Angrois, una herida abierta

Maricruz Sánchez (SPC)
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Nueve años después del accidente del tren Alvia que en 2013 se cobró la vida de 80 personas y a la espera de que el próximo 5 de octubre arranque el macrojuicio por la causa, las familias de las víctimas continúan clamando justicia

El maquinista está acusado de haberse despistado y no haber frenado a tiempo en una curva limitada a 80 kilómetros por hora y en la que el convoy entró a más de 190. - Foto: EFE

Son las 20,40 horas del 24 de julio de 2013. Un tren Alvia que viaja de Madrid a Ferrol se aproxima a la estación de Santiago de Compostela. Lleva 224 pasajeros a bordo y muchos ya se preparan para bajarse en la capital. Están a solo tres kilómetros de su destino y el convoy circula a 191 kilómetros por hora cuando, de repente, llega la tragedia. En una curva, en el barrio de Angrois, uno de los vagones descarrila y, como si de las cuentas de un rosario se tratase, los que van unidos a él siguen el mismo rumbo fuera de las vías dando lugar a uno de los peores accidentes de la historia ferroviaria de España.

Ha pasado casi una década de esa noche de horror y caos en Galicia. Nueve años de un siniestro en el que perdieron la vida 80 personas y otras 144 resultaron heridas y que, todavía hoy, han sido incapaces de olvidar los vecinos del lugar. Sobresaltados por el estruendo, muchos salieron de sus casas para contemplar atónitos un infierno que jamás hubieran imaginado: viajeros deambulando en shock mientras otros gritaban atrapados, cuerpos inertes, sirenas de ambulancias...

En este noveno aniversario del accidente, como en los que lo precedieron desde que ocurrió, las familias de las víctimas siguen repitiendo la misma consigna; continúan clamando «verdad y justicia». Un resarcimiento que, entienden, no llegará a calmar nunca su dolor, pero que tendrá al fin su momento en los tribunales. El juicio por la causa comenzará el próximo día 5 de octubre y se prolongará durante casi nueve meses hasta junio de 2023, justo cuando se cumplan 10 años de la tragedia.

El maquinista está acusado de haberse despistado y no haber frenado a tiempo en una curva limitada a 80 kilómetros por hora y en la que el convoy entró a más de 190. El maquinista está acusado de haberse despistado y no haber frenado a tiempo en una curva limitada a 80 kilómetros por hora y en la que el convoy entró a más de 190. - Foto: EFE

La Cidade da Cultura albergará el macroproceso, en cuya vista oral está previsto que participen más de 700 testigos y peritos. En contraposición, en el banquillo de los acusados solo se sentarán dos personas: el maquinista del convoy, Francisco Garzón, y el que era director de Seguridad en la Circulación de Adif en el momento de puesta en funcionamiento de la línea afectada, Andrés Cortabitarte. Se enfrentan a 80 delitos de homicidio por imprudencia grave profesional, 145 de lesiones y uno de daños.

La Fiscalía solicita para cada uno de ellos cuatro años de prisión. Además, demanda que el maquinista sea inhabilitado para su profesión durante el tiempo de la condena, por despistarse y no frenar a tiempo en una curva limitada a 80 kilómetros por hora. Para el otro acusado, que salió de la dirección de la empresa pública en 2021, requiere la inhabilitación durante el mismo período para cualquier labor de gestión, seguridad o responsabilidad de infraestructuras ferroviarias.

Sin embargo, familiares y víctimas consideran que ellos no son los únicos culpables. Creen que existe responsabilidad penal por parte del personal de Renfe y sostienen que la empresa tenía constancia de la peligrosidad de la curva en la que ocurrió la tragedia y, a pesar de ellos, no actuó en consecuencia. 

Los equipos de emergencias trabajaron durante horas para asistir a los heridos y excarcelar a los fallecidos. Los equipos de emergencias trabajaron durante horas para asistir a los heridos y excarcelar a los fallecidos. - Foto: EFE

Los afectados también vienen exigiendo desde el principio que se depuren responsabilidades políticas. A lo largo de estos años ha habido cuatro Gobiernos y cuatro ministros de Fomento distintos. No obstante, para la Asociación Plataforma Víctimas Alvia 04155, ninguna ha realizado su trabajo: conocer las causas profundas del accidente. Y más teniendo en cuenta que la propia Agencia Ferroviaria Europea reconoció que, si se hubieran evaluado adecuadamente los riesgos, el accidente podría haberse evitado.

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Las víctimas no olvidan la tragedia y exigen saber lo que ocurrió.
Las víctimas no olvidan la tragedia y exigen saber lo que ocurrió. - Foto: EFE
Las víctimas no olvidan la tragedia y exigen saber lo que ocurrió.
Las víctimas no olvidan la tragedia y exigen saber lo que ocurrió. - Foto: EFE

Vuelco en el caso

En un proceso judicial marcado por la lentitud y los impedimentos, una denuncia dio un vuelco al caso cuando la instrucción ya se daba por cerrada en octubre de 2019. Se trataba del testimonio de un extrabajador de Talgo, que sostuvo que distintos mandos de la empresa habían intentado ocultar información y le habían obligado a borrar «averías críticas» sufridas por el tren y que figuraban en la base de datos. Una orden que, mantuvo, llegó media hora después del fatídico siniestro.