El medio rural pierde 3,5 millones por obras desiertas

R. Muro
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Los ayuntamientos tienen 162 actuaciones pendientes de adjudicación por 10,2 millones y «muchas quedarán sin ofertas»

Vista del Iregua a su paso por Torrecilla - Foto: El Día

El medio rural riojano acumula ya en lo que va de año algo más de 3,5 millones de euros en 16 obras que tras su proceso de licitación, han quedado desiertas. Actuaciones promovidas por las diferentes administraciones locales (a excepción del Ayuntamiento de Logroño), la de la Comunidad autónoma y la del Estado vinculadas a pueblos de la región. Y a ello se suma que, según los datos faciltados por la Asociación de Empresarios de la Construcción, Promoción y Afines de La Rioja (CPAR), la Comunidad tiene pendientes de adjudicar actuaciones por valor de 81,8 millones de euros de las que «muchas pueden quedar igualmente desiertas». Se trata, éstas últimas, de actuaciones licitadas, que han recibido ofertas de la iniciativa privada, pero que aún no han sido adjudicadas. 

Solo las administraciones locales tienen pendientes de adjudicación 162 obras por un importe ligeramente superior a los 10 millones de euros, y de ellos, 2,1 se integran en actuaciones pendientes de adjudicación del Ayuntamiento de la capital riojana. 

Juan Ramón Liébana, máximo responsable de la organización sectorial, achaca esta situación, por un lado, «al tiempo que transcurre entre la licitación y la adjudicación» en un contexto de «gran volatibilidad en los precios de los materiales». O dicho de otra forma, «en tres meses los materiales pueden encarecerse en un 33%», detalla Liébana. Motivo que de la misma forma

Un hábitat dominado por «la inseguridad» y de riesgo excesivo para la empresa constructora de cara a asumir una actuación cuando además «en este tipo de contratos no se integran cláusulas de revisión de precios», lamenta el presidente de la CPAR. 

Por su parte, el Gobierno regional, siempre en base a los datos que maneja la  asociación empresarial, ha licitado este año obras por valor de 49 millones de euros y «solo ha adjudicado actuaciones por 1,46 millones» y mantiene un importe de obra pendiente de adjudicación por valor de 69,5 millones. 

Evidentemente, en un momento en el que los pueblos padecen el azote de la despoblación, cada actuación se planifica como un bien para los municipios y para sus vecinos. En este sentido, y a lo largo del presente ejercicio, han quedado desiertas obras como la pasarela peatonal de acceso al barrio de las bodegas sobre el río Tirón en Haro, que salió a licitación con un presupuesto de 1,2 millones; la ejecución de la pista polideportiva cubierta de Villamediana, con un precio de 280.876 euros; la reforma del edificio del nuevo Ayuntamiento de Murillo de Río Leza (521.476 euros); o la reforma de la plaza de San Andres (26.820 euros) y recientemente la construcción de un alojamiento municipal (880.000 euros), ambas actuaciones en la localidad camerana de Lumbreras. 

En el najerilla. Torrecilla en Cameros también ha sufrido una situación similar con la licitación de la obra para la construcción de la pasarela peatonal, aunque en esta ocasión, el promotor era la consejería de Sostenibilidad y Transición Ecológica. La actuación inició el proceso de licitación con un precio de 718.397 euros y la previsión es que se vuelva a iniciar, tras quedar desierto, por un importe superior. Tampoco la Administración del Estado escapa de un contexto que merma, al menos de forma temporal, al medio rural de nuevas actuaciones. En este caso, el grupo de empresas públicas englobadas en Tragsa no recibió ninguna oferta a las cinco actuaciones previstas para la mejora de regadías en la cuenca del Najerilla por un importe de 571.763 euros. 

Con todo, desde la Asociación de Empresarios d ela Construcción vinculada a la FER, consideran que «el importante número de licitaciones que están quedando desiertas evidencia que los proyectos que se licitan continúan sin tener en cuenta el sobrecoste de materiales y no incluyen cláusulas revisión». Una cláusula reservada exclusivamente para las grandes actuaciones en infraestructuras viarias y ferroviarias y que dejan al margen otras obras como las impulsadas «por el Gobierno de La Rioja o las diferentes administraciones locales d ela región», detalla Liébana.