La unidad de críticos, preparada ante un hipotético repunte

Ana Lumbreras (Efe)
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La nueva unidad polivalente de críticos facilita el seguimiento asistencial de enfermos posquirúrgicos y de aquellos que no están en una situación complicada, pero requieren unos cuidado intermedios durante 24 o 48 horas

Una sanitaria de la Unidad de Críticos. - Foto: Raquel Manzanares (Efe)

 "La colaboración de equipos multidisciplinarios, mixtos y transversales permite ofrecer una mejor atención a los pacientes", de lo que es un ejemplo y una herencia de la COVID-19 la nueva unidad polivalente de críticos que ha puesto en marcha el Hospital San Pedro de Logroño con 15 camas. Así lo defienden sus dos directores, el anestesista Enrique Fraile y el internista Fernando Martínez Soba, quienes han acompañado a Efe en la visita a este nuevo espacio del Hospital, junto al director del Área de Salud de La Rioja, Alberto Lafuente.

Este área, situada en el control hasta ahora destinado a pacientes pluripatológicos, facilita el seguimiento asistencial de enfermos posquirúrgicos y aquellos que no están en una situación complicada, pero requieren unos cuidado intermedios durante 24 o 48 horas antes de pasar a planta y no necesitan ingresar en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Intensivistas, anestesistas, neumólogos, cardiólogos, endocrinos... participan en este unidad polivalente, que, en el caso de que se produzca un nuevo repunte de la COVID-19, ya estará preparada para atender a pacientes críticos y unirse a las actuales 17 camas de la UCI.

"La pandemia de coronavirus nos ha enseñado que la forma de tratar a los pacientes no puede ser de forma aislada y con estructuras antiguas de unidades aisladas y monolíticas", según Fraile, también jefe del Servicio de Anestesiología y Reanimación. Frente a ello, ha puesto de manifiesto la importancia de las unidades multidisciplinarias y colaborativas, con especialistas de distinto origen que aportan sus conocimientos y experiencias para "sacar adelante a los pacientes", como ha ocurrido en esta crisis sanitaria.

La pandemia de la COVID-19, ha subrayado, obligó a buscar "soluciones imaginativas y eficaces" porque los intensivistas de la UCI no podían atender a todos los pacientes que llegaban, por lo que se crearon equipos multidisciplinarios, sobre todo con anestesistas. Se ha mostrado la eficacia de la colaboración de especialistas que clásicamente no tratan pacientes críticos ni agudos, pero que, en esta situación, "con empuje y ganas", han formado parte de unidades colaborativas que han permitido sacar adelante a os enfermos, ha insistido.

Martínez Soba, jefe de la UCI, se ha referido a que el coranavirus les ha ayudado a "pensar cómo atender a los pacientes", a los que cuando se les ve de una manera integral por distintos especialistas, por lo general, "el resultado siempre es mejor". Ha recordado que se pensó inicialmente que esta nueva unidad albergaría a pacientes con patología COVID-19 en una siguiente oleada, pero, en la actualidad, ese rebote no se ha producido y se ha optado por darle esta función de que sea un área en la que los diferentes profesionales trabajen de manera más integrada en el día a día con enfermos de cuidados intermedios.

El trabajo multidisciplnar ya era una de forma empleada en el Hospital San Pedro, pero con "esta unidad hemos ido un poquito más allá, facilitando la integración de todos los profesionales en la asistencia" y un trabajo de corresponsabilidad, ha subrayado, lo que "aporta algo muy bueno a los pacientes". Cada una de las habitaciones cuenta con avanzados sistemas de monitorización hemodinámica y tratamiento, como dispositivos de ventilación mecánica invasiva y no invasiva y bombas de perfusión.

"Es una unidad centrada en el paciente, en la que todos los profesionales de diferentes especialidades trabajan de forma conjunta", ha añadido Lafuente, para quien "la pandemia nos ha enseñado a que hay que romper las estructuras físicas del hospital porque el trabajo multidisciplinar es lo mejor para el paciente". El que gana es el paciente porque "la COVID-19 nos ha enseñado que no se puede trabajar de forma individual, por servicios, sino que hay que hacerlo de forma conjunta" porque el objetivo es lograr la mejora de los pacientes. Esta iniciativa, que es "algo que defendemos desde hace tiempo los que trabajamos en el ámbito de la gerencia hospitalaria", es "innovadora, necesaria", pero no ya por el espacio físico, sino por las personas que participan en ella de forma conjunta, que están preparadas y formadas y en la que todas tienen protagonismo.

Fraile, Martínez Soba y Lafuente han sido algunos de los muchos sanitarios y personal no sanitario del Hospital San Pedro que han estado en la primera línea de la batalla librada contra el coronavirus en los últimos meses en La Rioja. "Todos lo dimos todo cuando llegó la primera ola de la enfermedad y ahora nos ha pegado un poco el bajón emocional", según Fraile, para quien "la situación sanitaria ha sido terrible", pero también agradecen volver a la normalidad poco a poco. Para él, "el coronavirus lo tenemos ahí, como mirándolo de reojo, pensando que igual viene o no; no sabemos si será intenso o no... Estaremos preparados, pero la vida sigue y tenemos que continuar".

Además, desde el punto de vista sanitario, "nos va a pillar más preparados, con más conocimientos, con las estructuras ya creadas y con la colaboración entre departamentos", en el supuesto de que pueda haber un repunte, como indican los expertos. Reconoce que no ha tenido miedo por él durante esta pandemia porque asume el riesgo de su profesión, pero sí por poder contagiar la enfermedad a su familia. Por ello, durante mes y medio, ha residido en el Hotel Carlton de Logroño, donde los sanitarios alojados han recibido una gran atención, pero ha sido "duro" por no estar con sus seres queridos. "Esta experiencia nos ha marcado, es un acontecimiento vital. Somos diferentes después de la pandemia. Ni mejores ni peores, diferentes", asegura Martínez Soba.

Realmente, han pasado algo más de dos meses desde el inicio de esta crisis sanitaria, pero "nos parece que ha ocurrido hace mucho tiempo , nos da vértigo pensar cómo ha sido posible que hiciéramos aquello en tan poco tiempo con los recursos humanos que teníamos". "En algunas cosas, la COVID-19 nos ha enseñado qué bonita es esta profesión, la vocación, qué maravilloso es trabajar todos juntos... El único problema que teníamos eran las pacientes, que estaban muy malitos y necesitaban ayuda", ha resaltado. Lafuente entiende que ahora hay "una fase un poco más de relax", sin pacientes COVID-19 en la UCI desde el pasado fin de semana y con cerca de una veintena en planta, cuando se llegaron a alcanzar casi 40 y 300, respectivamente, en los picos de la pandemia en La Rioja.

 

Pero, ha insistido, "no podemos relajarnos, no sabemos de qué intensidad ni cuándo será el repunte", según estiman los expertos, por lo que las autoridades sanitarias riojanas realizan un seguimiento de la evolución de la enfermedad en la región para articular mejor la Atención Primaria y la hospitalaria. "Lo importante es no relajarnos porque no ha pasado el virus, está ahí fuera", enfatiza, por lo que es importante la responsabilidad de los ciudadanos a la hora de cumplir las medidas higiénicas y el distanciamiento social establecidos.