"Me alegro de ser cura a los 40"

Bárbara Moreno
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Arnedano de 43 años, fontanero y electricista de profesión, a los 33 años decidió entrar en el seminario tras ser llamado por Dios. A los 40 años se ordenó cura y hoy es párroco de Villoslada, Lumbreras, San Andrés, Villanueva o Pradillo

"Me alegro de ser cura a los 40" - Foto: Óscar Solorzano

Descubrió la vocación hace solo 10 años, con 33. Aunque al principio le dio miedo, fue dando pasos, como en un noviazgo, dice, y decidió ser sacerdote. Hoy es más feliz que nunca, no echa de menos su vida anterior, la que le estaba llevando por lugares oscuros. Hoy vive para los demás y se vuelca con sus compañeros y feligreses, y está con su familia más que nunca. Bueno por dentro y por fuera, Alfonso Sáenz se ha atrevido a la entrevista de la pizarra con toda la sinceridad.


Se hizo cura con 40 años, ¿cómo se le ocurrió? 
No se me ocurrió (ríe). Descubrí que Dios estaba llamándome desde hace tiempo. Y no voy a decir que ojalá lo hubiera hecho antes, porque cada cosa tiene su tiempo. Pero lo necesitaba para encontrar mi sitio. Estaba mal, entonces encontré a Dios sentí que me había ayudado y quise hacer crecer esa relación. Pero no me planteé ‘me meto cura ya’. Iba dando pasos. Primero entré en el seminario, luego recibí los ministerios a la vez que estudiaba. Es como un noviazgo en el que se va cerrando el compromiso entre las dos partes. Hasta un mes antes de ordenarme diácono, que es ya cuando haces un compromiso serio, no tomé esa decisión firme. Me daba miedo el hecho de afrontar el compromiso para toda la vida.
 
¿Se arrepiente?
Para nada. Lo que tengo claro es que me alegro de ser cura a los 40.

 

 ¿Qué le dijeron sus padres? 
Era tan fuerte que palabras no salieron muchas. Yo nunca dije `quiero ser cura´, dije: `creo en Dios`. No sabía ni cómo decirlo. Mis padres se sintieron muy contentos porque recuperaban un hijo, porque yo recuperaba una vida (porque estaba desubicado y perdido).

 

Y sus amigos, ¿pensaron que era mentira, o una broma?
Mis amigos hicieron una porra para ver cuánto duraba en el seminario. No ganó nadie (ríe).


¿Le gustaba ser monaguillo de pequeño?
Tengo un tío cura, y alguna vez me llevaba con él, pero vio que no me gustaba y ya no me llevó más.


¿Y usted que ha conocido mujer (tuvo varias novias antes de ser cura), lo echa de menos ahora?
Sí lo echo de menos. Más la afectividad, tener una compañera, una pareja con la que compartir un abrazo. O también la parte de no poder tener una familia.  

 

¿Eliminaría la castidad? 
 Se puede hacer. Eliminar la castidad lleva el lado bueno, y el lado mano. Para la iglesia católica occidental no se permite, pero es para que el sacerdote esté mas libre y se dedique a la comunidad. La iglesia católica oriental permite el matrimonio. El Papa puede decidir que la iglesia católica occidental permita el matrimonio. No es una decisión del Papa como persona, tiene que escuchar el sentir de la iglesia y decidir.

 

¿Ahora la Iglesia acepta el matrimonio entre parejas homosexuales, cree que algún día podrán casarse en una Iglesia?
 Creo que no. Porque toda la fe se basa mucho en las escrituras como revelación y el matrimonio como sacramento representa la complementariedad en el encuentro con una persona del otro sexo.


¿Qué es lo que mejor lleva de su vocación?
Ahora mismo el devenir de la vida, la confianza, vivir con la confianza de la fe. Pase lo que pase hay una red debajo que lo cambia todo.


¿Y lo peor?
El no estar aprovechando el tiempo al 100%. Aún se pueden hacer las cosas mejor.


¿Cómo de cerca se siente de Dios?
No es que yo me sienta cercano a él . Él es el que está cercano a mi.


¿Y por qué cree que no le llamó antes?
Sí me llamó antes, pero no le hice caso. Con 14 y 23 años. Pero si hubiera entrado con esos años en el seminario hubiera salido pronto.

 

¿Es párroco de pueblos pequeños, después de misa se queda a jugar al mus con los feligreses? 
Al mus no. Hago más vida en Villoslada, y voy a escalar con los más jóvenes, o al río con los pequeños. Lo malo que con lo de la covid se nos ha cortado mucho la relación . 

 

¿Se bebe siempre el vino de la sangre de cristo? ¿o está vacío el cáliz?
Hay que echar siempre, aunque sea muy poco, tiene que llevar vino fermentado por proceso natural, no puede ser destilado. Y le echamos agua, la cantidad que le eche cada cual, ya no entro (ríe).

 

¿Cómo tiene que ser un sacerdote?
Joven, alto y guapo, (ríe). En serio, tiene que ser servidor de todos, una persona que tiene que ser acogedora, abierta, que no juzgue, y que integre. El sacerdocio es el ministerio de la unidad. 

 

¿Qué opina de las conspiraciones y libros de templarios que aseguran que hay documentos escritos en los que Jesús estuvo casado con María Magdalena y que incluso tuvieron descendencia? 
Me parece que es irrelevante en cuestiones de fe. Hay muchos más libros en el otro sentido. Me extraña que Jesús estuviera casado, porque él anunciaba un amor más libre para poder amar sin querer poseer a nadie.

 

¿Qué cree que se podría hacer para llevar a más gente a las misas?
Las misas podrían ser un poco más amenas, más accesible en el lenguaje. Pero algo muy importante es que sientan la fe como algo vivo. 

 

¿Cada vez se bautizan o comulgan menos niños y se casan menos parejas por la Iglesia, cómo ve el futuro?
Venimos de una fe que formaba parte de una cultura, y ahora el que bautiza a un niño por ejemplo lo vive más. No hace falta que seamos muchos, sino que los que estamos seamos vivos en la fe. 

 

¿Ustedes cada vez son menos, cómo hacen para atender tantas parroquias? 
Somos menos y aún así somos muchos comparados con otros países. Se puede organizar. Los laicos tienen más responsabilidad en la iglesia, nos vamos adaptando. Como en Villanueva que dos meses al mes una pareja hace como una seudo misa. 

 

Para muchas feligresas mayores que una persona laica diera de comulgar fue todo un escándalo. 
Sí o cuando empezaron a dar de comulgar monjas. Pero cada vez es más normal, y se ve más normal esa adaptación.

 

¿Cómo han vivido la covid? Quizás sea el único sector que no está en crisis.
No no, la Iglesia está en crisis. Una cosa es que no hayamos perdido en la actividad y que en la parte humana hayamos trabajado más. Pero no en la eucaristía. Y en lo económico, se ha notado mucho, si no hay misas, no hay colectas.