En El Cortijo no sube el pan

Javier Alfaro P.
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El barrio ultraperiférico de la capital sobrevive sin tiendas, ni bancos y escasa conexión con la ciudad donde sus vecinos pagan impuestos

Zona en la que se encuentra la báscula municipal, el área de juegos infantiles y un restaurante, que será peatonal. - Foto: Ingrid

Es un barrio más de la capital riojana con la apariencia de cualquier pequeño pueblo o aldea de La Rioja más rural. Perteneciente a Logroño, teóricamente debería de beneficiarse de todos los servicios municipales. Sin embargo, la realidad que perciben sus dos centenares de vecinos, residentes a 7,7 kilómetros del Ayuntamiento, es otra.

Llevan años sin oficina bancaria y «desde hace 3 meses, tampoco tenemos tienda porque la mujer que lo llevaba lo dejó», indica Elisa Ruiz, vecina del barrio y vocal de la Asociación Vecinal El Cortijo. Así que para comprar básicos como una barra de pan, una docena de huevos o un brick de leche deben bajar al casco urbano de Logroño o realizar pedidos a domicilio que «algunos supermercados cobran el doble que en cualquier otra zona».

Tampoco pueden subir comercios móviles ya que «la venta ambulante está prohibida en Logroño y se tendría que hacer una excepción mientras se soluciona, que creemos que va a ser pronto». De hecho, Ruiz apunta que, al ser conocedor de este hecho, en una reunión mantenida en el Ayuntamiento el pasado martes 28, «el alcalde se quedó muy sorprendido, porque lo que planteamos son cosas muy básicas». En algunos casos, «simplemente falta mantenimiento».

Edificio municipal de usos múltiples en el que se encuentra el consultorio médico, que carece de climatización.Edificio municipal de usos múltiples en el que se encuentra el consultorio médico, que carece de climatización. - Foto: Ingrid

El edificio municipal que sirve para usos múltiples y como consultorio médico no tiene climatización: ni se puede refrescar en verano, ni calentar en invierno, «así que, imagínate para quitarte la camisa estos días para que te ausculten; además, que hay pocas citas y como mínimo hay que esperar dos semanas para que te vean. Para las analíticas vamos a El Cubo».

Tiene la sensación de que a los responsables públicos les falta «recorrerse más El Cortijo», algo que ejemplifica en que «en la reunión que tuvimos con el alcalde (el día 28) le contamos que la tapia del cementerio se estaba cayendo y al día siguiente vinieron a solucionarlo».
Lo más inmediato que va a llegar «es tapar baches, que hay un montón, hasta en el frontón que está de pena, y la peatonalización de la zona del parque infantil, de momento como proyecto piloto no sé si con vallas o con macetas, y a futuro con hormigón impreso como empezaron a hacer con algunas calles antes de la pandemia».

Otra de las reclamaciones es la instalación de una polipista deportiva y el traslado de la báscula de pesaje a las afueras del barrio, «porque en vendimia esto se llena de tractores cargados de uva, justo al lado de los columpios infantiles».

La única tienda con la que contaba el barrio cerró en diciembre de 2022.La única tienda con la que contaba el barrio cerró en diciembre de 2022. - Foto: Ingrid

 

Sin planta de compostaje. Tras el anuncio de Medio Ambiente de la instalación de una planta de compostaje en la zona, la asociación vecinal consiguió el compromiso del equipo de Gobierno de «no ponerla aquí y buscar un lugar más adecuado», afirma Ruiz. La vecina comenta que ya han tenido «aquí al lado, un vertedero durante 25 años, con los olores y los problemas que generaba, y aquí no queremos más basuras», subraya.

El barrio sí cuenta con el punto limpio móvil una vez a la semana y carece de contenedor marrón, «al igual que en otras zonas».

Elisa Ruiz, vecina de El Cortijo, señala el mal estado del pavimento del barrio junto al frontón.Elisa Ruiz, vecina de El Cortijo, señala el mal estado del pavimento del barrio junto al frontón. - Foto: Ingrid

Precisamente, «lo único que no nos falta es la limpieza y basuras, con unos barrenderos que llevan muchos años y son bien majos, y también los controles de la Policía Local en la carretera, estamos muy seguros aquí», aseguran en el barrio.

 

Viajes limitados. El barrio más ultraperiférico de Logroño vive mucho de los domingueros y del buen tiempo, cuando se llena de gente que sube a las huertas, piscinas o a pasear. Sin embargo, el transporte público es «deficiente».

«El autobús no es rentable, pero los servicios públicos no tienen porqué serlo, quizá puedan adaptar el sistema, porque hay 4 o 5 conexiones al día y la última es a las siete de la tarde, tampoco hay búho ni siquiera en fiestas», apunta Ruiz. El servicio de taxis tampoco convence, porque hay carreras «con precios muy dispares y un sábado por la noche están cobrando incluso 25 euros, que nos han recomendado que se pida el ticket porque no cuadra con lo oficial».

Iván Sánchez, residente en verano en una finca de la carretera de El Cortijo, plantea «una tarifa fija de taxis subvencionada» o microbús «a demanda, como en otros sitios, con alguna parada más para volver, a las 10 o 12 de la noche y de madrugada, que puedas avisar con un par de horas y lo activen», idea.