El Monte Cantabria luce su recinto amurallado ya rehabilitado

El Día
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El yacimiento arqueológico permite poner de relieve las diferentes fases del recinto, de forma especial, la prerromana y la visigoda, "lo que convierte a este espacio en una ventana a los orígenes de la ciudad", según el concejal de Patrimonio

Imagen de algunas de las estructuras del recinto amurallado, con la vista de la ciudad al fondo. - Foto: Ayuntamiento de Logroño

El yacimiento de Monte Cantabria de Logroño, declarado Bien de Interés Cultural en 2012, luce un recinto amurallado rehabilitado y protegido con una manta geotextil de alta densidad y un fieltro antirraíces tras la finalización de la segunda fase de los trabajos de consolidación de este emplazamiento. Así lo ha afirmado este martes el concejal de Patrimonio de Logroño, Adrián Calonge, en un encuentro informativo durante su visita a este espacio reacondicionado, en la que también han participado el concejal de Deportes, Rubén Antoñanzas; y el arqueólogo Carlos López, informa Efe. 

Calonge ha explicado que, "en el interior del recinto amurallado, la actuación se ha centrado en los espacios ya excavados, y, en cuanto a los tratamientos de protección, los restos arqueológicos, los silos y las pavimentaciones han sido protegidas con una manta geotextil de alta densidad".

Ha explicado que "también se ha instalado un fieltro antirraíces para impedir la germinación de semillas de floración natural", mientras que en los lienzos y los cubos de la muralla se ha realizado una limpieza general y un desbroce completo para, al final, reconstruir los lienzos desmoronados partiendo del material original.

"Gracias a la experiencia acumulada en las dos intervenciones, se busca una mejora de la integración de los restos arqueológicos en su entorno, así como de su divulgación y mantenimiento", ha incidido.

Ha recordado que estos trabajos, que se pusieron en marcha el 3 de junio de 2022, "se suman a los realizados en el área norte del yacimiento, en la zona de la puerta de acceso, conocida como fase uno, que dieron luz a diferentes vestigios históricos desde la época prerromana".

Este espacio de la zona oeste del yacimiento, ha proseguido, "ha sido objeto de excavaciones arqueológicas a lo largo del siglo XX, cuyos resultados han quedado a la intemperie, en muchas ocasiones, dejando a la vista 3 lienzos de muralla, 2 cubos o torres y 8 habitaciones".

Tras esta intervención, que finalizó a principios de octubre de 2022 y continuó con la labor divulgativa y la realización de la memoria de resultados, "se han mejorado las condiciones de conservación del recinto y se ha facilitado la correcta interpretación de los restos existentes", ha indicado.

Así, ha continuado este concejal, se ponen de relieve "las diferentes fases del recinto, de forma especial, la prerromana y la visigoda, lo que convierte a este espacio en una ventana a los orígenes de la ciudad".

Calonge ha detallado que "en esta segunda fase, tras los trabajos previos de limpieza y desbroce del entorno, se realizó un estudio arqueológico para determinar el proceso constructivo de los paramentos del conjunto".

Este estudio, ha apuntado, "determinó la disposición de tres poblamientos diferentes: uno prerromano, que fue destruido en el siglo III antes de Cristo; el visigodo, que recuperó parte de las estructuras anteriores y las reforzó con materiales recuperados del entorno; y el medieval, que es el que se observa en la actualidad".

El concejal de Patrimonio ha resaltado que "el proyecto continuó con la consolidación de las fábricas de piedra que conforman la muralla y de los muros de las estructuras excavadas; y los diferentes drenajes que afectan a la conservación de todos los elementos del conjunto".

Además, se procedió a "la recreación de los niveles de pavimento medieval de las habituaciones del recinto y de los espacios de la zona intramuros; y a la delimitación del espacio mediante un cerramiento que dificulte el acceso de vehículos rodados por la ladera oeste", ha destacado.

Estos trabajos, ha apuntado, han sido realizados por la empresa OCISA, supervisados desde la Unidad de Arquitectura, Regeneración y Vivienda, y seguidos por los arqueólogos Juan Manuel Tudanca y Carlos López; todo ello con un presupuesto de 191.713 euros.

Sobre los próximos pasos a acometer en este yacimiento, Calonge ha precisado que "la idea es poder hacer una intervención similar a esta, pero en la zona este, y se trabaja en poder pasar por la parte central un georadar para averiguar estructuras que pueda haber en el interior, y, a partir de ahí, ver qué se puede hacer".

Por su parte, López ha explicado que "en la campaña de este año se han realizado cosas que, en realidad, se habían trabajado ya de forma muy anterior, ya que son excavaciones que no se habían restaurado en su momento".

"Ahora, tenemos que hacer esa labor de restauración, recuperación y, luego, en el interior se pueden hacer cosas, pero lo fundamental es mantener el yacimiento para el futuro", ha subrayado.