Político, profesor, poeta...es difícil separar en José Luis Pérez Pastor todas estas facetas, porque vive con igual intensidad su tarea docente como profesor en el instituto Escultor Daniel de Logroño que su incesante producción literaria y su reencuentro con la política, como miembro destacado en el grupo de militantes que acompaña a Alberto Bretón en su carrera por tratar de convertirse en presidente del Partido Popular de La Rioja. Exdirector general de Cultura del Gobierno regional, ha sido también diputado autonómico y senador. Pérez Pastor espera un tono en positivo en el proceso de renovación en el que  está inmerso el partido y reclama con urgencia la convocatoria del congreso regional. 

Después de un parón en su trayectoria política, se ha significado entre los apoyos destacados a la candidatura de Alberto Bretón a la presidencia del PP riojano. ¿Por qué ha decidido dar ese salto?
Porque confío en el equipo que se está formando y me gusta el proyecto; pero esto no surge de la noche a la mañana, sino que llevamos un año y pico trabajando. Cuando decido abandonar un poco mi vida civil es porque he visto algo que brilla y que está cargado de futuro. Es un proyecto que aboga por una sociedad más libre para desarrollar la actividad económica y la libre elección de centro educativo, que valora el esfuerzo y el trabajo, con un marco que lo estimule. Reconozco en Alberto Bretón a un líder con experiencia y solvencia técnica en una situación que no es la mejor, cuando uno ve que se puede intentar que haya más industrialización, paliar los golpes que sufre el comercio, dejar de crispar el ambiente y consultar más a la gente.

Pero si preguntásemos al otro candidato, Alfonso Domínguez, tal vez no diferiría mucho de esos objetivos. ¿Dónde está la diferencia?

Estamos bajo una misma bandera, un mismo ámbito de pensamiento. Y por las similitudes se podría formar un proyecto conjunto, para lo que se ha tendido la mano y sigue tendida. Pero sí hay diferencias, que son el equipo y el líder. Hay ya un año de trabajo previo, con municipios, asociaciones... Hay un líder muy claro y un equipo de gente a la que he visto sudar la camiseta, como Daniel Osés o Penélope Ramírez, con el que me siento a gusto. Gente que se irá desgranando en breve, cuando se convoque el congreso.

¿Debería convocarse ya el congreso?
Lo suyo sería convocarlo cuanto antes. Independientemente de las opciones que tengamos cada uno, todos trabajaríamos mejor con fechas. Con una convocatoria en firme, con fechas de entrega, se trabaja mucho mejor. Y la convocatoria del congreso tendría que haber sido para ayer. 

Desde distintos ámbitos del PP se ha hecho una llamada a la unidad. ¿Se llegará al congreso en esa situación?
Ojalá. La unidad se practica, no se habla, porque corre el riesgo de convertirse en eslogan vacío o un mantra sin sentido. Las portadas que generó Alberto cuando incorporó a su equipo a personas que habíamos representado a otra opción en el anterior congreso representaban eso, que la unidad es posible. Pero hay que practicarla dando pasos y la convocatoria del congreso ayudaría a movilizar a todo el mundo para salir del impás. Un congreso en el que todos puedan sentirse hijos de la decisión que se tome. Y que sea asambleario, porque permite un voto secreto, mientras que un congreso con compromisarios hace que personas que no son candidatos tengan que significarse, lo que no favorece el proceso de unidad. 

¿Llegar al congreso con dos listas sería un fracaso?
No, porque debemos acostumbrarnos a expresar nuestra opinión. Los afiliados son muy capaces de saber lo que quieren y lo que no. No hay que tenerle miedo al proceso, pero hay que intentar que se haga rápido y de la forma más cómoda y diligente para los afiliados.

A día de hoy, ¿hay visos de poder fundir las dos candidaturas en una?
Puede haber voluntad y hay un ofrecimiento en firme reiterado. El problema de todo radica en la falta de rapidez a la hora de convocar un congreso. Mientras no haya una convocatoria, tampoco hay una obligación perentoria de sentarse y todo el mundo anda en labores de prospección, que siempre tienen un viso de tacticismo que se corta de raíz cuando ya hay que trabajar en serio en un congreso. 

¿No temen que ocurra algo similar a lo acontecido en el congreso de 2017, con una imagen de división muy acentuada?
Espero que no, porque La Rioja se merece un buen Partido Popular. Y lo que emane de ese congreso tiene que ser algo potente e ilusionante. Y para mí Alberto representa ese empuje.

¿Qué habría que olvidar de aquel congreso?
Hay que votar futuro, que es lo que seguramente en aquel congreso no se supo hacer.

Bretón ha pedido a Ceniceros neutralidad en el proceso precongresual. ¿Se está dando esa premisa?
Por ahora no se está dando nada, porque no hay congreso convocado. Haría falta convocarlo y que haya una situación de asepsia, de respeto al proceso. Y Alberto Bretón tiene la experiencia de haber sido el organizador del anterior congreso y conoce los puntos en los que hay que ser muy exquisito para que todo el mundo pueda expresarse.

¿Está cerrada ya la herida por la controvertida salida de Casado?

Las encuestas así lo demuestran. En cuanto hay un movimiento se produce una inercia y en ese sentido la candidatura de Alberto Núñez Feijóo es motivo de ilusión para todos. 

Pongámonos en el supuesto de que el PP regresase al Gobierno regional en 2023. ¿La candidatura a la que usted apoya respaldaría en La Rioja un acuerdo con Vox similar al alcanzado en Castilla y León?
Es darle vueltas a algo que no tiene base real. Las fuerzas políticas en La Rioja están distribuidas como están. Estamos en un sistema parlamentario y son las fuerzas representadas las que tienen que entenderse y llegar a pactos, marco o puntuales; y eso depende de cada momento y de los líderes que haya. En La Rioja hay un Partido Popular muy claro que siempre ha estado ahí. Para nosotros es más útil proponer un PP fuerte y reconocible que deshojar una margarita que todavía no existe y no llevar a error a los votantes.

¿En qué caladeros debe buscar votos el PP, a derecha o izquierda?
No me gusta hablar de derechas e izquierdas. Hay partidos que funcionan y son capaces de proponer y gestionar cosas, que lo han demostrado en el pasado y pueden volver a hacerlo, y otros que no. Y el PP siempre ha sido una opción muy clara, que, por simplificar términos, está en el centro derecha; algo propio de la gente normal que no tiene miedo al trabajo y que quiere que sus impuestos rindan, que busca un aliado en la Administración, no un padre.

Si Bretón fuera el candidato del PP a las elecciones regionales de 2023, ¿iría usted en las listas? 
Primero vamos a trabajar en que haya un buen líder, reconocible para el Partido Popular, que es en lo que estoy trabajando. Luego iremos viendo. Apoyaré a Alberto Bretón donde él considere oportuno.

¿Ve a Cuca Gamarra de regreso a la política riojana?
No lo sé. No me gusta hacer cábalas. Es una política muy capaz con la que he trabajado, pero no lo sé. 

Usted fue director general de Cultura y vicepresidente de la Fundación San Millán. ¿Cómo ve el proyecto Valle de la Lengua que promueve el Gobierno de Andreu?
Por ahora no lo veo, porque no se ha explicado nada. Lo único que sé es que a la Fundación San Millán la han quitado de donde estaba y la han metido en una bajera. Es una fundación que tiene como principal patrono al rey de España y está en una bajera. No conozco el proyecto Valle de la Lengua y me gustaría saber si lo conoce alguien.   

Hace unos meses publicó la obra de teatro El amor es un relámpago y acaba de terminar otra, reeditó su primer poemario Albada y engranaje en una plataforma de Amazon, ha creado una agenda motivacional de ayuda al estudio escolar y la editorial Everest reeditará su cuento Pablo es poeta. ¿Está en fase de efervescencia creadora?
La verdad es que sí. Van surgiendo ideas de los estímulos que recibo de los alumnos, de las lecturas que hago con ellos...Y quizás esa efervescencia viene del uso de estas plataformas online de publicación, que permiten mayor autonomía. Antes, uno escribía, lo dejaba en un cajón y lo iba ordenando con una editorial, pero una editorial normal tiene una cola de entrada; aquí, si tienes una noche un poco productiva empiezas a montar el documento y al día siguiente ya está online para todos.

¿Qué pretende con esa agenda escolar motivacional?
Que ayude a ordenar el trabajo diario, porque a veces los chavales a los que doy clase me transmiten señales de lo que les haría falta para estudiar y una de ellas es un orden diario, unos hábitos. La agenda plantea una serie de recuadros que hay que rellenar todos los días y que ayudan a centrarse. Quiero que esa agenda sea suya, que la pinten, que completen lo que les propongo con su propia expresión y datos de sus compañeros, con dedicatorias, fotografías..., que al final del año la cierren como un buen recuerdo de su año académico.

¿No motiva suficientemente el sistema educativo?
Quizás los alumnos están sobreexpuestos a la información y hace falta un espíritu crítico para ordenar esas fuentes informativas y jerarquizarlas y responder a esa pregunta que uno se hace al sentarse ante una mesa de estudio: ¿por dónde empiezo? Quiero ayudarles a gestionar su tiempo y que conviertan esa agenda en hábito. 

Hay un auge de poetas jóvenes que publican en redes sociales y plataformas en la red. ¿Qué le parece?
Sí, hay muchísima creación. Luego entraremos a ver la calidad de unos y otros, pero eso siempre tiene una parte positiva, porque hay un bulle-bulle. Mis alumnos leen a los instapoetas, los poetas en instagram; muchos tienen una calidad discutible, pero lo bueno es que lean. Quien lee aprenderá a distinguir las voces de los ecos, que decía Machado. A los autores pequeños y a los lectores solitarios, que el de poesía siempre lo es, nos da muchas posibilidades.

Tal vez se le conoce más por su creación poética, pero también trabaja la producción dramática. ¿Con qué faceta se identifica más?
Poeta viene a ser escritor. Cada idea te pide una forma; unas te piden poema y otras relato o una obra de teatro, porque tiene uno la necesidad de quitar su propia voz y dársela a unos personajes. Lo bueno de los pequeños autores es que no tenemos compromisos con nadie, ni siquiera con un público lector, solo con nosotros mismos, con lo cual escribimos lo que nos da la gana y no necesitamos cumplir con un lector que a lo mejor ya espera algo de nosotros, que también es muy entendible.