Tras toda una vida dedicada a la costura y las indumentarias tradicionales, Ana María Medina Bazo (Logroño, 1941), insignia de San Bernabé 2009, sigue al pie del cañón difundiendo sus conocimientos sobre las vestimentas tradicionales riojanas.

«Creo que me premiaron porque descubrimos y popularizamos el llamado botón de Varea, una insignia del siglo XII que Urbano Espinosa sacó del pajar de una casa en 1988, porque hasta su descubrimiento lo que se utilizaba comunmente era el botón charro; y hay dudas y apenas se sabe de él, porque es un poco grande para botón pero pequeño para pasador», indica.

Sigue contanto la tradición riojana a través de la vestimenta. Le llaman de colegios, ayuntamientos, centros culturales... «Yo tengo más en la cabeza de lo que hay escrito. Me están ayudando en el PR+ a escribir cosas y a hacer presentaciones a partir de mis apuntes, aunque los tengo tan revueltos que nadie se atreve a hacerlos libro». 

Una relación, suma de varios factores. «Cuando se empezó a popularizar el botón, hubo un cambio político en el Ayuntamiento y a alguien le pareció que la cultura riojana no iba con ellos y enterraron la promoción de esta insignia. Yo ya llevaba tiempo estudiando, investigando, cosiendo y contanto la historia de nuestra indumentaria tradicional y no creo que la cultura riojana sea algo político pese a los que se empeñan en que se olvide».

Defiende tanto la cultura, costumbres y tradiciones riojanas junto con la difusión de la historia regional que, «cuando González de Legarra me ofreció ayudarme a difundir lo que yo sabía a través del Partido Riojano le dije que sí. Yo hasta entonces lo más que había podido hablar de los trajes había sido con Ana Orúe en su programa de televisión. Nos guste o no, parece que el Partido Riojano son los únicos que no se avergüenzan de nuestras costumbres por mucho que ahora casi todos se digan riojanos y de La Rioja». Además, reconoce que tiene a Rubén Antoñanzas, presidente del PR+, como «maniquí; porque yo le digo lo que se tiene que poner y cómo llevarlo y lo luce todo con esmero».

La costura es su vida. Comenzó cosiendo con 12 años «por tres pesetas diarias» en diferentes empresas hasta que a finales de los 90 abrió su propia tienda en la plaza de Abastos. «Es cierto que hacer trajes antes era mi negocio en Mi Costura, me daba de comer y, a veces, hasta con postre, pero difundo todo lo que sé porque folcloristas hay muy buenos pero lo que no hay es indumentaristas que sepan de La Rioja»

«Creo que cada cual debe vestirse con el traje típico regional de su localidad en cada celebración, no solo quienes danzan, lo reivindico en todas las fiestas para recuperar nuestras indumentarias tradicionales, no solo en San Bernabé o San Mateo sino también en San Isidro o la Virgen de la Esperanza», destaca.