Los contagios de infecciones de transmisión sexual se disparan

Javier Alfaro P.
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Cada vez afectan a más jóvenes que solo toman medidas para evitar embarazos, pero la clamidia y la gonorrea se multiplican hasta por 11, con cepas resistentes a los antibióticos

El doctor José Antonio Oteo es el jefe del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario San Pedro de Logroño. - Foto: INGRID

Los datos asustan. Las infecciones de transmisión sexual (ITS) se están multiplicando exponencialmente en los últimos años en todo el mundo, una realidad de la que España y La Rioja no son ajenas.
En el servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Universitario San Pedro, se muestran alarmados porque la incidencia ya afecta a todas las edades y se ceba con adolescentes y jóvenes que no perciben los riesgos de contraerlas.

Al frente del mismo, el doctor José Antonio Oteo subraya que si bien «durante los años de mayor incidencia de la pandemia, 2020 y 2021, se hicieron menos cribados, porque había otras prioridades, y  se realizaron mayoritariamente a pacientes que mostraban sintomatología evidente de contagio». El experto apunta que la tendencia en los años previos «ya era ascendente» y en el último año se ha comprobado que el crecimiento está siendo exponencial.

«En 2022 han aumentado los contagios de casi todas las enfermedades infecciosas más comunes, además ha emergido una nueva y los nuevos casos de VIH se mantienen en niveles similares», resume. 
Entrando en detalle, la clamidia y la gonococia experimentan «un incremento brutal». De forma pormenorizada, la infección gonocócica (gonorrea) ha pasado de 25 casos en 2017, a 42 en 2019 y a 144 en 2022, lo que supone un 576% más entre 2017 y 2022. Los síntomas habituales de esta segunda son la uretritis (inflamación de la uretra) y la cervicitis (inflamación del útero).

La clamidia suma 133 nuevos contagios el año pasado. En 2021, pese a que hubo menos analíticas de lo habitual, ya se detectaron 66, cifra similar a los 62 de 2019. En 2018 fueron 44 y en 2017, 12. Comparativamente entre 2017 y 2022 el aumento fue 11 veces superior, sobrepasando el 1.108% más.

Por su parte se mantienen con cierta estabilidad los nuevos casos de sífilis, con 18 nuevos casos en 2017, 14 en 2019 y 20 en 2022; y los de VIH con 17 en 2017, 28 en 2018, 21 en 2019 y 24 en 2022.
Además, en verano de 2022 se produjo un brote en Europa de viruela del mono 'monkeypox' cuyo contagio «no fue estrictamente sexual, pero sí ha llegado a haber un millón y medio de casos en todo el mundo, muchos de ellos en este contexto». Se trata de un caso similar al de la hepatitis, que puede llegar por vía sexual, pero no en exclusiva.

Estadísticamente, según el relato de las personas afectadas, en un «altísimo» porcentaje de contagios de ITS, el contacto con los virus se produce «durante el sexo oral» que es el «que más se practica sin protección», subraya el facultativo.

En la mayoría de las ocasiones las parejas son conscientes de que el sexo vaginal entre un hombre y una mujer puede acabar en embarazo, por lo que se exploran otras opciones, principalmente el sexo oral y también el anal, que como cualquier otro intercambio de fluidos expone a la transmisión de todo tipo de infecciones. Pueden ser desde algunas comunes como la mononucleosis, popularmente conocida como la enfermedad del beso, la sarna o el herpes, que una vez contagiado pervive durante toda la vida. «En ocasiones, el herpes dificulta tanto la vida diaria que deriva en problemas psicológicos graves».

 

Sin miedo, relajación.
Existen «múltiples factores» para este gran aumento. «Se ha perdido el miedo al contagio», especialmente cuando la sociedad «recibe mensajes del éxito de los tratamientos y de que ya no hay muertes directamente por estas enfermedades, hay personas que lo interpretan como que no pasa nada, y estar expuestos a tratamientos crónicos puede dar problemas a largo plazo».

Sin embargo lo que más preocupa es el aumento de los casos con sífilis, clamidia o gonorrea, con algunas cepas que ya son resistentes a los tratamientos habituales. A este drama se suma el abuso en el uso de antibióticos por parte de la población general que provoca resistencias y dificulta la curación.

Otra de las preocupaciones entre los especialistas en el tratamiento de enfermedades infecciosas son los contagios entre adolescentes y jóvenes, «que cada vez se dan más, porque parece que solo se preocupan de evitar los embarazos no deseados y actúan como si las ITS no fueran con ellos, y cuando tienen síntomas y se confirma el contagio, se preguntan ¿cómo ha podido pasar?». En general los facultativos consideran que la mayoría de gente piensa que van a ser «los demás, los que tengan una enfermedad».

La mayoría de la treintena de infecciones más transmisibles sexualmente tienen cura, pero no todas. «El hecho de que los infectados ya no mueran directamente por estos contagios ha relajado el uso de medidas preventivas, sin embargo, se suelen dar complicaciones a lo largo del proceso que pueden provocar una reducción de la expectativa de vida», indica Oteo.

«Lo mejor es no infectarse», subraya el experto. 

 

Desenfreno.
Los expertos también detectan que la sociedad cada vez es más sociable y eso también es extrapolable a los contactos sexuales y al número de parejas diferentes, muchas de ellas de una sola vez. Esto implica que «a más contactos sexuales con personas diferentes, más riesgo de contraer una ITS, es aritmética pura». Por eso es importante hacerse pruebas periódicamente, «si no se tiene pareja estable y hay muchas parejas diferentes, como mínimo deberían hacerse una vez al año».

«Todo el mundo que tiene relaciones sexuales está expuesto a poder contraer una ITS si no utilizan protección», indica el doctor. Hay prácticas con mayor exposición y peligro, como las orgías o el 'chemsex', en los que intervienen múltiples participantes.

También la extensión de su duración, puesto que la práctica del 'chemsex' implica el uso de sustancias químicas en las relaciones sexuales, lo que se traduce en consumo de drogas y, por tanto, puede implicar perder la noción del tiempo y de la seguridad, facilitando el contagio de enfermedades.

Los contagios en estos casos se dan mayoritariamente en población masculina, de entre 25 y 55 años, con niveles adquisitivos medios-altos, según datos del Ministerio de Sanidad.

Se está teniendo en cuenta que tras los confinamientos por la pandemia y la menor socialización, se ha producido un efecto rebote, con más interacciones entre personas. La proliferación de aplicaciones y portales de internet que facilitan los contactos entre individuos o con la prostitución hacen más sencillos cualquier tipo de encuentro esporádico. 

Otro factor a tener en cuenta es que algunos hombres cuando mantienen sexo con otros hombres o cuyas parejas femeninas utilizan métodos anticonceptivos farmacológicos, se relajan en la prevención de ITS.