«Nos apena no poder compartir el conocimiento de tantos años»

Javier Alfaro
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Por el taller de encuadernación tradicional de Alejandra Arévalo e Isabel Martín han pasado documentos de todas las épocas, desde un ejemplar del siglo X hasta de nuestra época, el más grande fue un mural de 7 metros cuadrados

Alejandra Arévalo restaura un libro en su taller de la plaza de San Bartolomé. - Foto: Óscar Solorzano

En la céntrica plaza logroñesa de San Bartolomé se encuentra el taller de encuadernación y de conservación y restauración del patrimonio documental gráfico Códice Rioja. Uno de los pocos que quedan en España. 


Al frente del mismo están Alejandra Arévalo (San Lorenzo de Calatrava, Ciudad Real, 1957) e Isabel Martín (Madrid, 1963) expertas  formadas en la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales y en el Instituto Nacional de Restauración de Madrid. 


«Por circunstancias personales» de Arévalo, ambas socias se trasladaron y comenzaron «en un antiguo gallinero de Yagüe», hace 32 años, si bien, tras cuatro años allí decidieron mudarse a su taller actual, en pleno casco antiguo, «rodeadas de otros oficios de los que apenas quedan».

Caja de tipos en el taller de encuadernación tradicional y restauración documental Códice Rioja de Logroño.Caja de tipos en el taller de encuadernación tradicional y restauración documental Códice Rioja de Logroño. - Foto: Óscar Solorzano


Lo principal de sus labores «es la conservación y la restauración de documentos gráficos, que implica también la encuadernación tradicional», explica Martín. «Tanto para instituciones, como particulares o clientes privados, entre ellos archivos, bibliotecas, hemerotecas, fundaciones, gobiernos y clientes de diferentes comunidades autónomas, incluidos el Senado y la Casa Real, aunque la pandemia ha parado muchas cosas», indican.


Por sus manos han pasado documentos de todas las épocas, muchos de ellos históricos. «El más antiguo fue El Esmaragdo de Valvanera, del siglo X y el más grande un gran mural de 7 metros cuadrados de los Altos Hornos de Vizcaya», que tardaron 2 años en poder reparar. «De Memoria Histórica, ahora hay mucho».


Cuando reciben un encargo lo primero que hacen es analizarlo y documentarlo página a página. Cada material, época, tipo de encuadernación y costuras requieren formas de trabajos diferentes, a los que hay que añadir descoser y desmontar, limpieza, reparaciones y uniones de grietas y desgarros, realizar injertos, y volver a coser y a montar. 

Más fotos:

Alejandra Arévalo e Isabel Martín trabajan en su taller de  encuadernación, conservación y restauración en San Bartolomé.
Alejandra Arévalo e Isabel Martín trabajan en su taller de encuadernación, conservación y restauración en San Bartolomé. - Foto: Óscar Solorzano
Isabel Martín realiza la terminación de un libro en su taller.
Isabel Martín realiza la terminación de un libro en su taller. - Foto: Óscar Solorzano


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