La inflación tensa a las constructoras y paraliza proyectos

Bárbara Moreno
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Crecen las certificaciones de final de obra nueva, los visados y las ventas, pero el encarecimiento de los precios de materias primas y la energía ha parado algunas obras o deja desiertos concursos públicos

Pisos en construcción en Logroño. - Foto: Ingrid

La Construcción goza de buena salud. Al menos de momento, y esas son las previsiones a medio plazo, según el secretario general de la Asociación de Construcción Promoción y Afines de la Rioja, CPAR, Juan Ramón Liébana, a tenor de los positivos datos que manejan en lo referente a los visados de obra nueva, las certificaciones de final de obra, o las ventas de viviendas nuevas. Si bien, la inflación, el encarecimiento de las materias primas y de los recursos energéticos están alzando el precio de las viviendas entre un 15 y un 20%. 

Es una situación que tensa a las constructoras que de momento soportan la subida de los precios, según la CPAR. Pero, en otras ocasiones, tienen que plantear subidas a los propietarios de las futuras viviendas, o demorar proyectos e incluso parar obras. Ya se pueden contabilizar casos en varias parcelas en Logroño o en otras ciudades como Arnedo. También ha afectado a promociones de cooperativas que han decidido asumir la subida de los precios y seguir la obra.«Sí que está complicando negociaciones en contrataciones de la constructora, y la empresa tiene que renegociar más los contratos con los proveedores», añade Liébana que asegura que «por lo general no se están parando promociones, sino que más bien este problema se ha trasladado a la obra pública. 

 En este caso «se están quedando muchos contratos públicos desiertos» porque las empresas no tienen la capacidad de negociar el reequilibrio económico del contrato, por las penalizaciones futuras. Liébana ejemplifica con dos casos recientes: el polideportivo multifuncional en Villamediana o el Centro de Interpretación de Navarrete.  

Los precios no solo han crecido en las materias primas como en el cemento, el ladrillo, o la cristalería, «ha subido en toda la energía en general o en los combustibles hablamos de subidas importantes en obras que tienen una duración importante, y supone una dificultad adicional en el proceso constructivo».  Este encarecimiento  «de entre un 15 y un 20% en la obra  o la promoción depende del tipo de contrato, de la promoción», calculan desde el sector. 

Los últimos datos no obstante sí que constatan esa buena evolución del sector al que se refieren desde la patronal. «Hay una mayor de manda de vivienda de calidad que se acentuó con la pandemia». Según el Instituto Nacional de Estadística, en el ultimo semestre,  de enero a junio, se han vendido 2.762 viviendas. De estas, casi el 18% eran nuevas, es decir, 494. En un año normal y prepandémico, como 2019, se vendieron 820 nuevas. Por lo que este año parece que ese dato podría superar al de 2019.

Otra cifra significativa en la que se sustenta el sector es en los visados de construcción de obra nueva que hasta mayo de 2022 se habían concedido en La Rioja 365, y en todo 2019 por ejemplo 716. Por otro lado, en la Comunidad se han cerrado 256 certificaciones de final de obra hasta mayo de este año, y  en todo 2019, 505. Los datos incluso son mejores. Y  también lo apunta el impulso  del número de afiliados a la Seguridad Social en la construcción que va en aumento. «Está claro que se está construyendo lo que se demanda y se compra sobre plano. Pero ahora tiramos de la obra nueva. Y el subsector de rehabilitación ha dejado de tirar, que era lo único que tiraba fuerte en  pandemia». 

Liébana entra así en otro debate, el de la rehabilitación, «porque es una de las lineas estratégicas claves también del sector». Y se refiere a los fondos europeos, y a la necesidad de remodelar el parque inmobiliario.  Sin embargo las constructoras consideran que están muy lejos de conseguir fondos next generation de ejecución en rehabilitación «que son los que de verdad inciden en la reducción de consumo energético. Estamos muy en mantillas y no se ha hecho prácticamente nada. En un futuro quizás nos tengamos que lamentar de no haber entrado en estos fondos que gestiona el Gobierno».

Falta de mano de obra.

En cualquier caso, para el sector el mayor problema es el relevo generacional. «Llevamos cuatro o cinco años trabajando en una FP de grado medio que va dando su fruto, también con la incorporación de la mujer en casi un 40% de las plazas, y con lista de espera». Las constructoras requieren de mano cualificadas desde encargados de obra a peones, electricistas, pintores, y quieren destacar que «desde hace unos años no entra en este sector a trabajar un empleado que no tenga una formación de riesgos laborales y cualificación  y cuentan con el convenio colectivo más alto económicamente de La Rioja».