Retrato de Logroño a 3.000 pies de altura

G.B.
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El Día de La Rioja muestra la ciudad desde el aire, con su trama urbana y las grandes infraestructuras, algunas terminadas y otras en ejecución

El parque Felipe VI ha eliminado la barrera que separaba Cascajos del centro de la ciudad. En la parte superior se aprecia el nudo de Vara de Rey, que en los próximos días entrará en una nueva fase de obra - Foto: Óscar Solorzano

La ciudad es un elemento vivo, un espacio que se expande para hacerse acogedora a los nuevos vecinos, que se abre a nuevos caminos, se oxigena con parques que la esponjan, salta el río con sus puentes y cicatriza heridas que separan sus barrios. Logroño no es la misma de apenas una década atrás, pero el contacto diario, la convivencia cotidiana impide tomar distancia y apreciar en su medida la metamorfosis urbana. 

A pie de calle, la perspectiva es parcial. Cierto es que obras de gran calado, como el soterramiento de las vías del tren, han abierto nuevos horizontes, con un macroparque que une cascajos y las zonas meridionales con el centro neurálgico de la urbe, en una transformación sin parangón desde que hace 65 años los raíles y las locomotoras abandonaron lo que hoy es la Gran Vía para desplazarse hacia el sur.

A 3.000 pies sobre el asfalto (casi un kilómetro de altura), la mirada se ensancha y el retrato de la capital riojana pasa de primer plano a plano general. La vista aérea delimita con claridad las grandes arterias, los nuevos barrios, el cogollo del casco antiguo y los elementos que componen una orografía irrepetible, con hitos como el monte Cantabria, con el germen de la vieja ciudad en su cima en forma de restos arqueológicos.

Fuera de la trama urbana, el viñedo tapiza el paisaje.Fuera de la trama urbana, el viñedo tapiza el paisaje. - Foto: Óscar SolorzanoDesde la avioneta Tecnam P-2002 de Aerorioja, la empresa gestora del aeródromo riojalteño de San Torcuato, el objetivo de la Canon de Óscar Solorzano capta el esquelo completo de la ciudad, su corazón, con la trama urbana apretada en torno las iglesias y el Camino de Santiago, sus extremidades, en forma de barrios de los sucesivos ensanches, y las articulaciones, con la circunvalación limitando la trama urbana al sur y el Ebro como barrera natural al norte.

Ronda sur: tierra y asfalto. La aeronave, pilotada con maestría por Fernando Ujbarri, se aproxima a la capital y sobrevuela el nuevo excalextric que las obras de la ronda sur configuran a caballo entre Navarrete y Fuenmayor, poco después de que los peregrinos hayan dejado a su espalda el humedal del parque de La Grajera. 

El paisaje cenital permite apreciar el ancho pasillo del parque del soterramiento, con la montaña artificial que corona la estación intermodal tren-bus y los 14 respiraderos cilíndricos. En su lado noroeste, el nudo de Vara de Rey muestra una urbanización aún incompleta y a su lado uno de los solares hoy baldíos y a futuro suelo para la edificación de viviendas.

Más fotos:

La circunvalación, con el anillo de la rotonda de La Estrella
La circunvalación, con el anillo de la rotonda de La Estrella - Foto: Óscar Solorzano
Pista del aeropuerto de Agoncillo.
Pista del aeropuerto de Agoncillo. - Foto: Óscar Solorzano
El estadio de Las Gaunas y su vecino Palacio de Deportes; a su lado, la enorme rotonda de Chile.
El estadio de Las Gaunas y su vecino Palacio de Deportes; a su lado, la enorme rotonda de Chile. - Foto: Óscar Solorzano
Obras de la ronda sur en la zona donde la N-232 y la A-23 conectarán con la autopista.
Obras de la ronda sur en la zona donde la N-232 y la A-23 conectarán con la autopista. - Foto: Óscar Solorzano
El Ebro, los puentes, Riojaforum y la plaza de toros. En la margen izquierda del río, el cementerio y El Campillo y en primer planto, el monte Cantabria con su yacimiento arqueológico.
El Ebro, los puentes, Riojaforum y la plaza de toros. En la margen izquierda del río, el cementerio y El Campillo y en primer planto, el monte Cantabria con su yacimiento arqueológico. - Foto: Óscar Solorzano

A vista de pájaro, el Palacio de Deportes y la plaza de toros de La Ribera se asemejan a naves espaciales aterrizadas y Las Gaunas muestra las dimensiones de un estadio concebido para retos futbolísticos de mayor calado. A poco que la aeronave se aleja del entramado urbano, el paisaje de viña compone un puzle rallado siempre bello.