Titín, simply the best

M. A. G-S.
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Augusto Ibáñez, posiblemente el mejor deportista riojano, elige sus diez rincones preferidos

Titín, en la muralla del Revellín, donde se ubicaba el antiguo frontón del Revellín. Para Titín, este lugar era sinónimo de pelota, pez y migas. - Foto: Ingrid

Augusto Ibáñez Sacristán, Titín, nació a la vida civil el 13 de enero de 1969 pero para la pelota lo hizo el 13 de septiembre de 1992. El frontón Barberito I alumbró a un genio, tetracampeón del Parejas. Además conquistó la txapela de la ‘jaula’ ante Abel Barriola el 2 de diciembre de 2007. Nunca venció el manomanista pero ganó mucho más. Su legado ensombrece su palmarés. Cambió la forma de concebir la pelota, un juego conservador que entró en la modernidad de su mano. La afición anda de luto desde el 5 de octubre de 2014 cuando dejó el profesionalismo aunque sigue brillando al servicio de Garfe. 

Estos son los diez lugares preferidos del mejor pelotari que ha dado La Rioja:

1. Tricio, cuna de pelotaris. Su origen es romano pero han sido sus pelotaris los que han dado fama al pueblo. El más famoso nació un 13 de enero de 1969 en la antigua calle de Calvo Sotelo, hoy llamada De los Pelotaris. Ahí se crió junto a sus padres y hermanos. Esas cuatro paredes dieron cobijo a Titín I, su padre, el creador de la saga, así como a Titín II, su hermano Agustín. Augusto, el tercero, llegó más tarde. El frontón pillaba a mano por lo que el futuro del mejor pelotari riojano estaba escrito.

2. Frontón Barberito I. La localidad más pelotazale de La Rioja es Baños de Río Tobía, municipio que ha dado, por ahora, al único campeón manomanista de nuestra región.En el frontón dedicado a Abel San Martín, Barberito I, debutó Titín. Fue un 13 de septiembre de 1992. Cayó derrotado. 22-21 (más tarde, contra Retegui, sufriría ese mismo marcador y entonces sí que fue doloroso). No importaba. Fue el principio de la leyenda. Formó pareja con Maiz para enfrentarse a Bengoetxea IV y Berna. El primer partido no se olvida. 

3.El Revellín. Del viejo frontón de El Revellín ya no queda nada. Se trasladó unos metros más abajo pero para Titín El Revellín era sinónimo de partidos de aficionados pero también de fiesta, bajar a Logroño en el Día del Pez y hacerlo de la mano de su abuelo. Bien cerquita del frontón, o así lo recuerda, estaba la Peña La Rondalesa que entretenía al personal con unas migas. «Me encantaban», se relame varias décadas después.

4.Las Norias. Aunque en Tricio estuvo prácticamente un cuarto de siglo, su mudanza a Logroño coincidió con la construcción de este complejo y con la urbanización del mismo. «Siempre he bajado», apunta. «Es un sitio ideal tanto para hacer deporte como para relajarse con la familia», informa.

5.La Laurel. Ha sido deportista de elite, probablemente el mejor que ha dado la región, pero Titín tenía vicios confensables. Uno de ellos es la Laurel. Sus pinchos son los «típicos» pero regados con un «clarete» le saben mejor. Su elección es la siguiente: «Las patatas bravas del Jubera, los champis de El Soriano y los matrimonios». 

6.Santo Domingo de la Calzada. Aunque Nájera le pillaba al lado, Santo Domingo trae muy buenos recuerdos para Titín. De ahí es Yolanda, su mujer y a la ciudad del santo acudía a menudo. Le encanta la catedral pero, mirando por el retrovisor, se queda «con el ambiente de pelota que siempre ha habido en Santo Domingo aunque ya haya desaparecido». 

7.La Grajera.  No es un pulmón verde, es el parque de los logroñeses. El espacio más natural al que se tiene acceso desde la capital. Llegar a La Grajera es un paseo y Titín lo ha hecho a menudo. «Cuando bajé de Tricio, del pueblo, me encantaba porque era volver al campo, a la naturaleza», rememora. «Sinceramente es un placer poder correr por La Grajera, andar, sentirte libre y, sobre todo, tenerlo casi como quien dice debajo de casa». «Es un lujo para cualquier logroñés», se exalta.

8.Calle Clavijo. Hace quince años, «catorce exactamente», Titín se mudo al ensanche Sur de Logroño. Se siente, tres lustros después, un vecino más de la Calle Clavijo. El barrio no destaca por su belleza ni por su apabullante estilo arquitectónico «pero ofrece mucha tranquilidad y numerosas zonas verdes». En la Calle Clavijo se siente en la ciudad pero «sin los agobios por la ciudad». «Salvo para bajar a la Laurel, casi no me muevo de aquí», bromea. 

9. Las Gaunas. El mejor deportista riojano no puede olvidarse del viejo campo de Las Gaunas, tampoco del nuevo, ni del Palacio de los Deportes, la Ciudad del Fútbol de Pradoviejo (junto al frontón que lleva su nombre), etc. «Todo el deporte me encanta y esos son sus templos en La Rioja», afirma. Aunque es madridista confeso, Titín iba a apoyar al Logroñés: «Me acuerdo de Alzamendi, Islas, Vergara, de Manel, Lopetegui pero, sobre todo, de los riojanos: Dulce, Jubera, José Ignacio. Que conste que no vi jugar a los Paco Sanz, Eraso y compañía».

10.Adarraga. En Tricio pasó 25 años, en la Calle Clavijo lleva catorce pero donde se ha sentido realizado, donde ha hecho feliz a varias generaciones riojanas ha sido en el Adarraga, el frontón que puso a sus pies en numerosas ocasiones. La mejor feria del mundo, la matea, ha sabido vivir sin el emperador del gancho, aunque los estelares ya no son lo mismo sin él. «He pasado muchas, muchas horas. Entrenando, jugando... Han sido 22 años como profesional». Además de la cancha, recuerda el ambiente único del «ámbigu». Y, sobre todo, siempre le acompañará el recuerdo del 5 de octubre de 2014. Su despedida. La pelota (riojana) aún llora.