«Me encantaría compartir estas patatas bravas con Borrell»

Javier Alfaro P.
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En la última de El Día nos tomamos un pincho con la doctora en Derecho y analista política Mariola Urrea, que elige las patatas bravas de El Bule acompañadas de un Gin Fizz de mora

Para tomar un pincho con un cóctel, algo poco común en La Rioja, Mariola Urrea escogió El Bule (calle Estambrera, 30), la propuesta en Logroño del arnedano Chema Rello. - Foto: Óscar Solorzano

Combinar el tapeo con la coctelería es una tendencia de moda en muchas grandes ciudades de todo el mundo, que se está implantando poco a poco en nuestro país, y algunos establecimientos riojanos ya lo ofrecen.


Bien lo sabe Mariola Urrea (Pamplona, 1974), que vive entre Logroño, Madrid y Luxemburgo. Doctora en Derecho, especializada en derecho de la Unión Europea e internacional, profesora titular de la Universidad de La Rioja y analista política en medios de comunicación, se adapta bien a cada lugar en el que está porque le gusta aprovechar «las potencialidades» de cada sitio. «Cuando estoy en Madrid no soy nostálgica de La Rioja y en Luxemburgo no echo de menos Madrid». 


La elección de El Bule, la apuesta del arnedano Chema Rello en la calle Estambrera 30, en el barrio de Cascajos de Logroño, es relativamente casual. Lo descubrió tras un concierto del último festival Actual y le encanta la idea de combinar «algo tan sencillo como unas bravas con un Gin Fizz, que me encanta», un cóctel elaborado con ginebra -en este caso de mora-, zumo de lima, sírope de azúcar, clara de huevo y gaseosa de sifón.

Las patatas bravas de El Bule (calle Estambrera 30, Logroño) acompañadas de un Gin Fizz de mora.Las patatas bravas de El Bule (calle Estambrera 30, Logroño) acompañadas de un Gin Fizz de mora. - Foto: Óscar Solorzano


Para el picoteo tiende «a los básicos, que es donde yo creo que se testa esa calidad y las patatas bravas no tienen trampa ni cartón, se necesitan buenos productos».


Destaca de estas que «la ración es abundante», ideal para compartir, y que no pelan la patata, «que le da ese punto especial crujiente, atractivo visualmente y muy apetecible con la salsa que lleva». Unas patatas que, «si pudiera, compartiría con Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para asuntos exteriores y seguridad, a quien admiro, para celebrar lo bien que están gestionando la situación de la guerra de agresión de Putin contra Ucrania».


Además, es «miembro de la Academia de Gastronomía y creo que en La Rioja cada vez estamos mejor, se cuida todo: desde la éstetica del local y del plato, al servicio profesional, atento y de calidad, y la propia calidad de los productos que, aquí, mayoritariamente, son excelentes». 


Apunta que «una buena mesa facilita más el entendimiento que un plató o un debate, porque nuestra gastronomía, pinchos incluidos, es compartir conversaciones, momentos, recuerdos y emociones». Lo ejemplifica con los Diálogos de Seguridad y Defensa con expertos internacionales en bodegas de La Rioja que organizó hace años, porque «gran parte del éxito fue por sentarlos en torno a una mesa».