Un año asediado por el coronavirus

c.s.
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Federico Soldevilla celebra el primer aniversario de su renacimiento tras estar 72 días en la UCI por el virus, de cuyas secuelas sigue recuperándose un año después

Federico Soldevilla. - Foto: Ingrid

Las calles de Logroño han vuelto a recuperar a Federico Soldevilla, quien durante años se ha encargado de mantener viva la historia de la ciudad que tantas veces ha relatado a sus paisanos y forasteros. El coronavirus se apropió de este cronista logroñés, Insignia de San Bernabé 2010 y presidente de Amigos de La Rioja, hace poco más de un año. No tuvo piedad con él y le mandó directamente la UCI, donde permaneció ingresado 72 días. «Entré un 5 de octubre y ya no salí. No tuve consciencia hasta diciembre, pero eran flashes lo que tenía», recuerda aún con cierta pesadumbre, porque fue un periodo que «me marcó», en el que perdió a su madre, a la que no pudo despedir, y de cuya pérdida se enteró tres meses después. 

 «Era el que menos conciencia tenía de todo lo que había pasado. Fue primordial el apoyo que tuve de mi familia para salir adelante», rememora, mientras reconoce que este último año ha sido «difícil» y «muy duro». Y es que, aunque ha vuelto a renacer, no ha vuelto a ser la persona que era antes de contagiarse. Son muchas las secuelas que ha tenido, tanto a nivel emocional como físico. «He tenido que aprender a hacer la digestión, a andar, a hacer todo. He estado un año yendo a rehabilitación, aunque tuve que parar un tiempo por un problema cardíaco que me detectaron, que por suerte al final no ha sido muy grave. Hace poco me dieron el alta», reconoce.

No sabe si las secuelas que padece son fruto de su larga estancia en la UCI o del covid persistente, pero le han cambiado la vida. El cansancio le acompaña cuando recupera los recorridos de las rutas que hacía por la ciudad. «Me voy viendo bien pero todavía no puedo hacer la actividad que hacía antes, se tiene que adaptar al cuerpo de ahora. Antes hacía visitas de dos horas hablando y ahora me veo limitado», reconoce. 

«Este bicho nos ha hech polvo. Antes veíamos la jubilación como una segunda juventud y ahora esto lo ha empeorado», afirma. Y es que no solo a nivel emocional y físico ha transformado la vida de Soldevilla, sino también en las interacciones con amigos y familiares. «Sigo dándome abrazos de piernas con mi nieta», detalla.

NUEVO PROTOCOLO DE COVID PERSISTENTE

Uno de los efectos derivados de la infección por coronavirus es que un gran número de pacientes padece secuelas derivadas de esta enfermedad, que se ha catalogado como covid persistente o long covid. Ante la gran variedad de síntomas que presentan las personas afectadas con esta dolencia, desde el Servicio Riojano de Salud se ha puesto en marcha un protocolo de actuación específico para tratar, investigar y clasificar estos casos, en el que estarán implicados los profesionales de Atención Primaria y los de las especialidades afectadas. 

Lo que se pretende con este protocolo es garantizar la asistencia de todos los pacientes que padecen las secuelas derivadas del covid y evitar que "se pierdan pacientes", ya que hay personas que tienen síntomas que no achacan al covid persistente, explica el director médico de Atención Hospitalaria, Adolfo Calvo.

La detección de estos casos se realizará en las consultas del médico de cabecera de Atención Primaria, que será el que derive al paciente al especialista para que reciba la atención que precise como neurología, psiquiatría, rehabilitación, cardiología… "Muchas veces hablamos de covid persistente pero no podemos establecer una entidad clínica como tal, ya que no hay unos criterios diagnósticos que nos lleven a eso con sintomatología muy variada", reconoce Calvo. Y es que, entre los síntomas que presentan los afectados son muy diversos. Desde astenia, cansancio, pérdida de olfato o falta de aire, que impide a las personas hacer seguir con su vida normal, hasta taquicardias o problemas neurológicos, entre otros.