La industria riojana aguanta de momento el empleo

Feli Agustín
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Sin empresas en ERTE, el encarecimiento de la energía y la escasez de materias primas se perfilan como riesgos para el conjunto de la economía

La Senda en Alfaro - Foto: SEPES

La invasión de Ucrania por parte de Putin de la que hoy se cumplen tres semanas, ha provocado un sunami en la economía mundial de consecuencias imprevisibles, que la economía riojana está a grandes rasgos sorteando, aunque difícil será que salga indemne.

El comercio exterior ha sido el principal afectado, en particular la veintena de empresas de varios sectores, como química y bodegas, que exportan a Ucrania y Rusia. Aunque el volumen es pequeño, de 5,7 millones de euros, el país de Putin es el octavo mercado de Rioja, donde se dibujaban buenas perspectivas después de varios años de campañas de márketing específicas.

En este contexto bélico, pintan bastos para el sector de componentes del automóvil, uno de los principales de la economía regional, que lleva arrastrando serias dificultades desde el inicio de la pandemia y que ha logrado salvar el empleo encadenando ERTE en las principales empresas.

«El encarecimiento de los precios de la energía y la escasez de las materias de primas son los dos grandes problemas» que afectan a la actividad económica, que muestra «debilidad» en la cadena de suministros, afectada por muchos eslabones.

  Así lo expresa Daniel Rueda, secretario general del clúster de automoción en La Rioja,  que sin realizar especulaciones sobre la duración del conflicto «quiere pensar» que la industria puede trabajar en paralelo a la guerra, independientemente del impacto   que está ya causando en Rusia y Ucrania. «Confiamos en que se vaya adaptando, de lo contrario, ya podemos cerrar todo», desea Rueda, que destaca  que, en este escenario, el conjunto de la industria se encuentra «en jaque».

De una opinión similar es el secretario general de Industria de UGT, Carlos Alfaro, que teme consecuencias negativas para diversos sectores de la economía regional, incluida la potente industria agroalimentaria, que puede verse afectada tanto por el aumento de los costes como por la ausencia de materia prima.

«Se van a encarecer los productos para muchos sectores, desde  el cereal hasta los suministros para la construcción», vaticina Alfaro que, en este ámbito, recuerda que  hay presupuestos redactados con los precios de fin del año pasado «con los que ahora nos podemos encontrar con problemas».

«¿Qué pasará con los contratos de obras que ha hecho la Administración? ¿Será necesario revisarlos?», se pregunta el secretario general de FICA-UGT, que afirma que su preocupación radica en el efecto que puede tener sobre los trabajadores. De momento, apunta que no hay empresas -salvo de la automoción- que han debido presentar ERTE, pero insiste en su desasosiego por el sector agroalimentario, además de otros cuyo funcionamiento necesita gran consumo de energía. «Ya veremos que pasa después de Semana Santa», apunta.

Rodrigo Alfaro, secretario de Industria de CCOO, se muestra prudente en sus vaticinios y señala que las afecciones que sufren las empresas no han repercutido aún en el empleo, aunque «a la larga, si esto sigue así, es más que probable que afecte».