Con 23 asociados ya -fueron nueve sus fundadores- la recién nacida Asociación de la Industria Auxiliar del Vino de La Rioja, integrada en la Federación de Empresas  (FER), persigue entre sus objetivos la formación, la innovación y la internacionalización dentro de un sector poliédrico. Formada por fabricantes de cápsulas, tonelería, depósitos, maquinaria y equipamiento, envase y embalaje, etiquetado, industria química aplicada al vino, software y digitalización, gestión de agua y servicios medioambientales aplicados al vino, entre otras actividades, su presidenta, la gerente de Tonelería Murúa, Elena Ceca, resalta la importancia de un sector que permanece a la sombra, y es a la vez clave, para el área económica más importante de La Rioja.

¿Se valora al sector como se merece?

Lo más importante es la calidad del vino; es fundamental, pero para lograr esa alta calidad se necesita todo lo que le acompaña, y no solo corcho, botella y etiqueta, sino todo lo que hace posible la gran calidad de ese vino. Y ahí están depósitos, barricas, maquinaria, e incluso las analíticas de esos vinos.

¿Cómo es que en La Rioja no se ha constituido antes esta asociación?

Llevábamos madurando la idea dos años. Al principio éramos nueve y a todos nos gustaba la idea, pero darle forma nos ha requerido un tiempo. 

En el área de Internacionalización de la FER coincidíamos varias empresas y nos dimos cuenta de que se celebraban ferias relacionadas con el vino a las que acudíamos todos por separado: los fabricante de etiquetas, los depósitos metálicos, nosotros, en el área vinculada con la madera... Somos de muy diferentes sectores, pero con un elemento importante en común, el mismo cliente. En temas internacionales, cuando buscábamos un distribuidor para exportar nuestros productos o a la hora de realizar la comunicación, íbamos solos. Por ello, consideramos que era muy interesante que empresas con el factor común de contar como cliente a las bodegas nos uniéramos para tener más fuerza. De esa manera, se facilitaría la búsqueda de un distribuidor en el extranjeros para que, en vez de representar un solo producto, pueda ofrecer una gama más amplia de elementos vinculados con el vino, como barricas, depósitos, durmientes, etiquetas...

¿Esas sinergias se pueden producir en el área de comunicación?

Sí, pensamos que podíamos realizar acciones conjuntas, tanto de comunicación  como de publicidad; además de apoyarnos bajo el paraguas de la marca La Rioja. Igualmente, si tienes un problema lo comentas con otra empresa de la asociación que ha sufrido las mismas dificultades y las ha resuelto. Estar juntos nos ayudas a todos, y al cliente también.

Empezaron nueve, son ya 23. ¿Está despertando interés en el sector?

Hay muchas empresas  vinculadas al vino en La Rioja; pienso que podemos ser unas 200, laboratorios, entornos digitales, las relacionadas con la vertiente medioambiental, los fabricantes de cajas, embalajes, corchos, botellas... Queremos que formen parte empresas de calidad, que es lo que nosotros podemos poner en valor. 

¿Pueden empresas del sector de las otras comunidades de Rioja formar parte de la asociación?

Sí. De hecho ya haya alguna de Álava; la única limitación que no pueden formar parte de la junta.

¿Y cómo lo han visto las bodegas?

Muy bien. Se otorga valor y un servicio a nuestros clientes. 

¿Son la primera asociación de estas características de nuestro país?

Sí. Nos constituimos en diciembre y ahora queremos darnos a conocer en otras denominaciones.

¿Cuál es su facturación?

Al ser un ámbito tan heterogéneo, es difícil calcular cuál es su peso dentro de la riqueza de La Rioja. Hay industria que, aunque realice producción para el mundo del vino, no se dedica exclusivamente a ello, como es el caso de los fabricantes de etiquetas. Desde la FER estamos ahora realizando esta clasificación para conocer qué peso real tenemos, que ahora estimamos en el 4%, aunque creo que nos hemos quedado cortos.

¿Es igual de importante el sector en otras denominaciones?

No, con tanta concentración y fuerza no lo hay en otras denominaciones. Lo que sí es cierto es que empresas de La Rioja venden y tienen sus agentes en otras denominaciones y países. 

Ustedes se apoyan en la marca la Rioja. ¿Cómo piensa que pueden contribuir a su crecimiento?

Nosotros somos miembros de la Federación de Empresarios de La Rioja, La  Rioja es una marca de calidad y, por lo tanto, tenemos que recorrer  el mismo camino; si ofrecemos calidad, todo lo que acompaña a ese producto debe ir en la misma línea.

Todavía no se han reunido con el Gobierno de La Rioja, ¿Qué peticiones van a realizarle?

Es importante que nos apoye porque somos un número importante, con una facturación considerable y podemos realizar una notable aportación a la marca La Rioja.

El último ejercicio ha sido bueno para el vino, que ha frenado la caída de ventas gracias al aumento de la exportación. ¿Cómo les ha ido a ustedes?

Vamos de la mano del vino; si al vino le va relativamente bien, a nosotros también. Vamos a la par; con la que ha caído, podemos estar contentos. No podemos quejarnos.

La exportación es muy importante para Rioja. ¿Lo es para las empresas auxiliares?

La misma importancia, aunque tenemos que crecer. El camino es largo y duro, pero entiendo que puedes vender tus productos donde se hace vino.

El vino de Rioja se enfrenta a una fuerte competencia en los mercados internacionales. ¿Les sucede a ustedes lo mismo?

Cada empresa tiene sus propios competidores; es diferente la competencia de una barrica a la de una etiqueta, aunque sí, todos la tenemos.

¿Qué  futuro le ve al vino?

Positivo, gracias a que cada vez hay más cultura y formación. En general, las bodegas crecen en número en todo el mundo y están, además, haciendo vinos muy diferentes. Lo veo bien, soy optimista.

Uno de los proyectos que La Rioja defiende para lograr fondos europeos para paliar los efectos de la covid es la Enorregión. ¿Cómo lo  contemplan?

Me parece un proyecto fantástico. Todas las bodegas han  hecho en los últimos años grandes inversiones en enoturismo y, nosotros, en Tonelerías Murúa, hemos hecho también la nueva empresa pensando en visitas, que están más formadas y entienden que cuando te bebes un vino hay muchas cosas detrás. Hay uva, viñedos, paisaje, madera, y muchos productos que colaboran en hacer un buen vino.

Otro es el de la Ciudad del Envase y el Embalaje. ¿Les puede ayudar de alguna manera?

Entiendo que es buena idea cualquier proyecto que aborde la sostenibiliad.

¿Qué aportaciones puede realizar el sector auxiliar del vino a estas u otras actuaciones que permitan captar fondos europeos?

Somos una parte importante para conocer y enseñar qué es el mundo del vino. Si vamos a vender un vino a un importador es importante que se le explique que ese vino es de La Rioja, que es una enorregión, donde hay numerosas empresas asociadas al vino, donde hay barricas, depósitos... Es una región muy completa; no hablamos solo de vino, sino de todo un mundo alrededor del vino. Y nosotros, desde nuestra asociación, podemos ayudar a transmitir esa visión global de la enorregión.

Además de sostenibilidad, los fondos europeos también valoran la innovación. ¿Qué recorrido están efectuando en ambos ámbitos?

En la asociación nos planteamos que podemos realizar proyectos conjuntos, no todas, pero si que hay actuaciones que pueden acometer dos o tres compañías. Es mucho más interesante presentar en grupo que en solitario proyectos de innovación. 

La Rioja, principal comunidad del vino, carece de museo al efecto. ¿Cómo se explica?

No hay ninguna iniciativa, en la que podríamos colaborar,  para llevarlo adelante; no hay interés. Todo lo que hay, lo hacen las empresas, como el Museo Vivanco.

¿Y qué papel debe jugar el Centro del Rioja, el CCR?

Le veo un potencial importante; se le quiere otorgar una faceta formativa, que nos interesa. De hecho, estamos en contacto con universidades para ofrecer a los estudiantes conferencias sobre el mundo del vino.