Seila Espinosa "El kickboxing no es un deporte agresivo"

Víctor Zurrunero
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El tesón y el esfuerzo han marcado la vida deportiva de esta logroñesa que se retiró de la competición con un palmares para la historia. Desde hace 7 años está volcada en su escuela de entrenamiento

Imagen de Sheila Espinosa, campeona del mundo de kickboxing. - Foto: Óscar Solorzano

La trayectoria deportiva de Seila Espinosa ha estado plagada de triunfos pero no exenta de sacrificios, como ella misma reconoce. Una mujer valiente que ha roto techos de cristal en un disciplina poco conocida en nuestro país: el kickboxing. Además, fue la primera española con cinturón negro sexto Dan. Con seis años descubrió un deporte con el que se ha proclamado ocho veces campeona del mundo y una vez de Europa, sin olvidar 23 victorias en el campeonato de España. 

¿Cuándo descubrió el kickboxing?

De casualidad. Mi tío lo practicaba y había ido a verle alguna vez pero no tenía claro qué modalidad era. Quería hacer artes marciales, salió como actividad extraescolar y me apunté. 

¿Ha sido duro el camino?

Ha sido largo. Es un arte marcial en el que las chicas hemos tenido que ir rompiendo barreras, ir quitando ramas para abrir camino, pero lo he disfrutado mucho.

¿Como mujer lo ha tenido más difícil en un deporte de contacto?

Yo no diría que ha sido complicado, pero  es difícil cuando estás todo el tiempo rodeada solo de hombres. En las actividades que hacía, por ejemplo, éramos 30 hombres y yo. Siempre echas en falta alguna mujer más. Afortunadamente está cambiando y hay más equiparación.

¿A qué ha tenido que renunciar para triunfar en un deporte?

A la vida social. Soy la eterna amiga que nunca sale en las fotos. Aunque lo volvería a elegir, porque para conseguir algo tienes que quitarte de otras cosas. 

¿Considera que ha tenido el reconocimiento que se merecía?

No me puedo quejar. Tanto por parte del Gobierno de La Rioja como por los medios de comunicación siempre me he sentido muy acompañada. 

 

¿En qué piensa en pleno combate?

Solo en el combate, porque si piensa en otra cosa te va a ir mal (sonríe).

¿Duelen más los golpes o las derrotas?

Los golpes duelen, pero te llevas pocos. La gente se piensa que el kickboxing es un deporte agresivo pero no lo es. Las derrotas duelen cuando te decepcionas a ti mismo porque sabes que podía haberlo hecho mejor. Son también parte del aprendizaje. 

¿Le costó mucho tomar la decisión de retirarse de la competición?

Mucho. Lo pienso y creo que alargué un par de años que no tenía que haber seguido. 

¿Cómo se relaja una luchadora de kickboxing?

No te relajas (sonríe). No recuerdo una competición en mi vida en la que haya estado relajada.  Siempre he estado muy nerviosa antes de mis combates, pero pisaba el tatami y desaparecían por completo. Para mí era peor el antes que el durante. 

¿Qué dijeron sus padres al saber que iba dedicarse a este deporte?

Mis padres siempre me han dejado elegir lo que yo quisiera. Han estado conmigo, apoyándome en cada momento y dándome ánimos cuando peor estaba. 

¿Cuesta retomar la vida normal para una deportista de elite?

A mí no me ha costado porque, afortunadamente, tengo una familia que me quiere y unos amigos maravillosos. Además tengo más aficiones como dibujar. Supongo que es difícil cuando tu vida está centrada en el deporte pero no ha sido mi caso. Tengo una familia maravillosa con mi mujer y mi hija y ahora estoy centrada en ellas. 

¿Qué tiene ganas de volver a hacer cuando recuperemos la normalidad tras el coronavirus?

La pandemia para mí ha sido muy dura. Estoy deseando volver a estar con los míos, sin mascarilla, sin preocupación porque les pase algo. 

¿Qué consejos da a sus alumnos?

Que disfruten del camino. En muchas ocasiones nos centramos en los objetivos y nos olvidamos de lo más importante que es el recorrido. 

 

Se ha volcado en la formación deportiva de personas con discapacidad. 

Mi vida es el kickboxing y el mundo de la discapacidad. Con 4 años iba al colegio con dos compañeras con discapacidad intelectual, con 16 era voluntaria en Plena Inclusión y trabajé 10 años en Igual a ti. Yo no entiendo mi vida sin ellos. 

Recientemente ha sido madre. ¿Cómo le ha cambiado la maternidad?

Ha revolucionado mi mundo. La maternidad, con la pandemia, me ha hecho centrarme en disfrutar el aquí y el ahora. 

¿Dónde guarda tantas medallas?

De momento están todas en el trastero porque no he tenido tiempo de organizarlas (ríe). Me encantaría ponerlas en mi escuela. 

¿Cuál fue la victoria más significativa para usted?

Tengo claro que la de mi primer mundial. No esperaba para nada rendir así. Vas superando cada combate, llegas a la final y ganas. No te crees que estás en el pódium.

¿A usted qué cosas le dejan KO?

Las personas que me aportan visiones diferentes. Soy muy sensible y estoy rodeada de personas maravillosa que ven el mundo de una forma tan distinta a mí, con las que tengo conservaciones muy intensas.