Los plazos aceleran la llegada de Almeida, ya en Logroño

R. Muro
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El acusado del asesinato del pequeño Álex ingresó en la prisión de la capital riojana sobre las 20.30 horas y podría asistir mañana jueves a la conformación y recusación del jurado

Varios agentes frente a la vivienda de Almeida en Lardero tras su detención la noche de los hechos - Foto: Óscar Solorzano

Francisco Javier Almedida fue trasldado sobre las 20.30 horas de ayer martes a la prisión de Logroño procedente del penal de Topas, en Salamanca, y en una conducción especial que acelera los tiempos de su traslado a la cárcel de la capital riojana de forma que podría, mediante autorización expresa del presidente de la sala, asistir a la conformación y recusación de los miembros del jurado que tendrá lugar mañana jueves. El presunto asesino del pequeño Álex cierra así su particular periplo iniciado en Herrera de la Mancha, con parada en Topas, hasta su llegada a Logroño, donde ha pasado su primera noche a la espera del juicio que inicia este lunes la Audencia Provincial de Logroño. El propio abogado de la defensa habia expresado la posibilidad de solicitar la suspensión del juicio ante «la merma del derecho a defensa» del acusado si su llegada se producía el viernes, como así le informaron al propio acusado, y «sin tiempo de preparar» el juicio.

Escrito de fiscalía. El ministerio fiscal, por su parte, remitió ayer su calificación en la que considera que el pequeño de 9 años murió asfixiado tras ser agredido sexualmente presuntamente por Francisco Javier Almeida, quien se encontraba en libertad condicional desde 2020. La Fiscalía de La Rioja pide en su escrito de acusación prisión permanente revisable por un delito de asesinato y 15 años de prisión por el delito de agresión sexual (violación), lo que defenderá en el juicio fijado por la Audiencia Provincial de Logroño para el próximo lunes 20 de marzo.

El escrito del fiscal, en sus conclusiones provisionales, detalla que, mientras los vecinos del barrio de Lardero donde Almeida vivía desde marzo de 2020 celebraban la fiesta de Halloween y los niños jugaban en la plaza disfrazados, el acusado se dirigió hacia unos de ellos, Álex. El menor estaba disfrazado con una peluca de color caoba y una túnica blanca y tenía el rostro pintado, a quien Almeida invitó a cuidar de un perrito que le aseguró que tenía en su casa. Una vez en el portal, añade la acusación pública, Almeida le pidió que subiese por las escaleras mientras él lo hacía por el ascensor hasta la tercera planta y ambos accedieron a su piso y lo dirigió hacia su dormitorio.

El ministerio fiscal considera que el acusado, «movido por el solo afán de saciar su lascivia», le desnudó, al menos, parcialmente, le sujetó fuertemente y le obligó a practicarle una felación. «A continuación y una vez satisfecho su deseo, inmovilizó al niño colocándole de espaldas, momento en que le hizo presa con el brazo sobre el cuello del menor, apretándole con ánimo de causarle la muerte por asfixia». También señala que «el menor carecía de cualquier forma de defensa ni de solicitud de auxilio, falleciendo por insuficiencia respiratoria causada por la aplastante compresión cervical». Almeida, según el relato del fiscal, cogió en brazos al niño, ya sin vida y salió a las escaleras con el ánimo de deshacerse del cuerpo donde fue sorprendido por vecinos y policías que estaban buscando al menor.