La pera de Rincón, un cultivo rentable en La Rioja

Bárbara Moreno
-

Mientras las hectáreas cultivadas y la producción de las peras con denominación crecen en La Rioja, la pera sin marca va cayendo

Sixto Cabezón, director de la DOP Peras de Rincón de Soto, en una finca de Rincón - Foto: B. Moreno

El cultivo de la pera de la Denominación de Origen Protegida Rincón de Soto aumenta año tras año gracias a la rentabilidad que esta marca dota a la fruta en un momento en el que se busca más la calidad en la gastronomía. Mientras, paradójicamente, el cultivo del peral en La Rioja en su conjunto decrece en su totalidad.  Así lo muestran las estadísticas contrastadas de Agricultura del Gobierno de La Rioja y el de la propia denominación. Mientras que en la temporada 2018 en toda La Rioja había  2.515 hectáreas de perales, 1.145 eran de DOP, en 2019 había 2.478  y 1.187 de denominación. Y  en esta última temporada por ejemplo, la de 2021, las estadísticas según Agricultura son de que hay 2.339 hectáreas de pera en toda La Rioja, mientras que de la DOP hay 1.232.  

«Crece el cultivo en denominación y baja en el total. Esto es porque cada vez  se dedica  más cultivo bajo la marca porque el de fuera de la denominación va sustituyéndose por otros cultivos de regadío». «El cultivo parece que ya no es rentable más que en DOP, y con grandes superficies. Porque hay algo claro, lo que cada vez busca más el consumidor es calidad», apunta el ingeniero y director general de la DOP Peras de Rincón de Soto, Sixto Cabezón.

En cuanto a las toneladas recolectadas se puede hacer la misma lectura. Cada año se recolectan más kilos de pera bajo el amparo de la denominación pero menos en general. En 2020 se recogieron 21,7 toneladas de esta fruta. Y el año pasado por ejemplo 25,7 toneladas. Sin embargo, se recogieron 57 toneladas de peras en total en 2020 y en 2021, 54 toneladas.

Este año, a pie de campo, y según el experto, «podemos decir que la calidad va a ser buena, y que va a haber una buena producción». Las heladas de abril no afectaron a estos frutales como a otros, porque estos son más tardíos. Y de momento lleva una buen desarrollo. 

El peral es uno de los cultivos más rentables en La Rioja, detrás del vino y en relación a su precio por hectárea, más que el olivo o que el cereal. En 2018 se facturaron 28 millones de euros, 26 en 2019 y 22 en 2020, según la Consejería (que no cuenta con datos de 2021). Según el Consejo Regulador de la pera de Rincón, en la temporada del 2021 la facturación ha sido de 25 millones. «Con un cultivo con 6 o 7 hectáreas para vivir una familia te tienes que ir a la fruta y en concreto a pera». El año pasado se recogieron 25 millones de kilos de pera, se comercializaron con marca 16.  Las medias de recolección son de 24.000 kilos por hectárea. Pero hay algunas que dan 35.000. Hay fincas que tienen entre 4 y 10 años y que aún no están a pleno rendimiento. 

En peras de Denominación hay 1.232  hectáreas. Son unos 2 millones de árboles, y la mayor parte se encuentran en Rioja Baja. «Incluso hay más en Alfaro que en Rincón de Soto que es el municipio que le da nombre a la denominación»

 Hay 28 municipios bajo el amparo de la DOP. «Sabíamos que nuestras peras eran muy buenas porque llevábamos décadas en las que los comerciantes de Aragón por ejemplo venían y nos las pagaban muy bien. Entonces pensamos que algo pasaba». El inicio de la marca fue por la creación de una asociación para promocionar el producto. «Se hizo una reunión con gente del sector también del valle del Iregua, de Calahorra, Aldeanueva, Alfaro y Rincón de Soto para hacer una asociación. Se unieron al principio solo los agricultores y almacenes de Rincón, por eso nos quedamos con este nombre. Pero podemos decir que las peras de la denominación son igual de buenas en Rincón que en Hormilla».

Las condiciones que tiene que tener una pera para pertenecer a la denominación es que esté en el municipio que pertenece a dicha DOP y que la pera sea de variedad conferencia o blanquilla.

La falta de mano de obra.

«La fruta está cada vez más demandada», explica Cabezón, de ahí que vean que este sector tiene un buen futuro. Pero, el problema que están encontrando últimamente es la mano de obra para la recolecta. Requieren de unas 30 personas al día para recolectar una hectárea. Son los cálculos que hacen con estadísticas en la mano.  En verano necesitan de 3.200 a 3.500 temporeros para coger pera, «y cada vez nos encontramos con que hay menos gente y con menos cualificación».

Un total de 232 agricultores viven de este sector de la pera y cada vez tienen más superficie para que los costes sean más bajos. Pero en realidad, explica Cabezón, bajo el amparo de la DOP viven unas 650 personas en La Rioja. Las que también están trabajando en las 3 cooperativas y 16 almacenes asociados de particulares.

Con mucho mimo.

Eso sí, a la hora de cultivarla, cada agricultor es sabedor del producto que tiene en su tierra, pero normalmente las tratan con mimo con sus labores de siega de la hierba entre hileras de árboles, con un mantenimiento cuidadoso, «porque cada vez que un árbol se pone mano se retira y se planta otro». Y  con sus productos fitosanitarios cuando son necesarios, sus riegos y estando pendiente de su maduración y tamaño. Esta es una de las plantaciones más aseguradas en Rioja además de vino. Se suele cubrir pedrisco, heladas, o problemas cinegético. 

La recolecta empieza a partir de la segunda quincena de agosto. La fruta se recoge con cuidado y de una en una. Y  se llevan rápido a las neveras. Con una humedad de 85 grados y con un proceso de trazabilidad adecuado las peras aguantan y se pueden comer como recién cogidas del árbol hasta el año siguiente. «Por eso hay peras de Rincón de Soto y de calidad durante todo el año», concluye el experto.