Nsue empuja a la UDL al caos

M. A. G-S.
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Un cabezazo en el 95 hunde a los riojanos que solo en el cuarto de hora final merecieron más

Schutte no ofreció nada en ataque. - Foto: Óscar Solorzano

Ficha técnica:

UDL: Álex Daza; Sergi López (Attipoe, 76), Arregi, David Fernández, Iñaki (Vergés, 86); Markel Lozano, Jaime Sierra (Rufo, 86), Carlos Ramos (Boniquet, 54); Zourdine, Schutte y Doncel (Pichín, 76).
Intercity: Gaizka Campos; Guillem Jaime, Álvaro Pérez, Kecojevic (Vadik, 54),Ferroni; Undabarrena (Miguel Marí, 54), Pol Roigé (Cédric Teguia, 68), Emre Çolak (Oriol Soldevilla, 68), Nsue, Burlamaqui (Bellotti, 73); y Xemi.
Árbitro: Etayo Herrera (colegio vasco). Amonestó a los visitantes Burlamaqui, Ferroni y Undabarrena.
Gol: 0-1, M. 90+5: Emilio Nsue, de cabeza.
Incidencias: encuentro disputado en Las Gaunas.

Emilio Nsue con un cabezazo inapelable hundió a una Unión Deportiva Logroñés que, a falta de diez partidos y medio para la conclusión de la temporada, continúa asomada al descenso. El Intercity, en un desenlace loco no apto para cardíacos, tumbó a los blanquirrojos que solo intentaron rescatarse en el cuarto de hora final.

Álex Daza y Gaizka Campos, que detuvo un penalti al capitán blanquirrojo, fueron los mejores de un encuentro que uno no sabe si calificar como pésimo o simplemente como muy malo, un encuentro emocionante eso sí que tuvo un desenlace inesperado que eleva a la zona media al Intercity y que sepulta a los logroñeses en la antepenúltima posición.

Todos los brotes verdes que pudiera haber ante Osasuna B se agostaron con el Calahorra y el cuadro alicantino. Un equipo que solo ha marcado tres goles en este año -solo dos en la segunda vuelta y ambos ante el mismo rival- está condenado y más si, como ante el Amorebieta en el estreno de Natxo González, falla desde los once metros. No es la temporada de una UDL que tiene la permanencia a seis puntos. Su fútbol no invita al optimismo. Su falta de pegada da pavor.

Aunque la UDL nació mandona, la primera ocasión la tuvo el Intercity en una salida atrevida de Daza que no pudo blocar el cuero. En la continuación de la jugada, Burlamaqui remató de forma acrobática y la zaga repelió su remate mordido.

La ocasión desactivó a los riojanos que se vieron obligados a perseguir un cuero en poder del Intercity. Solo Doncel parecía dispuesto a discutir el control alicantino. Al cuarto de hora, el Intercity sobaba el esférico sin encontrar resquicio ante una UDL que apelaba al orden para evitar males mayores.

Al Intercity, continuamente en fuera de juego, le faltaba precisión para superar a un conjunto riojano que, en el ecuador del primer acto, solo había mostrado su perfil más precavido.

Sin situaciones de peligro ni aproximaciones a los dominios de Álex Daza y Gaizka Campos transcurrió un encuentro que, al descanso, ofrecía pésimas sensaciones. A los alicantinos el empate les valía para mantener a distancia a un rival directo; a los riojanos el 0-0 les valía de muy poco pero no tenían capacidad de revolverse ante un Intercity que se defendió con la pelota aunque careció de pronfundidad. El ritmo del encuentro era más propio de un amistoso que de una final con sabor a permanencia.

Arrancó con más brío el cuadro riojano y eso se tradujo en un saque de esquina peligroso y un remate sin consecuencias desde la frontal de Doncel. Pero más allá de esta somera declaración de principios, le siguió un juego plomizo en el que el Intercity volvió a dominar. Los alicantinos, con un tiro envenenado desde la frontal de Xemi, buscaron a Álex Daza que, con muchos apuros, evitó el primero.

Los de Gustavo Siviero, con un estilo un tanto atribulado, fueron sumando ocasiones para desesperación de los aficionados blanquirrojos que veían sufrir a su equipo. Solo los fueras de juego frenaban al cuadro visitante, impreciso en muchos de sus lances pero decididamente más atrevido que los riojanos.

Una chilena, sin fe, de Zourdine fue el intento ofensivo de los blanquirrojos, incapaces de proponerse en ataque en un duelo roto en el que el irregular piso de Las Gaunas no ayudó a ninguno de los dos equipos para mejorar sus tibias prestaciones futbolísticas.

El partido, deslavazado, se puso de cara por los riojanos en una acción de fe perseguida por Boniquet cuyo centro fue desviado por el brazo por Vadik. El colegiado no dudó, Iñaki tampoco y menos el meta Gaizka Campos que, con dos manos firmes, desbarató el penalti del capitán logroñés.

La UDL perdonó y el Intercity se fue a por los tres puntos. Una volea y un cabezazo fue su producción en un encuentro ingobernable en el que Emre Çolak, con un sombrero con el exterior, pudo marcar el gol de la jornada. Daza, el mejor de los suyos, lo evitó con apuros.

Zourdine, cambiado de banda, quiso saltarse el monólogo levantino con un buen centro al que no llegó Schutte. Y, al minuto, el senegalés perdonó un gol hecho tras una gran asistencia de Doncel. El extremo, sin fe, remató a los brazos del meta visitante.

El último cuarto de hora, se vio a la mejor UDL, inclinando el partido a su favor pero sin claridad para desarbolar a un Intercity muy exigido físicamente. Iñaki y Attipoe ganaron todos sus duelos mas sin encontrar socios de fiar en un encuentro condenado al empate. Xemi, en el tiempo añadido, tuvo la victoria pero, en el mano a mano con Daza, no supo ni rematar ni asistir en el desenlace de un choque desenfrenado.

El destino aún tenía reservada una nueva broma macabra para la UDL que, en el 95, en la última acción, encajó el gol de la derrota. Emilio Nsue, elevándose sobre Markel Lozano y David Fernández, cabeceó a la red el centro de Oriol Soldevilla cuando la porfía agonizaba.

La derrota suma a la UDL en el caos. Los riojanos ven a un rival directo despegar, se quedan anclados en 26 puntos y arrancan con plomo su semana más decisiva en sus casi catorce años de historia. ¿Fue injusto? Seguramente sí aunque el Intercity, salvo en el arreón final blanquirrojo, siempre propuso más en un duelo presidido por el miedo que al final se lo llevó el equipo al que menos le asustaba su situación clasificatoria.