"Los incendios también se apagan en las aulas"

Gustavo Basurto
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El consejero de Sostenibilidad y Transición Ecológica, Álex Dorado, analiza, en una entrevista con El Día de La Rioja, lo ocurrido en Yerga y Ezcaray y avanza los planes de su departamento en sus distintas áreas de competencia

Álex Dorado, en su despacho de la Consejería, en las instalaciones de Pradoviejo. - Foto: Ingrid

 El casco y la bici para acudir casi todos los días al despacho de la Consejería son toda una declaración de intensiones. El responsable regional del medio ambiente, Álex Dorado Nájera, (Logroño, 1982), es biólogo y un apasionado de las nuevas políticas de preservación de la biodiversidad y lucha contra el cambio climático. Para un consejero que se reivindica abiertamente como ecologista y conservacionista, un bosque calcinado no es un accidente sino una «tragedia». Y al responsable de Sostenibilidad y Transición Ecológica del Gobierno de La Rioja le ha tocado lidiar con el que a estas alturas es ya uno los peores veranos de los últimos años en materia de incendios. Álex Dorado analiza, en una entrevista con El Día de La Rioja, lo ocurrido en Yerga y Ezcaray y avanza los planes de su departamento en sus distintas áreas de competencia.

 

Una de las noticias tristes del verano ha sido la acción destructiva del fuego, con dos grandes incendios. En poco más de un mes se han quemado casi 500 hectáreas de monte en Yerga y el entorno de Ezcaray. ¿Es la peor campaña contraincendios en décadas?

El fuego de Yerga sí que ha sido el peor en al menos una quincena de años. Las estadísticas varían, pero es verdad que en 2017 se quemaron también bastantes hectáreas;y hay que recordar que todavía falta mucho tiempo hasta que finalice la temporada de alto riesgo de incendios, que dura hasta el 15 de octubre, por lo que no podemos hacer aún una valoración del año. Pero sí, es verdad que hemos empezado con dos tragedias que van a sumar muchas hectáreas a esa estadística y estaremos en torno a los peores años desde hace un lustro, por lo menos. 

En el caso del incendio de Posadas y Azárrulla hay fundados indicios de que haya podido ser intencionado. ¿En qué se apoya esa sospecha?

Básicamente, por cómo se produjo el incendio. Fue en dos focos a poca distancia y en un periodo de tiempo muy limitado. Con el primer foco, nos movilizamos muy rápidamente y con los medios aéreos que empezaron a sobrevolar la zona se vio prácticamente cómo o empezaba el segundo foco. Y además es un área en el que históricamente ha habido este triste recuerdo e historia de incendios provocados. No es una afirmación, pero que haya sido provocado es una de las principales hipótesis. Desde el primer momento y en paralelo con las labores de extinción se inició la investigación y ahí el Seprona y los agentes forestales especializados con los que contamos tendrán que ir diciéndonos. Habrá que extremar la vigilancia en ese entorno y que todo el mundo si ve cualquier comportamiento sospechoso que lo comunique a las fuerzas y cuerpos de seguridad y que ante cualquier fuego o humo que vean, que avisen al 112.

Hace años ocurrió algo similar. ¿Hay un pirómano suelto en la zona?

Es una de las probabilidades. También es verdad es que esta gente puede estar ahí y luego desplazarse; no sabemos si es de allí o de otro lugar de La Rioja o de España. De momento, son todo conjeturas.

 

¿No hay aún ninguna pista que apunte a  algún sospechoso?

No. Es temprano para saberlo.

 

La legislación penal ya es dura contra los pirómanos, pero aún así actúan. Ustedes hacen un llamamiento a la población a denunciarlo. ¿Quiere decir que queda todo en manos de los vecinos?

No. Obviamente, las administraciones tenemos un papel clave a la hora de vigilar y se hace esa labor, unas veces más visible y otras veces menos, pero está ahí. Siempre apelamos a esa doble vertiente; la de avisar al 112 o a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, pero también a los propios comportamientos. Hay que ser muy consciente de lo que se hace en cada momento, porque los incendios intencionados son menos que los que se provocan por parte de las personas por imprudencias. Cada uno debe de ser muy consciente de la desgracia que pueden desencadenar hechos aparentemente anodinos, como tirar una colilla, dejar un vidrio o utilizar un asador cuando está prohibido. Puede ser una desgracia para las personas que arriesgan sus vidas luchando contra los incendios o para los vecinos de las poblaciones cercanas, como los de las dos aldeas de Ezcaray o en el caso de Yerga de Grávalos y Villarroya, a las que se acercó el fuego. Además, es un menoscabo para las posibilidades turísticas del territorio, como en el caso de Ezcaray y sus aldeas, que dependen mucho del turismo. Y a eso se suma el daño ambiental, que muchas veces es irreparable.

¿En Yerga ya se sabe cómo prendió el fuego?

No. La línea de investigación apunta a una imprudencia, pero no está determinado todavía. Se originó en un entorno en cuyas proximidades había tanto terrenos agrícolas como un área recreativa y las hipótesis principales son o el efecto lupa de alguna botella o el mal funcionamiento de alguna maquinaria que pudiera producir una chispa.

Los incendios siempre causan un daño medioambiental, pero no todos los ecosistemas tienen el mismo valor. ¿Los de este verano han afectado a montes de especial valor?

En el caso de Ezcaray es aún pronto, porque estamos todavía evaluando el daño. Se trata de un entorno que está en la Red Natura 2000, pero también es verdad que había sido ya afectado por los incendios de 2009, por lo que es una zona que estaba en repoblación; de hecho, el fuego ha afectado a dos repoblaciones que se hicieron para recuperar la zona. Por ello, ese bosque que estaba en sus primeros años de vida tiene menos valor que un bosque maduro. Es cierto que también ha afectado a bosque mixto de frondosas con más  valor. En el caso de Yerga, eran pinares y encinares más adultos, con mayor valor y en un entorno que es Reserva de la Biosfera. Las dos zonas tienen algún tipo de reconocimiento o protección por su valor ecológico, pero el bosque era más maduro en Yerga, con 169 hectáreas de arbolado de un total de 360 afectadas en total. En Ezcaray han sido en torno a 100 hectáreas, la mayoría matorral, mixtos de frondosa y repoblaciones con pinos. 

¿Cómo se actuará ahora sobre la superficie quemada. Se repoblará con otro tipo de arbolado?

Está por ver. Lo importante ahora es hacer un primer análisis, porque a veces el fuego afecta de una forma u otra y en ocasiones dependiendo de la vegetación se regenera de forma espontánea o el árbol no ha quedado tan dañado y tiene la capacidad de volver a echar hojas. Lo que hay que evitar sobre todo es la erosión del suelo, porque queda desprotegido. Con el cambio climático estamos viendo más episodios torrenciales o violentos de agua, que arrastran suelo y al desaparecer esa cubierta vegetal es más difícil que el bosque se regenere. Vamos a analizarlo para remar con la propia naturaleza en el mismo rumbo que ella toma de forma espontánea para ayudarle de la mejor manera. 

 

El Consejo de Ministros ha incluido a La Rioja entre las zonas afectadas por emergencia de protección civil por los incendios. ¿Se sabe ya qué ayudas podría recibir la región?

Estamos a la espera de conocer el texto definitivo del Consejo de Ministros (la notificación del acuerdo se produjo durante la realización de la entrevista), pero nosotros ya informamos a la Delegación del Gobierno de las características de estos dos incendios más importantes, para que se nos incluyese en esa línea de ayudas. Pero hay que resaltar que ya hemos recibido ayuda, porque en el dispositivo de extinción de incendios se invierte mucho dinero y el Gobierno de España ha ofrecido ya medios, la UME y los del Ministerio, que han colaborado con los nuestros, tanto con aviones de la base de Agoncillo como de otras zonas. Esa ayuda ya se nos ha prestado y así hay que reconocérselo al Ministerio de Transición Ecológica y a la Unidad Militar de Emergencias. 

 

El sindicato UGT ha denunciado que faltan agentes forestales. ¿Cree que la plantilla es suficiente?

Hemos cerrado un acuerdo tanto con agentes forestales como con bomberos forestales recientemente y creo que hay que saludar la disposición de los sindicatos de ambos colectivos y del trabajo de la Consejería de Hacienda y Función Pública para llegar a ese acuerdo y uno de los puntos es ampliar la plantilla. Los medios que tenemos están suficientemente formados y son muy profesionales para atajar estos dos grandes incendios y otros más pequeños, como los de Villarta Quintana y Ribafrecha. De forma constante, durante la época de alto riesgo proporcionamos más medios con una plantilla temporal que se incorpora a las labores de prevención y extinción para apoyar a los efectivos con  los que contamos, que son 79 agentes forestales y unos 110 bomberos forestales. 

 

Pese a que La Rioja no es una de las comunidades tradicionalmente más propensas a los grandes incendios, ¿tiene previsto su Consejería introducir algún cambio en su política de prevención y extinción?

Hay que invertir mucho en prevención y en educación ambiental. Se dice, y es verdad, que los incendios forestales se apagan en invierno, porque es una labor de prevención de todo el año, pero también se apagan en las aulas y a través de la educación ambiental, enseñando, no solo a los niños sino también a los adultos, la importancia del medio ambiente y lo que perdemos cada vez que se quema un bosque en cuanto a ecosistemas y posible desarrollo socioeconómico de la zona. Por tanto, hay que apostar por la prevención e invertir más en el dispositivo de extinción de incendios. Este  año hemos aumentado en cien mil euros lo que dedicamos a ese dispositivo y vamos a reforzar la labor de previsión y limpieza del monte durante el resto del año.

 

Otro asunto que ha dado algún que otro quebradero de cabeza a su Consejería en los últimos meses es la proliferación de proyectos eólicos y su consiguiente contestación social, sobre todo en las zonas de Ocón y Enciso. ¿Cómo están esos proyectos?

Siguen su tramitación. Los plazos están tasados y hasta el 29 de abril de 2022 tenemos plazo para evaluar los informes de impacto ambiental de los promotores. Lo que podemos decir es que el proceso será riguroso. Nuestro objetivo es desarrollar las energías renovables para luchar contra la crisis climática. Recientemente hemos conocido el informe del IPCC de Naciones Unidas, que nos dice que tenemos muy pocos años para darle la vuelta a la situación y a tratar al planeta de otra forma; pero a la vez eso tiene que ser compatible con la biodiversidad. Tenemos herramientas de ordenación del territorio eficientes que protegen dos tercios del territorio y los excluyen de cualquier tipo de instalación de energías renovables y en el tercio restante, el proceso está tasado con unos exámenes que hace la Administración para garantizar que ese respeto por la biodiversidad, el urbanismo y los bienes de interés cultural se respetan. En caso de no respetarse o de estar en los dos tercios del territorio excluidos, esos proyectos serán denegados. Si respetan los valores ambientales de la zona, se podrán llevar a cabo.

 

En poco tiempo, se ha producido un aluvión de proyectos de renovables. ¿Hay detrás de algunos de ellos intereses especulativos?

Hay que entender el proceso. Todo proyecto de grandes dimensiones tiene que ir conectado a la red de transporte de Red Eléctrica y hay unos derechos de conexión. El Ministerio detectó un cierto acaparamiento de permisos para revenderlos;es decir, que detectó cierta especulación que evitaba que proyectos realistas y serios se desarrollasen. Por ello marcó unos límites en los que los proyectos tenían que estar presentados a las administraciones para diferenciar los especulativos de los reales. El límite estaba marcado por el Ministerio para diciembre de 2020, lo que hizo que muchos proyectos se precipitasen durante la parte final del pasado año. Por eso hay esa sensación de gran llegada de proyectos. Muchos de ellos no saldrán adelante. Además, no se materializan de la noche al día. Los exámenes son muy exhaustivos. Entre tramitación y puesta en marcha pueden pasar hasta cuatro o cinco años, con lo cual de lo que hablamos hoy estarían en marcha en 2025 o 2026. Y tenemos objetivos que cumplir para 2030.  

 

¿Cuántos proyectos de energías renovables hay en tramitación en la Comunidad autónoma?

Nosotros estamos tramitando 26, de los cuales seis son eólicos y 20 fotovoltaicos. De 50 megavatios hacia arriba o si afectan a dos comunidades los tramita el Ministerio y si no es la Comunidad autónoma.

 

Usted se define como conservacionista. ¿Cómo lograr el equilibrio entre las energías renovables y el respeto a los paisajes y ecosistemas?

Teniendo muy claro lo que hay que proteger; esos dos tercios de la superficie riojana que tiene dos posibles protecciones, por parte de esta Consejería, desde el punto de vista ambiental, y el otro desde el urbanismo, que es la Directriz de Suelo no Urbanizable, que se lleva desde Agricultura, Ganadería, Territorio y Población. Ambas consejerías estamos revisando para ver si hay alguna zona de La Rioja que no tenga esa protección y debiera tenerla. Y nosotros estamos preparando ya la incorporación de tres zonas de La Rioja para ampliar la zona de la Red Natura 2000, una propuesta que tiene que aceptar la Comisión Europea. Y vamos a reforzar la protección del Alto Najerilla con la figura de parque natural. No hay mayor riesgo para nuestro paisaje, nuestra agricultura y nuestra biodiversidad que el cambio climático. Hay que compatibilizar esas dos voluntades.

 

¿Cuales son esas tres zonas que se incorporarían a la Red Natura 2000?

Aún no están delimitadas de forma exhaustiva, pero queremos ampliar esa protección a las riberas de los ríos, es decir los sotos; una parte del Valle del Iregua y probablemente los  montes de Moncalvillo. 

 

Con los proyectos de renovables, ¿será necesaria a futuro la central de ciclo combinado de Arrúbal?

Según el Plan Nacional de Energía y Clima y la Ley de Cambio Climático, es posible utilizar el gas hasta el entorno del año 2050. El objetivo es acabar con el gas como muy tarde ese año. Es la última energía que se conecta a la red en el mix. A medida que crece el mix de renovables, se conectan menos las de gas; pero las renovables no funcionan siempre y entonces se conectan las de gas. En 2019, el último año fiable, en La Rioja se generaba el 50% a través de renovables y el resto con gas, con el ciclo combinado de Arrúbal.

 

¿Cómo está la tramitación del segundo parque natural de la región, el del Alto Najerilla?

Es un trámite largo. Tiene que aprobarse por ley en el Parlamento y previamente hay que aprobar el plan de ordenación de recursos naturales, en el que estamos ahora y que es un proceso participativo en el que hablamos con municipios y sociedad civil para definir usos y beneficios.

Los planes de descarbonización ponen al vehículo eléctrico como la clave de la movilidad en el futuro, pero falta una red de estaciones de recarga suficiente. ¿Qué hará el Gobierno riojano al respecto?

Tenemos en vigor el plan Moves II hasta el 17 de septiembre, cuando enlazará con el III; y ahí hay abiertas subvenciones para compra de vehículos eléctricos y para instalar puntos de recarga. Desde esta Consejería estamos esperando los resultados de un estudio para ver dónde situar la red de puntos de recarga para asegurar que cualquiera pueda viajar sin la preocupación. Cada municipio necesitaría tener uno. 

Otro punto de tensión fue la ley de caza, aunque finalmente se ha logrado un acuerdo con los cazadores. ¿Qué  queda para que entre en vigor?

Está enviada ya al Parlamento. Hubo un proceso largo de participación pública. El texto no se alejaba demasiado de lo que pedía la Federación Riojana de Caza y pactamos con ella unas enmiendas que ahora están en manos de los grupos parlamentarios. La Federación retiró ya su iniciativa legislativa popular.

También se creó la Mesa del Lobo para conciliar los intereses ganaderos y la protección del gran cánido. ¿Hay ya propuestas concretas?

Todavía no; estamos en el proceso de consultas. Fuimos la primera comunidad en acudir a la Fundación Entretantos, como mediadora en conflictos ecosociales, y nos hemos juntado la Administración, asociaciones ecologistas, organizaciones agrarias y los ganaderos. Hemos buscado unos puntos de debate en los que poder llegar a conclusiones y abordarlos de forma periódica. Vamos ya por la tercera reunión y a finales de septiembre se realizará la cuarta. Tendremos conclusiones para finales de año. Creo que hay que agradecer la actitud de todos. Y seguiremos tomando medidas para propiciar la coexistencia de la ganadería extensiva y el lobo ibérico.

 

El 7 de septiembre, el aeropuerto retomará los vuelos regulares a Madrid, merced al acuerdo con Air Nostrum, que recibirá del Gobierno riojano 639.000 euros. ¿Hasta cuándo seguirá esa fórmula?

Lo que queremos es la Obligación de Servicio Público (OSP) y es lo que estamos tramitando ante el Ministerio. Mantendremos este sistema hasta que tengamos la OSP y haya demanda de esos vuelos.

¿No hay previsión sobre cuándo pudiera llegar la OSP?

Esperamos tener los parabienes del Ministerio este año, pero tiene  que ser aprobada por la Comisión Europea y luego se tiene que licitar y analizar las ofertas de las compañías aéreas. Hemos planteado los vuelos diarios a Madrid e incluir un puente turístico para salir el viernes y la vuelta el domingo para propiciar el turismo.

Ustedes han conseguido un consenso casi total en torno a la propuesta de llevar al trazado del ferrocarril de alta velocidad en su lado oeste hacia Pancorbo en lugar de a Miranda. ¿Cómo se materializará ahora esa alternativa?

Esa es nuestra propuesta como región, después del consenso logrado, y ahora el Ministerio tiene que estudiarla. Creemos que es viable y que es la mejor ambientalmente. 

¿Tienen previsto tratarlo a corto plazo con el Ministerio?

Pretendemos reunirnos a corto plazo con la nueva ministra y presentarle nuestra visión sobre las infraestructuras de La Rioja y la movilidad sostenible.

El PP denuncia que de los 15 millones presupuestados para la variante ferroviaria de Rincón de Soto no se invertirá ni un euro este año. 

Los temas de infraestructuras son a largo plazo y es verdad que se está produciendo un retraso en la ejecución. Pero precisamente el PP, que produjo un retraso de 14 años al dejar caducar la anterior evaluación de impacto ambiental de la alta velocidad en La Rioja, no creo que esté en condiciones de afear un retraso en una infraestructura en la que gracias a los trabajos de esta Consejería se ha logrado pasar de los 140 kilómetros por hora previstos en el proyecto que dejó el PP a 220, en lo que será el primer tramo de la alta velocidad en suelo riojano.  

En materia de carreteras también está pendiente la conexión del nuevo enlace en la AP-68 hacia Lodosa. ¿Para cuándo esa obra?

Las últimas noticias apuntan a que está a falta de que el Ministerio firme el convenio con la concesionaria de la autopista. El proyecto está preparado a falta de ese convenio. Creemos que será inminente.

 

Su consejería plantea una red de carriles bici y peatonales entre municipios del área metropolitana. ¿Hay ya algo concreto?

Hicimos un estudio inicial de alternativas sobre los carriles más eficientes. Hemos contratado ya a una ingeniería para desarrollar esos proyectos y que los podamos ejecutar cuanto antes. Básicamente unirían Logroño con Villamediana, Lardero y Alberite; Navarrete quedaría unido por el Camino de Santiago, que queremos adecuar en todo su recorrido y dignificarlo.

¿Los carriles bicis tendrían su propio espacio u ocuparían parte de las calzadas de las carreteras?

Nos lo dirán los proyectos, pero pretendemos ampliar la sección y hacer un carril bici. Posiblemente, algunos vayan por caminos u otras zonas.

También está pendiente de licitar el nuevo contrato del transporte metropolitano. ¿Para cuándo?

Se paralizó por la pandemia. Se prorrogó y ahora estamos viendo cómo se recupera el transporte público. Lo tendremos cuando hagamos esa repercusión real. 

 

¿Se ampliará su cobertura para luchar contra la despoblación? 

Estamos estudiando sobre todo el transporte rural, porque queremos optimizarlo. Muchas veces hay autobuses que van vacíos y queremos hacer ese transporte más eficaz. A final de año tendremos las conclusiones de un estudio para dar nueva forma a un servicio más próximo al ciudadano.

En alguna comunidad con problemas de despoblación, como Castilla y León,  han puesto en marcha el transporte a demanda en el ámbito rural. ¿Se lo plantean aquí?

Es una de las fórmulas que estamos estudiando para el transporte rural y por ahí irá un poco esta modificación del sistema. Nuestra intención es llevar el transporte al ciudadano y hay paradas que se pueden hacer a demanda. Además, hay comarcas como la de Cervera, que incorporaremos al transporte rural.  

¿Qué planes hay para extender la depuración de aguas?

Hemos modificado la ley de depuración para poder hacer proyecto de menos de 25 habitantes. Este año hemos sido reconocidos por el Ministerio, junto a Navarra y Murcia, como las comunidades que mejor depuran sus aguas. Pero a veces se nos olvidan los pequeños núcleos y ahora gracias a la modificación de la ley podemos intervenir en 35 localidades para prestarles ese servicio nosotros. 

Aún queda algún municipio al que es necesario llevar agua potable en camiones cisterna en verano. ¿Cuándo se atajará ese problema?

Este año hemos llevado agua a Cenzano, Ventas Blancas y Grávalos. En Grávalos, vamos a proponerles una nueva captación. Y ese entorno queremos conectarlo a los sistemas supramunicipales. En pocas semanas aprobaremos el proyecto supramunicipal del Cidacos, que probablemente será la mayor obra de los próximos años, con 45 o 50 millones de euros, con la que desde el pantano de Enciso daremos agua a 70.000 personas y a 22 municipios del valle del Cidacos y parte de la ribera del Ebro. Será un hito en la legislatura. 

Usted ha anunciado su voluntad de introducir cambios en la legislación. ¿En qué sentido?

Esa voluntad de cambio se irá plasmando en nueva legislación, que también es la forma de cambiar las cosas, con la Ley Riojana de Cambio Climático y la de Biodiversidad, que mejorará y actualizará la legislación en materia de conservación para adaptarla a las dos crisis que tenemos como sociedad, la climática y la de biodiversidad.