El triple podio científico de Diego

G.B.
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Un estudiante del instituto logroñés Escultor Daniel logra un hito al ganar las medallas de oro en las olimpiadas autonómicas de Matemáticas y Física y la de plata en la de Química

Diego Manso, en un aula del instituto Escultor Daniel, donde estudia segundo de Bachillerato. - Foto: Óscar Solorzano

Donde muchos alumnos ven asignaturas 'hueso', Diego Manso Anda, estudiante de segundo de Bachillerato del instituto logroñés Escultor Daniel, encuentra materias atractivas en las que se mueve como pez en el agua. Lo ha demostrado con creces en las olimpiadas autonómicas de temática científica, donde ha logrado un hito, que alguno de sus profesores se atreve a calificar como único, al conseguir las medallas de oro en Matemáticas y Física y de plata en Química. Con la satisfacción lógica por el éxito alcanzado, Diego, de 18 años casi recién cumplidos, recuerda que desde muy pequeño tenía interés y facilidad para las Matemáticas y en general para todas las materias que tienen que ver con la ciencia, aunque tampoco desdeña las asignaturas de letras. Como no podía ser de otra manera, su futuro académico el próximo curso en la universidad se lo plantea vinculado a carreras de ciencias. A Diego le gustaría cursar el doble grado de Matemáticas y Física, aunque advierte de que hay pocas plazas por lo que la nota de corte es alta «y no sé si llegaré», comenta con una cierta modestia que desmiente su expediente académico, plagado de sobresalientes desde los primeros niveles escolares. De conseguir su sueño de matricularse en ese doble grado, el destino ideal sería o bien Madrid o Barcelona, aunque apunta que hay también otros campus de calidad para estudiar esas materias, como el de Asturias o Zaragoza. Con un futuro tan prometedor en el mundo de las ciencias, su salida profesional ideal sería la investigación, aunque tampoco descarta la docencia, que también le atrae. Con tal atracción por la Física y las Matemáticas desde pequeño, no extraña que uno de los personajes de la historia que más admiración le hayan suscitado desde pequeño sean el físico Albert Einstein o el matemático Euler, por ejemplo. «Son grandes genios a los que admiro muchísimo y es impresionante leer lo que han hecho».

 

Talento y preparación. Para subirse al podio de las olimpiadas de ciencias de forma tan apabullante como ha hecho Diego, resulta innegable que es preciso un talento innato. De nuevo en tono modesto, el brillante estudiante del Escultor Daniel admite la predisposición natural influye hasta cierto punto. «Supongo que algo de talento habrá», pero cuenta también mucho la preparación. «Hay muy buenos profesores aquí que me han estado preparando para las olimpiadas de Física y Química y en la Universidad para la de Matemáticas; la constancia y la preparación es lo que más cuenta para este tipo de exámenes», apunta. Tener buena cabeza para los números y las fórmulas químicas no significa desechar las materias de letras. «Se me dan peor, pero no voy especialmente mal en letras. Me gustan mucho también la Historia y la Filosofía», comenta Diego Manso, que ha recibido la felicitación de sus compañeros, tras los éxitos en las tres pruebas. Por delante están las olimpiadas nacionales y, si todo va bien, las internacionales, que son pruebas con mayor dificultad que las autonómicas. Pero el estudiante del Escultor Daniel no las encara con miedo ni con una responsabilidad extra por acudir en representación de La Rioja. Al revés, a Diego competir con otros jóvenes de similar nivel y aficiones le suscita interés, «porque es posible que conozca a gente con la que luego coincida en la carrera». La olimpiada de Matemáticas se celebró hace un mes, la de Física hace unas dos semanas y la última medalla, la de plata en Química, llegó el pasado día 3. El triplete en el medallero estuvo a punto, incluso, de ser aún más brillante, ya que en la prueba de Química la diferencia de puntuación con el ganador del oro fue pequeña. En cualquier caso, no significa ni que esa materia le atraiga menos, ni que se le dé peor. Destacar de manera tan brillante en los estudios no significa sacrificar otras actividades propias de su edad. A Diego le atrae el deporte en general, juega al tenis y sale a correr con frecuencia, pero también la lectura. Y los gustos literarios han ido cambiando con la edad. De más pequeño, le interesaba la ciencia ficción y ahora prefiere libros de temática más académica, como los de la colección Un paseo por el cosmos, de la revista científica National Geographic, a los que dedica ahora el tiempo libre que le dejan los estudios y sus otras aficiones.

 

Orgullo, esperanza y resignación. Si al director del instituto Escultor Daniel, César Vázquez, se le pregunta qué supone para el centro tener un alumno tan brillante como Diego Manso, responde con un sentimiento triple: orgullo, esperanza y resignación. Lo primero parece obvio, dado el éxito logrado en las olimpiadas científicas. Su esperanza radica en que en un mundo tan condicionado por la tecnología «sigue habiendo personas que encuentran satisfacción en enfrentarse a problemas y ampliar sus conocimientos». Y la resignación tiene que ver con la constatación de que si Diego fuese un futbolista destacado tendría multitud de clubes dispuestos a ficharle «y sin embargo a nuestras estrellas en ciencia no les ofrecemos nada», señala Vázquez.