Antes del sorteo de cuartos de final de la Copa del Rey, la noticia estaba servida en bandeja: por primera vez en la historia de la competición, siete de los ocho primeros de la clasificación histórica de la Liga (más temporadas en Primera División, más puntos) estaban en la penúltima eliminatoria. Madrid, Barça, Atlético, Valencia, Athletic, Sevilla y Real Sociedad. Faltaba el séptimo (Espanyol), pero se colaba un invitado inesperado.

El decimocuarto, ubicado entre Valladolid y Racing, el que acababa de cargarse al campeón (Betis) en su estadio. Osasuna. El mismo invitado inesperado en la zona noble de la clasificación de la Liga (a tres puntos de la Champions), el mismo que estará el próximo lunes el bombo de las semifinales. «Entre los cuatro semifinalistas tenemos 73 Copas», se leía en las redes sociales cercanas al club navarro. El Barça cuenta 31, 23 el Athletic y 19 el Madrid. Como el día en que Stacey King (Bulls) declaró que entre Jordan y él metieron 70 puntos: 69 fueron del genio de Nueva York. Ese es el clima de euforia que se vive en El Sadar. 

A estas alturas de la competición (18 jornadas de Liga y cinco rondas superadas) no hay casualidades, sino trabajo bien hecho. Tal vez sea un 'invitado inesperado' por falta de nombre, no por trayectoria.

Braulio-Arrasate

Todo club modesto vive decenas y decenas de puntos de inflexión a lo largo de su historia, y el más reciente en Pamplona se vivió en la temporada 2020/21. «El barco lo pilota el capitán que es Jagoba (Arrasate), el teniente es Bittor (Alkiza, segundo entrenador) y la tripulación somos el resto. Y la nave llegará a puerto o no, pero con el mismo capitán. Si nos hundimos, nos hundimos todos. Y si no, llegaremos todos a puerto. Confiamos en ellos a muerte. Vamos todos juntos». Fueron las palabras del director deportivo de Osasuna, Braulio Vázquez, después de la segunda peor racha de la historia del club en Primera División: 12 partidos sin ganar. 

Los 'rojillos' estaban en puestos de descenso y Arrasate no daba con la tecla… pero aquel espaldarazo moral del club le aportó tranquilidad y un horizonte claro. «Tengo confianza, tiempo, equipo y 57 puntos por delante», pensó el técnico de Berriatúa (Vizcaya), que con solo 44 años ya acumula 10 en la élite (Real Sociedad, Numancia y Osasuna). Los navarros sacaron 29 puntos en la segunda vuelta y terminaron con 10 de ventaja sobre el Huesca, el que marcaba la línea roja hacia Segunda. 

Los 'indios'

El entrenador, un tipo tremendamente normal en un mundo de lujos, acumuló todo el crédito del mundo en el ascenso de la 2018/19 y ha trasladado al equipo un concepto de juego moderno que mantiene las señas históricas del 'Osasuna de los indios', un concepto que acuñó Paquito (Valladolid) después de varias visitas al Sadar en los 80: «Con la forma que tienen de moverse parecen una banda de indios, ya que de repente empiezan a aparecer atacantes por todos los lados. Son 10 en el campo, pero parecen más».

La espina dorsal empieza a tejerse en una sensacional pareja de porteros (Aitor Fernández y Sergio Herrera); pasa por David García, central especialista defensivo y quizás el central español más en forma del momento; y se divide en dos en el mediocampo, entre Lucas Torró (mediocentro con un concepto táctico de primer nivel) y Moi Gómez, que en Villarreal era uno más y en Pamplona acumula varias 'masterclass' este curso; y por delante, un 'grandullón' (Kike García o Ante Budimir) dando guerra de la áspera durante 90 minutos. Alrededor de ellos, una clase media-alta que funciona a piñón (el 'Chimy' Ávila, Rubén García, Nacho Vidal, Manu Sánchez, Aridane…) y un puñado de canteranos que conecta al equipo con la afición: el propio David García, su 'compinche' en la zaga, Unai García; Aimar Oroz, Moncayola…

Real Madrid, Barça y Athletic se 'pedirán' a Osasuna el lunes porque entienden que sería la eliminatoria más asequible, aunque ninguno se atreverá a decir cómoda.