El sector agrario echa la vista al cielo

Rubén Figueroa (EFE)
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La falta de lluvias de los últimos meses deja las mermadas reservas hídricas al 44,8 por ciento de su capacidad a nivel nacional y pone en peligro los campos de regadío y cultivos tempranos

La iglesia del antiguo pueblo de Mediano se puede ver en su totalidad en el pantano homónimo (Huesca). - Foto: Javier Blasco (EFE)

El sector agrario español se encuentra en estado de alarma ante el que es ya el segundo peor comienzo del año hidrológico en lo que va de siglo, una sequía que según los pronósticos continuará en febrero, está afectando al regadío y a los cultivos tempranos y, además, pone en riesgo toda la campaña.

En el primer cuatrimestre del año hidrológico (octubre 2021-septiembre 2022) se recogieron 192 litros por metro cuadrado, lo que supone un 35 por ciento menos que el promedio normal, un dato que desde el año 2000 solo fue peor en el mismo período de la temporada 2007-2008, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).

A esta sequía meteorológica se suma la sequía hidrológica, con unas reservas hídricas que ya venían perjudicadas desde el año pasado y que en este momento están al 44,8 por ciento de su capacidad total a nivel nacional, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco).

La situación más dramática se localiza en las cuencas de la mitad sur de España, que se encuentran alrededor del 30 por ciento de su capacidad, como las de Guadalete-Barbate (30 por ciento), Guadiana (30,5), Mediterránea Andaluza (30,8) y Segura (35,2), e incluso por debajo, como la del Guadalquivir (28,6 por ciento).

Malos presagios

«En el sur puede ser el ocaso de las producciones», explica Ignacio Molina, del grupo de trabajo de Seguros de Cooperativas Agroalimentarias. «Ahora mismo no hay capacidad para pensar que entre este mes, marzo y abril pueda retirarse agua de las cuencas del Guadalquivir porque materialmente es inexistente», abunda.

Los frutales, el algodón, la horticultura y, en general, todo el cultivo de regadío ya van a sufrir las consecuencias de esta sequía, apuntan fuentes del sector.

«El panorama es bien feo porque estamos hablando de que en Andalucía la agricultura de regadío representa el 75 por ciento de la producción final agraria», expresa Eduardo López, responsable del sector del agua de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG).

«Y todo afecta al empleo y afecta a la economía agraria porque los cultivos de regadío generan más insumos para transformar, con lo cual toda la cadena de transformación del producto se va a ver truncada y muy afectada, y es un impacto terrorífico para la economía agraria», agrega López.

El secano podría verse ayudado si llueve en breve, pero ya habrá pérdidas consolidadas en los cultivos más tempranos, como el trigo, la cebada o las leguminosas, mientras que si la falta de agua continua, quedarán en peligro también otros más tardíos, como los viñedos, explica Carlos Hernández, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y Biosistema de la Universidad Politécnica de Madrid.

Quienes trabajan los cereales de invierno tuvieron el pasado diciembre la oportunidad de asegurar los cultivos y algo podrán recuperar, pero el regadío no tiene cobertura por sequía en ningún seguro, alerta el técnico de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja) Gregorio Juárez.

La situación es perjudicial también para la ganadería, ya que los pastos se están endureciendo por la falta de agua y su calidad se está viendo comprometida, lo que incrementa el coste de la alimentación de los animales.