Los extrarradios de Logroño fueron desde el final del siglo XIX a mediados del XX lugares de recreo de las familias más pudientes. Muchas tenían chalés que llevaban el sello de arquitectos conocidos del momento. Uno de ellos se ubicaba al final de la calle Rey Pastor y perteneció a los herederos de Hermenegildo Murga, uno de los confiteros más destacados del Logroño de la época. Aquel chalé fue derribado en los años 70 para construir viviendas.

En 1938, la dueña del inmueble, María Concepción Murga Arroyaga, pide los permisos para edificar un 'hotelito', nombre que se daba a los edificios de esta clase en la época, en su finca de recreo. El arquitecto Sixto Cámara Niño presentó un proyecto inicial, que fue rechazado, pues se debía aumentar el espacio del cuarto de servicio. En la primera de las tres plantas del edificio había un hall, varias salas, una cocina y un mirador, entre otras estancias. La entrada estaba precedida por un porche. La planta en forma de ele se repetía en el nivel superior, añadiendo una terraza en la fachada principal. El último piso se hacía en forma triangular. Las ventanas tenían formas de arcos de medio punto. El edificio se construiría íntegramente de ladrillo. 

En 1939, la propietaria volvió a pedir autorización al Ayuntamiento para edificar una casa para el guarda en el fondo de la finca, con tres dormitorios, cocina y baño y un porche en su parte delantera, todo ello en un único nivel. En 1940, Concepción Murga pedía de nuevo un cambio en la distribución de la mansión. Para ese año, el edificio ya estaba en construcción. El cambio se produce en la disposición de la escalera interior, eliminando un pequeño cuarto. El 6 de junio, la propietaria solicita la autorización de habitabilidad de la casa del guarda y el 11 de septiembre, la de la casa principal, a la que sigue llamando 'hotelito'. Sin embargo, pronto un 'colono' generó un impago de arrendamiento y Concepción recurrió a los tribunales en caso de que no se abonase lo estipulado.