La habilitación de este corredor, que une cinco áreas ya previstas en el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), al que dio el visto bueno el Ayuntamiento de 2013, se encuadra en la obligatoriedad de habilitar zonas de bajas emisiones (ZBE). El rechazo del equipo de Gobierno a restringir el acceso a ningún tipo de vehículo a estas zonas, porque entiende que las medidas de calmado de tráfico que está acometiendo han de ser suficientes, ha motivado la presentación de otro proyecto para conseguir fondos europeos, que consiste en instalar a lo largo de corredor medidores de calidad ambiental,  de aire, de ruido y cámaras para medir la intensidad de tráfico, ciclista y peatonal. «No tienen carácter de restricción, sino de hacer mediciones antes y después para poder evaluar la mejora de esta zona, que en el futuro se podría convertir en una zona de bajas emisiones», explicó el concejal, quien añadió que la actuación, que ronda los 400.000 euros -de los que hasta 300.000 serían subvencionables-, incluye también un sistema de control de accesos en el que se podrá dar de alta y solicitar permisos de forma telemática para lograr un sistema de gestión «más eficaz y fiable»  que el actual. Este sistema también servirá para gestionar todas las calles que actualmente ya disponen de cámaras de control de acceso y en el que el permiso se solicita a través de un interfono, y se llevará a cabo el año próximo, se reciban o no los fondos europeos.