La jota riojana no tiene quién le cante

R. Muro
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El Concurso que desde hace 40 años organiza la peña La Alegría queda desierto. «El cante va camino de perderse», afirma un jotero

Andrés González, jotera riojano desde hace más de dos décadas - Foto: Ingrid

La jota riojana no atraviesa sus mejores momentos. Declarada Bien de Interés Cultural (BIC) allá por el año 2017 por su  «enorme patrimonio de tonadas, letras y sonidos populares que nos distinguen en España y el mundo», las canciones de carácter folclórico típicas en el valle medio del Ebro van camino de convertirse en letras, sin nuevas voces que les den forma. Andrés González, jotero durante más de dos décadas, se acercó ayer al concurso que organiza la peña La Alegría en la plaza del Mercado. Entre voces de lamento ve «la jota a la deriva, va camino de perderse», señala. Ayer no participó en el concurso por unos problemas de garganta. De hecho, no se apuntó nadie a un certamente que cumple ya cuarenta años de historia con el obligado paréntesis de la pandemia y que tenía previsto un concurso en categíra adulta y otro infantil. Ana, integrante de la peña La Alegría no pierde la esperanza ante la nula asistencia al evento y asegura que «el año que viene volveremos a organizarlo a ver qué pasa». La última edición fue en 2019 y entraron a concurso catorce joteros.

Pero los datos mandan y éstos evidencian que cada día hay menos voces que canten jotas.

ElGrupo Mixto Riojano, al que pertenece Andrés, «llegó a contar con 27 miembros y ahora estamos 14», detalla junto otro dato preocupante para esta parte de la cultura riojana. «La más joven de nuestro grupo tiene ya más de 60 años». Dicho de otra forma, no hay cantera que, brazos en jarras, mantenga «el cante», lamenta Andrés. La situación se extiende aguas abajo del Ebro, río que da nombre a uno de los estilos joteros más populares. En Navarra y Aragón, donde estas canciones de tinte folclórico también forman parte del acervo cultura, pasa lo mismo. De nuevo, más allá de las fronteras riojanas, la jota tampoco tiene quién le cante.

Antes de la pandemia, continúa este jotero riojano, «hacíamos unas 25 actuaciones al año, incluidas misas. Ahora no hacemos más de 8» y eso que «las misas riojanas son preciosas como la que hicimos por San Gregorio». También lamenta que su grupo de jotas «antes tenía subvenciones públicas que ahora se han perdido». Todo ello junto a la pandemia va minando el estilo.