Sheyla Gutiérrez, la leona de las nieves

El Día
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La ciclista riojana, tras formar parte de la expedición solidaria HimELAya, aspira a subir los 8.848 metros de la cumbre más alta de la tierra

Sheyla Gutiérrez, escondida entre sus compañeros de cordada, tras cumplir el objetivo de llevar a Miguel Ángel Cortés al campamento base del Everest. - Foto: FOTO CEDIDA SHEYLA GUTIÉRREZ

En el pelotón se la conoce como la leona aunque ahora más bien se parece a un leopardo de las nieves.Sheyla Gutiérrez (Varea, 1994) se encuentra al cierre de este reportaje a 6.200 metros camino del Everest, la cumbre más alta de la tierra.   

La ciclista del Movistar ha aparcado por un momento la cabra y aunque, la contrarreloj es una de sus especialidades (oro, dos platas y otros dos bronces), este mes se ha vestido, sin maillor de lunares, de grimpeuse, escaladora en el argot ciclístico, para culminar un sueño tan oneroso como extenuante: escalar el monte de todos los montes.

La riojana formó parte, hasta este lunes, de la expedición  'HimELAya - Grito de Vida', en una cordada solidaria compuesta por una treintena de montañeros y deportistas (junto a la propia Sheyla Gutiérrez formaba parte María Carmen Ruiz, mujer de Miguel Ángel Roldán y ex integrante de la selección española de baloncesto). El objetivo, de este abigarrado grupo de coéquipiers, acompañar al campamento base del Everest (5.364 metros) a Miguel Ángel Roldán, diagnosticado de ELA(Esclerosis Lateral Amiotrófica) hace cuatro años. Este lunes, el triatleta cordobés lanzó su grito de vida, cuya reverberación todavía retumba por la cordillera himalayítica.

'Mikel' Roldán se convirtió este lunes en el primer enfermo de ELA que alcanza esta altura y lo hizo acompañado por la ciclista logroñesa y por Juan Ramón Calvo, miembro de la AsociaciónDar Dar que lucha contra esta enfermedad. Su gesto altruista ha servido también para escenificar que La Rioja cuenta ya con una asociación (VencELA) de personas afectadas con este diagnóstico. 

El triatleta completó los últimos metros del recorrido con ayuda de oxígeno, después de una fatigosa jornada que arrancó a las seis de la mañana (02.15, horas española)en Lobuche(4.940 metros) y que incluyó el paso por el glaciar Khumbu, la primera estribación seria camino de la meta.

Atrás quedaron siete jornadas de un gran esfuerzo colectivo que culminó con la ansiada llegada al campamento base.

La ciclista logroñesa reconocía que la experiencia «está siendo increíble, sobre todo por poder acompañar a Miguel Ángel Roldán, que es una persona que nunca se rinde, que siempre dice que se puede». «Es impresionante estar junto a una persona con su fuerza y sus valores», agregó.

«Cada etapa ha sido una lucha muy dura, pero muy bonita y así celebrábamos cada una de ellas, llorando de emoción», continuó. «Es indescriptible lo que estamos viviendo y lo que nos ha dado Mikel. Es muy gratificante ayudar a cumplir sus sueños», se despedía al tiempo que apostaba por «visibilizar el ELA y apoyar la investigación para buscar una cura a esta enfermeda».

Nuevo reto. Y una vez que se encuentra a los pies del Everest, la ciclista logroñesa, que puso rumbo a Nepal el 14 de octubre, ha optado por continuar su ascensión al techo del planeta.

El martes alcanzó los 5.648 metros y ayer miércoles superó la cota de los seis mil metros. La meteorología y  las fuerzas acompañan camino de la meta hollada por vez primera porEdmund Hillary. Aunque el tiempo apremia. El objetivo de la riojana es llegar a Katmandú el próximo 4 de noviembre, a tiempo para regresar a casa.  Lo hará tras superar una Cima Coppi imposible situada a 8.848 metros.