Cantera de maestros

Bruno Calleja Escalona
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En el germen de la Universidad de La Rioja, el edificio Vives conserva entre sus muros el espíritu de la vieja Escuela de Magisterio, que en su día formaba a chicas y chicos por separado

Cuatro chicas posan frente a la Escuela de Magisterio, en una imagen tomada en los años 70. - Foto: Blog Mi Logroño de cristal

Formar a quienes serán formadores es una de las facetas más nobles de la universidad. Y el campus riojano tiene ya una larga trayectoria en capacitar a docentes. El Edificio Vives alberga hoy parte de la Facultad de Letras y de la Educación de la Universidad de La Rioja. Sus muros, de aspecto moderno, atesoran mucha historia académica, ya que el inmueble fue en su día Escuela de Magisterio o Escuela Normal de Maestros, antes de desaparecer como tal.

Pero la trayectoria de la Escuela de Magisterio se remonta tiempo atrás. Se fundó en 1857 en el Convento de Carmelitas, hoy instituto Sagasta. En el proyecto de Luis Barrón, de 1894, ya contemplaba una nueva sede. La Escuela Normal de Maestros desapareció el 28 de septiembre de 1901 y el 14 de octubre de 1910 se refundía como Escuela Normal Superior de Maestros. El nuevo edificio se levantó en suelo que había pertenecido a la Diputación. Su diseño comenzó en 1957 a cargo de Víctor Romanos, delegado de Educación; Francisco Navarro, arquitecto del Ministerio; y Jaime Carceller, arquitecto municipal de Logroño, como relata el cronista Jerónimo Jiménez.

La inauguración por parte del obispo Abilio del Campo tuvo lugar el 17 de diciembre de 1960, con todas las autoridades presentes. El inmueble, con dos alas simétricas para chicos y chicas, tenía en el centro un gran salón de actos, con un mural de Francisco Sebastián. Las nuevas instalaciones entraron en servicio en el curso 1960-61. El 16 de septiembre de 1969, la directora de la Escuela Juan Luis Vives pedía permiso al Ayuntamiento para levantar un polideportivo junto a la escuela. En 1970 el edificio era reformado. En los niveles superiores estaban las clases de los estudiantes de magisterio y en los inferiores la escuela propiamente dicha. En la planta baja se situaba el parvulario, un gimnasio y el comedor, que daba leche gratis a los alumnos como desayuno antes de las clases. En el primer piso se ubicaban las clases de 1º a 4º de primaria y en el segundo, las de 5º a 8º, además de los despachos de los directores. En los pasillos había vitrinas con libros y juguetes. Las aulas acogían grupos de 40 a 42 alumnos. En el curso 1978-79, la enseñanza separada por sexos quedó atrás y se hicieron los primeros grupos mixtos.

La antigua Escuela de Magisterio, convertido hoy en el Edificio Vives del campus de la UR.
La antigua Escuela de Magisterio, convertido hoy en el Edificio Vives del campus de la UR. - Foto: Ingrid
Tras años de funcionamiento, Magisterio cerró sus puertas y su escuela se transformó en el colegio Caballero de La Rosa, inaugurado en 1986. El edificio quedó adscrito al campus de la UR y es hoy una de sus sedes.