Esta SDL nunca se rinde

El Día
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Unionistas y logroñeses empatan a tres en un duelo enloquecido entre clubes hermanos

Jon Ander festeja el 3-3. - Foto: SD Logroñés

La Sociedad Deportiva  Logoñés ha empatado a tres con el Unionistas en la fiesta del fútbol popular, una efeméride que la defensa salmantina y logroñesa festejaron con efusividad. Seis goles en un duelo de lo más entretenido en el que los riojanos merecieron algo más. Los 200 aficionados blanquirrojos que se acercaron al Reina Sofía se han marchado cariacontecidos. Contentos por la entrega de los jugadores de Llona, que nunca se rinden, pero con la amargura de haber concedido demasiado atrás. En cualquier caso, el punto, el decimosexto del curso, es de lo que hacen granero.

La fiesta del fútbol popular se le atragantó al conjunto riojano en la primera parte. El equipo de Llona se vio dos goles abajo tras inmolarse en cinco minutos de desconexión defensiva. Ramiro Mayor y Montes premiaron el mejor inicio de un Unionistas que volcó su juego por la banda de Cubero, único lateral derecho disponible. Jero, hacedor de milagros, nada pudo hacer para impedir el 2-0.

Con todo perdido, el equipo riojano se desmelenó y se atrevió a replicar el monólogo salmantino. Una estampida de Sandoval fue frenada en falta al borde del área. Era la posición ideal para Emilio Lozano, de nuevo en el once titular. El logroñés no perdonó y la puso en la escuadra derecha de Salva, espectador de lujo del lanzamiento. Había partido aunque a la SDL le faltaba colmillo (Jon Ander Pérez calentaba en la banda junto a Javito y Calderón) para frenar al líder. Tenía 45 minutos para rescatarse en el Reina Sofía.

Y en la segunda mitad si alguien puso fútbol para llevarse el partido fue una SDL que empató por mediación de Soberón, asistido por Jon Ander, que premió una buena jugada colectiva culminada con un poco de fortuna.

Con el 2-2, el encuentro se enloqueció y Unionistas, más conservador en el segundo acto, hizo el 3-2 con un remate ajustado de De Miguel. Jero no llegó al poste izquierdo mientras que la zaga riojana, dubitativa, pidió mano en el control. 

Pero hubo tiempo para más emociones. Jon Ander, asistente en el 2-2, marcó su cuarto gol de la temporada, saliendo del banquillo.Y en el alargue, en la fiesta del descontrol, los riojanos tuvieron el cuarto. Fue, seguramente, lo más justo a un encuentro entre hermanos entre el decano de los clubes populares, la Sociedad Deportiva Logroñés, y el representante con más músculo social, Unionistas.