Desde una perspectiva estrictamente empresarial, el contexto actual de desierto en las licitaciones y en las adjudicaciones de obra, afecta por igual a las vinculadas al medio rural como a los grandes núcleos de población. Solo se salvan las grandes infraestructuras viarias y ferroviarias que invluyen cláusula de revisión. Sin embargo, la inestabilidad de los precios de los materiales afecta de manera especial a las pequeñas administraciones locales donde incrementar el presupuesto para reiniciar un proceso de licitación que previamente ha quedado desierto, «supone un esfuerzo adicional» sobre unas cuentas municipales que difícilmente viajan sobradas a lo largo del ejercicio económico municipal.
Bajo esta premisa se expresa Sergio Martínez, primer edil de Torrecilla en Cameros y quien ha comprobado en carne propia como el proyecto de la nueva pasarela peatonal sobre el Iregua superaba el proceso de licitación sin recibir ninguna oferta por parte de empresas privadas. Actuación promovida desde el Gobierno regional y que como adelanta el propio Martínez, «lo razonable es que vuelva a salir a licitación con un importe superior» a los 718.397 euros de su licitación inicial.
A juicio del alcalde de la cabecera de comarca del Camero Nuevo, constituye una realidad que «cada proyecto nuevo se planifica porque es necesario para el municipio y tiene una finalidad para sus vecinos» y por tanto, que quede desierto «afecta al desarrollo del medio rural a corto o medio plazo», argumenta Sergio Martínez al tiempo que confía en un nuevo proceso de licitación del proyecto que termine por sacar adelante la actuación.
Tanto el alcalde de la localidad camerana, como el presidente de la organización sectorial vinculada a la Federación de Empresas de La Rioja, coinciden en una postura común sobre la cláusula de revisión de precios, siempre y cuando ésta «satisfaga los intereses» tanto del constructor como de la propia administración. En este sentido, Martínez matiza que cada contrato «debe integrarse dentro de unos barómetros y de unos límites razonables ya que las administraciones públicas gestionamos el dinero de los ciudadanos», señala.
También en cameros. Otro de los ejemplos que dificulta el desarrollo del medio se registró la semana pasada unos kilómetros más arriba de Torrecilla, también en el Camero Nuevo.
El Ayuntamiento de Lumbreras lleva desde hace años trabajando y proyectando un alojamiento municipal con doce habitaciones con baño integrado en la pequeña aldea de San Andrés. La actuación salió a licitación por un precio de 884.000 euros y tras el cierre del proceso, la obra no recibió ninguna oferta. Se trata de un proyecto ambicioso, inmersa a su vez en una apuesta del Consistorio camerano por proporcionar a la pedanía y al propio municipio un impulso de carácter turístico.