"La sostenibilidad tiene que estar basada en la rentabilidad"

Gustavo Basurto
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El presidente de Asaja, Pedro Barato, cuestiona el empeño de ciertos muñidores de la nueva Política Agrícola Común (PAC) por imponer criterios medioambientales excesivos por encima de la producción

Pedro Barato, en la nueva sede de Arag-Asaja, en Logroño. - Foto: Ingrid

Dirige Asaja, la mayor organización profesional agraria de España, desde 1990, prácticamente desde su fundación. Pedro Barato es licenciado en Derecho y agricultor en su tierra, Ciudad Real. La gente del campo habla claro, sin circunloquios, y, desde luego, Pedro Barato no tiene pelos en la lengua. Veterano en las lides de la reivindicación agraria y buen conocedor de lo que se cuece en Bruselas, el presidente de Asaja cuestiona el empeño de ciertos muñidores de la nueva Política Agrícola Común (PAC) por imponer criterios medioambientales excesivos por encima de la producción, algo que, a su juicio, puede abocar a muchas explotaciones al cierre y a Europa a sufrir problemas de abastecimiento, como ha evidenciado la guerra de Ucrania. 

El gasóleo y la electricidad por las nubes, la guerra de Ucrania, la sequía...A los agricultores se les suele tachar de, perdone la expresión, llorones. ¿Hay más motivos que nunca para la queja?

Motivos siempre hay, porque el sector agrario es muy diverso y muy grande; pero ahora la evidencia es la evidencia y con este aumento de los costes de producción, si lo que producimos no tiene un valor suficiente como para compensar estos incrementos, ocurrirá que muchas explotaciones estarán abocadas a la desaparición.

¿Y cuánto queda para llegar a ese punto?

Esto va por barrios. El sector lácteo está muy tocado, lo mismo que la ganadería extensiva. Hay sectores que están los primeros en el pelotón de fusilamiento por los acontecimientos. Aquí no hay más que una solución, que lo que nosotros producimos tenga un precio suficiente para poder vivir. Y hay gente que no quiere esto, porque quiere hacer políticas rancias, para comprar las mentes de los ciudadanos. Y esto tiene que tener una consecuencia: que en la cadena, los que manipulan y no producen tienen que ser más generosos y que los consumidores, que somos todos, nos guste o no, tenemos que pagar el precio final. 

El Gobierno bonifica el gasóleo con 20 céntimos el litro. ¿Qué otras medidas puede tomar?

Es fácil. Que nos dejen desgravarnos el 35 por ciento en la declaración de la renta y de sociedades, como ya lo tuvimos en una época de crisis. El 35 por ciento en los fertilizantes, en fitosanitarios, en la luz, el 15 por ciento en los plásticos...y por si todo esto no es suficiente, un epígrafe del 10 por ciento de gastos de difícil justificación. En definitiva, bajar los impuestos, que pueden hacerlo.

Si la guerra de Ucrania se enquista, ¿qué le espera al campo español?

Habrá sectores que lo pasarán mal, por las materias primas que necesitamos, como los fertilizantes, que es común para todos, y luego están el maíz, trigo y cebada fundamentalmente para la ganadería. Habrá que buscar mercados alternativos para conseguir esas materias primas que ya no llegan de Ucrania. Y hay otro tema fundamental: hay que ser muy burros y tener una excesiva carga ideológica para querer hacer una política agrícola común que consiste en reducir la producción, en poner trabas y en que no vayamos a una política competitiva y de autoabastecimiento. Sin embargo, hay un Ministerio de Transición Ecológica y un vicepresidente de la Comisión (Europea), el señor Timmermans, que siguen enrocados en que la política tiene que ser más verde... ¡Pero si ya la hacemos verde todos los días! Y todas estas políticas absurdas que está practicando Bruselas con la Política Agrícola Común nos llevan a que haya que importar soja y maíz de Estados Unidos y lo que estaba prohibido hace cuatro días, ahora se hace. Y está demostrado que los productos genéticamente modificados no tienen ninguna consecuencia; es una cuestión ideológica.  

La falta de materias primas por la guerra de Ucrania ¿debería llevar a repensar la nueva PAC?

Italia ha pedido que no se aplique esta política, en Polonia unos sí y otros no...Hay varias voces y opiniones. La Política Agrícola Común está diseñada para el periodo 2021-2027 y vamos hacia 2023 y todavía no se ha aplicado. Vamos a empezar el 2023 con unos condicionantes geopolíticos tremendos. Ahora resulta que los barbechos que dejábamos, este año podemos sembrarlos de girasol. La dependencia que teníamos de girasol de Ucrania nos ha llevado a donde nos ha llevado, teniendo superficie en Castilla y León, en Andalucía o en Castilla-La Mancha donde podemos sembrar 600.000 o 700.000 hectáreas más de girasol. Y eso lo hacemos como consecuencia de la guerra; somos absurdos, ¿por qué no podemos hacerlo sin que haya guerra? Ahí está la irracionalidad y la torpeza de los que han diseñado esta Política Agraria Común.

La nueva PAC incide en la sostenibilidad. ¿Ese objetivo hará económicamente sostenibles las explotaciones agrarias y ganaderas?

Perdón, pero tengo que corregirle; sostenibilidad toda la que se quiera, pero como no haya rentabilidad no hay sostenibilidad. Yo puedo hacer cosas sostenibles, pero si genero; si no gano dinero con la sostenibilidad que nos mandan, ni sostenibilidad ni la madre que lo parió. Si me exigen un ecoesquema en el que tengo que hacer más cosas que la rentabilidad que voy a tener, yo no me someto a estas reglas y ya me buscaré la vida, porque me meten en unas reglas del juego que me hacen inviable. Por tanto, toda la sostenibilidad tiene que estar basada en la rentabilidad.

¿A La Rioja, la nueva PAC le afecta de alguna manera especial, por las características de esta región?

La Rioja es una región en la que hay casi de todo, aceite, frutas y hortalizas con una calidad excepcional, ganadería con una gran trazabilidad, pero a excepción del vino, que sobresale en cantidad macroeconómica con respecto a otros sectores, no hay cantidad. La Rioja debería aprovechar las diferencias que tiene con respecto a otras zonas del territorio de la Unión Europea. No tiene grandes cantidades en producción, y sí hay una tremenda calidad de esas producciones. Ese hecho diferenciador de la calidad debería aprovecharlo. Yo creo mucho en el mercado, pero hay que favorecerlo, con canales de comercialización y ese hecho diferenciador, que no tienen otros, ponerlo en los lineales. Eso se debería apoyar más.

Se intuye, entonces, de sus palabras, que no se están haciendo del todo bien las cosas.

No todo, pero creo que se pueden hacer más cosas.

Un caballo de batalla de los profesionales del campo es los bajos precios que perciben por sus productos, con los costes de producción disparados. ¿Está frenando el problema la Ley de Cadena Alimentaria?

La Ley de la Cadena es un instrumento legislativo que está ahí. Pero yo pongo el ejemplo de la ley de tráfico. Yo tengo que ir a 120 por hora, pero como soy más chulo que nadie, voy a 160, y me pilla el radar: cuatro puntos y 200 euros. Y eso no lo tenemos en la Ley de la Cadena, ni a la Guardia Civil ni al radar; están las señales, pero cada uno hace lo que le da la gana. Y las leyes son para cumplirlas. Por tanto, necesitamos opiniones objetivas, de la universidad, de las consejerías de agricultura, de los consejos económicos y sociales, de comités..., sobre cuánto cuesta producir las cosas. Que digan cuánto cuesta producir un kilo de uva y en base a esa cantidad se negocia. El problema es que ahora yo no negocio nada, tú llegas y pones el precio y ya está, a pesar de que la Ley de la Cadena dice que no se puede vender por debajo de costes de producción ni a pérdidas. Y tenemos otras leyes que dicen que un producto perecedero hay que pagarlo a 30 días y no se paga. La Ley es un instrumento que puede ser positivo, pero si no tenemos a la Guardia Civil, es decir, al ente que ha de hacerla cumplir...

El año comenzó con tractoradas por el todo el país. ¿Será preciso salir de nuevo a las calles y carreteras si la situación del campo no mejora?

Salimos a la calle, estuvimos en Madrid, no solo el sector agrario, sino el mundo rural en su conjunto, el de la caza, la pesca, el toro...Y fue el mundo rural el que dijo: dejen ustedes de chulearnos, de insultarnos, porque somos ciudadanos como los demás que quieren que les deje practicar la libertad y no solo lo que alguien diga y ponga en un real decreto. Si yo quiero cazar, que me dejen cazar y respetar, si no me gusta la caza, al que cace. Y lo mismo con los toros. Y no creo que la ganadería de bravo no sea sostenible. Estamos en democracia y lucharemos con uñas y dientes para que ideológicamente no nos imponga nadie nada; si nos convencen, nos han convencido, pero con respeto. Y el mundo rural ha salido a la calle porque se le ha faltado al respeto con la caza, con el lobo, con los toros, con el chuletón de Garzón...Y estábamos en aquellas manifestaciones con el tema de precios, pues imagínese con los que tenemos ahora. A las inclemencias climáticas estamos acostumbrados, pero lo que peor llevamos es la falta de respeto de algunos ministros del Gobierno, o de una rama del Gobierno; eso ha enfadado mucho al mundo rural, sea de izquierdas, de derechas o de centro. Habrá que tirar adelante, pero hay que hablar de agua, de rentabilidad o del incremento de los costes de producción, porque la mano de obra ha subido un 38,8 por ciento en año y medio; yo quiero pagarle a mi trabajador todo lo que le corresponde y más, pero ¿por qué no lo hacemos en el diálogo social?

La Rioja fue una de las regiones que suscribió la protección del lobo y aunque hay una mesa con las partes implicadas en busca de soluciones, los últimos ataques han soliviantado a los ganaderos. El Gobierno regional ha elevado las compensaciones por cabeza muerta o desaparecida. ¿El problema se resolverá a golpe de indemnización?

Hay cinco comunidades autónomas, cada una de su padre y de su madre, una del PSOE, otros del PP, otra de Revilla...y se ponen de acuerdo para decir que les dejen hacer lo que venían haciendo. ¿Por qué no dejamos a la gente del territorio que se organice? Si La Rioja decide hacer lo que ha hecho, con consenso entre las organizaciones agrarias y los ganaderos, seguro que habrá acertado. Yo defiendo al lobo, pero el lobo es el lobo y mis vacas son mis vacas. Que se pueda cazar el lobo ordenadamente y si comete una fechoría, que la Consejería me la pague. Hay que establecer una convivencia y así funcionará; porque, quizás, sin poder cazar el lobo, hay quien dice que se están matando más lobos. 

El ministro Garzón enfadó al sector ganadero con sus palabras sobre las macrogranjas y el consumo de carne. ¿Esa polémica es agua pasada?

Tonterías las justas y con las cosas de comer no se juega. Aquí puede uno decir si las chuletillas de La Mancha son mejores que las de La Rioja o si el ternasco de Aragón es mejor que el lechazo de Castilla y León, lo cual es competencia sana, pero no se mete con nadie. El problema es cuando se hacen unas declaraciones en un mercado muy dependiente de las exportaciones con mala fe, desconocimiento e ideología absurda. Están trasnochados, practican ideología del siglo XVIII, pero luego se hinchan a jamón y a vino y en la boda ponen solomillo. Es ideología rancia, pero cuando se hace en un periódico del Reino Unido puede hacer un daño tremendo. Menos mal que lo conseguimos parar.

El Gobierno acaba de aprobar una reducción de los módulos del IRPF por las inclemencias meteorológicas de 2021. Imagino que habrán recibido la medida con satisfacción.

Lo más importante es el 20 por ciento en la base, que ya se consiguió. Y ahora se ha logrado que haya rendimientos en los que se ha bajado. Cualquier bajada de módulos ante lo que hemos padecido en el año fiscal que ha pasado es positiva, aunque insuficiente, porque hay zonas que se han quedado fuera.

El vino no para de superar obstáculos. Además del problema de precios, en Rioja se vivió el intento de división desde determinados ámbitos del País Vasco, se frenó la pretensión de la UE de aludir al cáncer en las etiquetas y hay voces que piden no promocionar su consumo. ¿Hay una cruzada en su contra?

Ha habido gente que históricamente ha ido contra el vino y no sabemos por qué. Aquí hubo una ley que se llamó del botellón, con Zapatero de presidente y Elena Salgado de ministra. ¿Pero usted cree que en el botellón beben vino? Pues ahora es igual. Lo de Bruselas lo teníamos bastante controlado, porque era solo un informe en una comisión del Parlamento, pero hubo eurodiputados españoles que votaron a favor. Por tanto, claro que hay agresiones, como si no hubiéramos tenido bastante con la pandemia, con todo cerrado, solo con lo que salía para la exportación, para que ahora vengan a tocar las narices cuatro iluminados. Nuestra cultura es vino y es como todo en la vida, hay que tomarlo con moderación. El vino da alegría, sabiduría, compañía, riqueza, medio ambiente...Es algo nuestro. Envidio a los franceses, porque en cuanto vas allí, tarde o tempranos te comes un plato de queso. 

La sequía venía agravando en los primeros meses la situación en varias regiones. ¿Las últimas lluvias de abril y mayo salvarán las cosechas?

Será un año dispar y hablo con propiedad; como agricultor de Ciudad Real yo tenía un magnífico año y ya no lo tengo; cinco días con temperaturas de 30 grados y ya están las espigas blancas. Cierto es que se ha arreglado bastante y por tanto espero una cosecha de cereales decente. 

En La Rioja, como en otras regiones, la fauna silvestre está provocando daños en cultivos. ¿Esa evidencia frenará la corriente animalista que cuestiona la caza?

A la madre naturaleza no se le puede engañar. Yo estudié de pequeño en la escuela de mi pueblo el punto de equilibrio entre la flora y la fauna. Cuando no lo hay, se produce o exceso de flora o de fauna. Si durante una pandemia no se ha practicado la caza, los animales que normalmente de abatían en el campo se han multiplicado. Tanta falsa ecología trae problemas. Hay que preservar el equilibrio y si hay una superpoblación de conejos habrá que controlarla. Y algunos ya se están dando cuenta de que o guardamos ese equilibrio o al final los seguros no cubrirán ni accidentes ni daños agrarios. Y hay otra parte importante; nosotros tenemos la obligación de tener los animales saneados contra las enfermedades y estos otros (animales silvestres) portan la enfermedad y la transmiten a las vacas, las ovejas o las cabras.

En La Rioja, el champiñón es un cultivo muy relevante. Además de los costes de la energía, se enfrenta a la merma de producción por el hongo Dactylium. ¿Qué futuro le augura? 

De lo que no conozco suficiente no me gusta hablar. Sí pedí al Ministerio de Agricultura unas ayudas suficientes para el champiñón dentro de las medidas por la guerra de Ucrania. No había suficiente dinero y lo desviaron a las consejerías de La Rioja y Castilla-La Mancha para que lo hicieran. Pero sí creo que es un sector que se reorganizó, que tenía una dimensión adecuada y cuando llegan situaciones de este tipo hay que cortar de raíz los problemas.

En las protestas de meses pasados, las tres principales organizaciones agrarias marcharon al unísono. ¿La unidad de acción es correcta en general?

La unidad de acción e ir unidos a pedir algo siempre es bueno, aunque es cierto que tenemos nuestras discrepancias por los modelos que representamos cada uno. En estos momentos y ante un llamamiento de este tipo, el que se queda fuera va a pasar mucho frío. La necesidad hace virtud y a lo mejor a alguien no le dejan participar en esos movimientos, pero no tiene más necesidad de hacerlo si quiere volver a su pueblo.