Todos los actores del sector en La Rioja coincide en que el método de propulsión del vehículo -energías fósiles o electricidad -no afecta a las factorías de componentes riojanas, porque proveen a los fabricantes de componentes, como reposacabezas o paragolpes, necesarios para todo tipo de automóviles.

En Europa, los coches eléctricos o híbridos suponen alrededor del 15% de las ventas, cifras de fabricación, según informa Daniel Rueda, del clúster del automóvil, que no se alcanzan en España. «Estamos descompasados», constata, al tiempo que afirma que en Europa ya funcionan fábricas de baterías y en España «solo tenemos noticias, no hechos consumados», cuando lo que necesita el mercado son «decisiones concretas y fiables».

Entiende que introducir una nueva industria, como la de  baterías, sería beneficioso para la industria y estima que España tiene capacidad para albergar «dos o tres fábricas» y razona que «siempre es positivo»  contar con «industrias afines a la tuya».

El hecho de que el primer Proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (PERTE) que, con fondos europeos, va a poner en marcha el Gobierno de España sea de automóvil lo considera como un espaldarazo para el sector, aunque insiste en que la industria -todos los fabricantes han presentado proyectos-, está esperando a que se clarifique el escenario. «Siempre es positivo que se generen estas noticias, pero necesitamos que se concreten», apela Rueda, que espera conocer la fórmula que facilite a las empresas participar en ese «megaproyecto».

Carlos Alfaro, de UGT, coincide en la bondad de la instalación de esta nueva línea de negocio porque «lo único que podemos hacer es crecer» habida cuenta de que las factorías de componentes en La Rioja no fabrican piezas para motor. «Si se producen coches, las factorías riojanas, funcionan», destaca. 

Respecto al PERTE, Rodrigo Alfaro, de CCOO, entiende que «todo lo que ayude a mantener a los fabricantes en España» beneficia a los componentes en La Rioja. 

«El futuro será el coche eléctrico y será bueno que se fabriquen en España, porque los de combustión van a ir menguando,», vaticina.

Los talleres. A pesar de que Carlos Alfaro  no detecta «ninguna apuesta clara» desde alguna de las factorías instaladas en La Rioja por captar producciones vinculadas con el coche  eléctrico, destaca que hay que adaptarse a su llegada.

Al respecto de la futura fabricación de este tipo de vehículos, alerta de que «entre todos deberíamos darle una vuelta» a las nuevas exigencias de los talleres de reparación, que van a necesitar nuevas herramientas y formación para sus trabajadores «porque no es lo mismo manejar un coche diesel o gasolina que uno eléctrico».

En La Rioja la mano de obra de los talleres la componen 2.000 trabajadores, lo que lo convierte en un «sector importante», señala el sindicalista, que razona que el mantenimiento y la reparación requerirán nuevos conocimientos. «Habría que ir diseñando ya la formación profesional o para reciclar a los trabajadores», avisa Alfaro que entiende que el Plan de Empleo pactado recientemente entre el Gobierno de La Rioja y el Diálogo social -patronal y los sindicatos UGT y CCOO- puede ser una buena herramienta para afrontar este nuevo desafío.

En España, las ventas de coches eléctricos alcanzaron en 2020 un exiguo 1.95 de la comercialización global.