Grupo Rioja prevé una caída de ventas debido a los stocks

Feli Agustín
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Juan Carlos Sancha, de Bodegas Familiares, defiende mantenerlos y crecer en valor en vez de en volumen

Imagen de vendimia en Rioja - Foto: C.Larrea

Representantes de dos de las asociaciones de bodegas con mayor presencia en esta Denominación,  Grupo Rioja y Bodegas Familiares de Rioja, constatan, al igual que las organizaciones agrarias, la complejidad técnica de una campaña

con condiciones climatológicas que favorecen enfermedades fúngicas, aunque coinciden en resaltar la profesionalidad de los viticultores riojanos, capaces de superar las dificultades para lograr una vendimia de calidad. Íñigo Torres, director general del Grupo Rioja, contextualiza la presente situación, que viene marcada por dos años de caída  de ventas, tras la subida de precios en origen causada por las heladas de 2017. «Este año aparecía con buenos augurios, pero la Covid nos ha afectado de manera intensa y dura por el cierre de la hostelería, hacia donde se dirigen el 60% de nuestras ventas», señala Torres, que prevé un impacto negativo todo el año.  

      Apunta que las perspectivas «no son buenas, la caída de ventas es relevante y algunas firmas entrarán en pérdidas, lo que se va a trasladar al sector viticultor», vaticina el gerente de Grupo Rioja, que asocia a 55 bodegas y el 78% de la comercialización de la Denominación. «Hay más existencias de las que necesitamos, habrá menor demanda de uva y, por tanto, se prevé una caída en los precios en origen», vaticina Torres, que reconoce el «sorprendente» buen comportamiento de la exportación, que experimentó una subida del 9% hasta abril, con los que las previsiones de retroceso oscilan entre el 25 y el 30%. El Grupo Rioja, que apoyó las normas de campaña, destaca que salieron adelante con un apoyo del 85% de los vocales del Consejo, lo que refuerza el mensaje de que Rioja, ante situaciones complicadas, es capaz de llegar a consensos para minorar el desfase entre oferta y demanda.

Torres, que quiere ser «supercuidadoso» al hablar de precios, considera «perfectamente razonable»  que «ante la importante caída de ventas» haya bodegas que no vayan a adquirir la uva de algunos viticultores, «a los que ya han avisado con tiempo y, de hecho, destaca que «ya han encontrado acomodo».

 

Garantizar el prestigio. Juan Carlos Sancha, propietario de una bodega del mismo nombre, reconoce las pérdidas que está sufriendo su empresa, que bajó las ventas en marzo un 73%, un 91% en abril y un 60% en mayo, cifras que se han recuperado en junio, con un crecimiento del 171%. «Las bodegas lo hemos pasado mal, el año va a ser muy complicado y las pérdidas de estos tres meses no se van a recuperar», argumenta, y, al tiempo que se muestra expectante con la evolución de la comercialización del año, reitera los problemas financieros que van a sufrir las bodegas. 

Sancha, que destaca las dificultades climáticas y las consecuentes enfermedades de viñedo, vaticina que se llegará a vendimias en una situación muy compleja, «con bodegas plegando velas», que han comunicado a algunos de sus proveedores que no les van a comprar la uva. «Yo he hecho lo contrario y he garantizado a mis proveedores que les vamos a comprar la uva en similares condiciones que pasadas campañas», afirma Sancha, que apunta que de esta «debemos salir todos juntos», luchando para evitar «un descalabro de los precios de la uva». Entiende que una política de bajos precios perjudica la imagen de Rioja y hace daño a todos el sector, especialmente a las pequeñas bodegas, que son menos competitivas.

El bodeguero, desde una perspectiva optimista, constata que la Covid entraña una crisis sanitaria, y no financiera, como la de 2008, por  lo que confía en una solución. «Hay que luchar para salir reforzados, mejorando la imagen de Rioja; sihay que recortar algo, que sean las ventas y no la calidad», asegura.

Razona que hay dos caminos, el que seguirán «los francotiradores», que presionarán a los viticultores para comprar a la baja y aumentar las ventas a costa de recortar el precio;y otra vía, «que es la que propongo, que apunta a mejorar nuestros vinos para que la imagen de Rioja salga reforzada». «Si lo hacemos bien, nuestros clientes seguirá comprando Rioja;si lo hacemos mal, lo que haremos es cargarnos un poco más la imagen de Rioja, que cada año vamos deteriorando un poco más», afirma el representante de Bodegas Familiares, que razona que el objetivo es crecer en valor y no en volumen.

En este contexto, «critica abiertamente» que se haya aprobado el aumento de la masa vegetal, «cuando deberíamos haber hecho todo lo contrario»;y no se han recortado los rendimientos «todo lo que se debería» y recuerda que su propuesta bajaba los rendimientos de uva al 85% y de transformación al 66%. «Rioja ha hecho un esfuerzo en el lado del viticultor, no en el de bodega», asegura Sancha, que achaca al Grupo Rioja no aprobar una disminución mayor del 70%.