunto riojabajeño perdió con un Talavera desahuciado, con Lander Yurrebaso firmando el tanto 48 de los rojillos. Tras un mal arranque (un punto de nueve), los calagurritanos supieron rehacerse hasta el punto de llegar a las últimas jornadas con opciones, reales, de fase de ascenso.

Curiosamente, en La Planilla se dijo prácticamente adiós al 'play off'. Los de Eduardo Docampo merecieron mucho más ante el DUX en la jornada 34 pero acabaron perdiendo (1-2). Ante el Rayo Majadahonda en la jornada 36, de nuevo en caso, los rojillos también se fueron de vacío (0-1). Y ayer, en un partido sin historia, tampoco se ganó (1-2). Estos tres tropiezos ni empañan la evaluciación ni hubieran permitido que los de Eduardo Docampo pelearan por el ascenso.

Los aficionados rojillos recordarán los numerosos errores arbitrales de la temporada, a modo de goles anulados por dudosos (o inexistentes) fueras de juego  o por no ser validados pese a haber entrado como en Badajoz. El Calahorra tampoco ha estado diestro en la ejecución de penaltis. Pero, con todo, su nota sigue siendo excelente.

El partido del sábado fue el último para muchísimos integrantes de la plantilla calagurritana. La gran mayoría de ellos se ha revalorizado y será imposible que continúen en La Planilla. Es el caso de jóvenes sub'23 como Carlos Vicente, máximo anotador del equipo, Jesús Álvarez, la brújula en el centro del campo, o el propio Jorge MartínezLosa, damnificado desde la visita a Tudela. Su lesión es, sin duda, la peor noticia de la temporada. También será difícil que continúen veteranos como Zabaleta, Madrazo, Manu Ramírez o Mario Gómez, futbolistas básicos en el esquema de un Eduardo Docampo que, en su regreso al fútbol español, también se ha revalorizado.

El Calahorra afronta su enésima reconstrucción, consciente de que igualar, por su centenario, los logros de los últimos años es misión casi imposible.