La deuda se reduce a la mitad desde el estallido de la burbuja

Feli Agustín
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Débil huella del covid en los créditos de empresas y hogares, que debían al cierre del año pasado 6.997 millones, 12.811 menos que en la explosión de la burbuja

Entidades bancarias en el centro de Logroño. - Foto: Óscar Solorzano

La directora general de supervisión del Banco de España, Mercedes Olano, avisó el pasado 7 de abril, durante la presentación de la Memoria de Supervisión del 2021, de que la morosidad iba a subir, a consecuencia, entre otros factores, de la guerra de Ucrania, que está perjudicando el desempeño de la economía y acentuando la subida de precios que viene produciéndose desde hace varios meses.

Este escenario, con el euribor  cerrando el mes en positivo después de seis años - la tasa media provisional alcanza el 0,005 %, según datos de Bloomberg frente al  -0,484 % de hace un año- lo que encarecerá las hipotecas, amenaza con provocar un cambio en una situación que en los últimos años ha permanecido estable, incluso durante los años convulsos de la pandemia.

Las empresas y ciudadanos riojanos debían a los bancos al cerrar el año pasado  6.996 millones de euros, sin cambios respecto al primer año de pandemia, cuando la deuda con las entidades crediticias ascendían a 7.003,3 millones, unos escasos siete millones más, según recoge el boletín estadístico del Banco de España, con datos cerrados a 31 de diciembre. A pesar de, o precisamente por ello, la paralización de la actividad en 2020, en dicho ejercicio sí se produjo un aumento algo superior de los créditos respecto al año precedente, que al cierre ascendían a 6.829,5 millones, 173 millones menos.

No obstante, la paralización en la economía  y la incertidumbre que ha provocado la crisis sanitaria -que la guerra en Ucrania no ha hecho sino acentuar- se refleja claramente en los créditos, en septiembre de 2021 la suma alcanzó 6.828 millones;no se registraba una cifra tan baja desde el cierre de 2004. 

Créditos ico. Entre las razones que explican este aumento figuran las importante cantidades de dinero de las que tuvieron que echar mano autónomos y empresas, en formato créditos ICO u otras líneas de ayuda. En concreto, recibieron 842,5 millones de euros de financiación durante 2020 para hacer frente a sus necesidades de liquidez a través de la Línea de Avales del Instituto de Crédito Oficial, unas cuantías que equilibraron las cifras, después de que los gastos de los particulares -principalmente en concepto de hipotecas- se redujeran drásticamente. 

El año pasado se dio la vuelta a las tornas y se constituyeron  3.843 hipotecas sobre fincas, con un capital total de 406,6 millones de euros; de las que 95 fueron rústicas, por 26,9 millones; y 3.748, urbanas, -2.519 viviendas- por 381,6 millones. 

Esta situación, y al contrario del ahorro, presenta cierta estabilidad respecto a los años precedentes, y a la conclusión de 2019, el año anterior a la aparición del coronavirus en Europa, ciudadanos y empresas riojanas adeudaban a las entidades bancarias 6.829,6 millones, con unas cifras que se habían mostrado con pocas variaciones en el último quinquenio.

Santiago Martínez, jefe de Análisis Económico y Riesgo Financiero de Ibercaja explica que el stock de crédito en La Rioja se ha moderado ligeramente en los últimos años «por las elevadas amortizaciones, que ha sido algo común en toda España para digerir la burbuja inmobiliaria del ciclo anterior».

El boom inmobiliario. Esta estabilidad contrasta con lo acaecido en la resaca de la crisis del 2008, para 'tragar' las consecuencias de la borrachera crediticia que acompañó a la primera década de este sigo, cuando se alcanzaron cifras mareantes, a años luz de las actuales. Este periodo ha marcado un descenso continuado, que se inició con el estallido de la crisis de 2008, cuando la quiebra deLehman Brothers inició un periodo crítico para la banca, que intentó a la desesperada deshacerse de sus activos tóxicos, y catastrófico para muchos ciudadanos, que no pudieron devolver sus préstamos hipotecarios y perdieron sus viviendas. El pico de las deudas de ciudadanos y empresas con los bancos se alcanzó en diciembre de 2008, cuando era de 12.811 millones de euros, que se había reducido a 12.495 un año más tarde y a 12.175 en diciembre de 2010. Hubo que esperar hasta diciembre de 2012 para que se redujera por debajo de los 10.000 millones y hasta marzo de 2015 para que fuera inferior a 8.000, para continuar después -salvo algún trimestre puntual- un descenso continuado. Aunque los créditos bancarios no han vuelto a fluir con la alegría que lo hicieron en la primera década del siglo, el jefe de Análisis Económico y Riesgo Financiero de Ibercaja aprecia que  las nuevas concesiones están creciendo y esperamos un notable impulso en la inversión en el próximo ciclo - sobre todo cuando pase la incertidumbre por la guerra de Ucrania - para afrontar los desafíos de la nueva economía, lo que incluye un impulso a la digitalización empresarial, una mayor independencia energética en buena medida ligada a las energías renovables o cierta  o cierta tendencia a la reindustrialización. 

El ahorro.  Los ahorros de los españoles siguen aumentando y a finales de marzo, según datos que público el viernes el Banco de España, que no están aún desglosados por territorios, ciudadanos y empresas tenían en el banco 1.285 billones de euros, un 1,2% más que el mes anterior y un 5,9% más que un año antes.

Según los datos provisionales, el ahorro de las familias encadenó siete meses consecutivos de subidas y creció casi un 1% entre febrero y marzo, hasta situarse en 973.900 millones de euros, lo que refleja un incremento del  5,5% respecto a un año antes. La Rioja no permanece ajena a esta tendencia y a finales de diciembre del año pasado -última cifra disponible-, hogares y empresas tenían ahorrados 9.713 millones, a  los que hay que sumar 334 millones que guardaban las administraciones públicas para alcanzar una cuantía global de 10.047 millones. 

La cifra registrada a la conclusión de 2021 es la segunda más alta de la historia, solo superada por la alcanzada al cierre del año precedente, cuando las restricciones impuestas tras el estallido de la pandemia, incluido el confinamiento, y la incertidumbre que la crisis sanitaría propició, estimularon el ahorro hasta niveles nunca antes conocidos,10.082 millones. Fue, de hecho, la primera vez que los riojanos ahorraban por encima de los 10.000 millones de euros, y suponía la cúspide de una escalada ininterrumpida que se había iniciado  en septiembre de 2018. 

Santiago Martínez, jefe de Análisis Económico y Riesgo Financiero de Ibercaja, constata que los depósitos han estado aumentando porque durante la pandemia se ha producido un exceso de ahorro (entre 2020 y 2021 el ahorro fue 91.500 millones,€ mayor que en los dos años anteriores) y se espera una normalización en los próximos años.

 Según refleja el Boletín Estadístico del Banco de España, la evolución de 202 muestra un gráfico de dientes de sierra, conforme a la evolución incierta de la crisis sanitaria y las cifras de ahorro bajaron en marzo -9.967 millones-;subieron al cierre del primer semestre del año - 10.001 millones;mostraron los efectos del verano a la conclusión de septiembre 9.867,5-; para volver a ascender al cierre del año.

¿Y dónde están los ahorros? Pues en las cuentas de todas la vida, donde se guardaban 8. 937  millones, mientras quelos depósitos suponían 776.

¿Y a partir de ahora? El experto de Ibercaja apunta que   «la saneada situación del sector bancario» les hace estar preparados para «acompañar» en este nuevo ciclo inversor.