La Fiscalía ha solicitado una pena de 8 años de prisión para un jesuita de 50 años acusado de un delito continuado de abuso sexual a una alumna de un colegio de Gijón cuando era menor de edad.

La denuncia, por unos hechos que ocurrieron hace en torno a una década, fue presentada el pasado mes de enero y motivó que la Compañía de Jesús apartara inmediatamente al docente cuando ya ejercía en otro centro de Logroño, según recoge Efe.

El Ministerio Fiscal ha presentado este viernes el escrito de acusación provisional ante la Sección Octava de la Audiencia Provincial, con sede en Gijón, que será la encargada de enjuiciar la causa.

En su relato, la Fiscalía expone que el sacerdote comenzó a contactar con la menor a través de las redes sociales, donde le decía que "no era de piedra", que la quería, y utilizaba las expresiones como "princesa" y "solete" para dirigirse a ella.

Entre los años 2008 y 2009, cuando su alumna tenía 12 años, el acusado siguió intimando con ella, provocando encuentros y diciéndole que la amaba y deseaba.

Sus primeros encuentros sexuales se produjeron cuando la alumna tenía 14 años y, según la Fiscalía, mantuvo relaciones completas con ella cuando ya contaba con 17 años.

La relación finalizó en septiembre de 2012, cuando la víctima tenía 18 años, y estos hechos, según la Fiscalía, le han ocasionado a la joven un trastorno de tipo ansioso depresivo.

La acusación interesa que el acusado sea condenado a 8 años de cárcel e inhabilitado para el empleo y desempeño de actividades docentes y cualquier otra relacionada con menores durante 5 años.

A esta pena añade además ocho años de libertad vigilada posteriores al cumplimiento de la condena, con la obligación de comunicar cualquier cambio del lugar de residencia o de trabajo, y de acercarse o comunicarse con la víctima.

En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio Fiscal solicita que el procesado indemnice a la menor con 3.000 euros.

Según expuso la Compañía de Jesús cuando trascendió la denuncia, el jesuita denunciado ejerció la docencia en Gijón entre 2005 y 2008 y trabajó también en colegios de esta orden religiosa en Logroño y A Coruña sin recibir ninguna denuncia de alumnos de los centros de ambas ciudades.