El Ciudad de Logroño trata de ofrecer una imagen consistente, afianzada por su dos últimas victorias consecutivas, aunque afronta el partido ante el Bidasoa obligado a dar su mejor versión a pesar de apenas tener banquillo por las lesiones le que asolan desde el inicio de campaña. Los iruneses visitan mañana el Palacio (21 horas) con arbitraje de Roberto Carlos Mendoza y Juan Pablo Visciarelli.

El Ciudad de Logroño planificó una temporada, -para pelear de cerca con rivales como el Bidasoa-, y las cosas le han salido tan mal que debe conformarse con ir día a día y esperar que no se le acumulen más bajas.

Porque a los lesionados desde la temporada pasada (Eduardo Cadarso está en la recta final de su puesta a punto aunque el parón de la competición a mediados de diciembre impedierán que vuelva al parqué hasta febrero; Leo Dutra también es lesionado de larga duración) se ha unido Ángel Rivero (no volverá a competir hasta 2023) y poco a poco se unen otros que por la sobrecarga de trabajo obligada van acumulando problemas; para mañana están en esa situación Palomino y Kisselev, que probablemente jugarán hoy, aunque no a su mejor nivel.

En cualquier caso, por encima de esas ausencias está la exigencia de intentar recuperar terreno en la clasificación, en la que, pese a todo, los riojanos aunque son novenos solo están a dos puntos del Bidasoa, que es tercero.

El descanso de una semana y el que Kisselev y Palomino "hayan ayudado en los entrenamientos" dan algo de optimismo al equipo de Ciudad de Logroño que, además, ha demostrado que "es capaz de lo mejor y de lo peor" así que "a ver si sale lo primero", ha explicado a EFE el técnico de los riojanos, Miguel Ángel Velasco.

Cree que será clave que "los que jueguen, se mantengan centrados todo el partido" y tampoco quiere ralentizar el juego "porque aunque el ritmo sea exigente hay que adaptarse y competir, porque al fin y al cabo nosotros solo tenemos partidos de semana en semana", ha subrayado Velasco.