Me ha parecido que es muy crítico con el Gobierno de España.
Más que crítico, estoy decepcionado. El Gobierno de España lo que tiene que trasladar es certidumbre y confianza y durante todo este tiempo lo que ha estado transmitiendo es incertidumbre y confusión. No sabías a que atenerte, tenías que esperar al Boletín Oficial del Estado para saber que hacer, y no solo el día en el que se determinaron los servicios esenciales, que se conocieron al filo de la medianoche, seis horas antes de que comenzaran los turnos de mañana de las empresas;ha sido continuo. Eso no puede ser, y soy muy crítico también con las resoluciones del SEPE, el Servicio Público de Empleo.  Su comportamiento ha sido decepcionante;hoy todavía trabajadores que no han cobrado el paro y tendrán que esperar hasta el día 4 de junio. Es un drama. El Gobierno de España debe trasladar confianza y positivismo, no puede comunicar temor y miedo:hay que cumplir con la normas sanitarias, pero hay que quitarle el miedo a esta pandemia. Necesitamos aprender y estar preparados para el futuro.

Y respecto al Gobierno regional, ¿cuál es su valoración?
Con los ERTE, el Gobierno regional ha realizado un trabajo magnífico, no hay más que tener en cuenta que en 2019 se presentaron 7 de estos expedientes y este año, en dos semanas, han sido 4.000, de tal manera que ha dimensionado el departamento de recursos laborales para resolverlos lo antes posible, destinando 80 personas.El trabajo ha sido fantástico, lo ha solventado en 15 o 20 días, además con mucho papeleo, que se podía haber eliminado. 

¿Podía había hecho más?
Pienso que a todos los gobiernos hay que exigirles más de lo que hacen, pero nosotros contamos con una traba más,tenemos como vecinos a Navarra y País Vasco, con una potencia industrial enorme, a pesar de que nosotros somos la tercera comunidad con mayor peso de este sector, el 26% del PIB, pero sus empresas son mayores y más potentes. Tienen, además, unas condiciones fiscales muy ventajosas. Pienso que el Gobierno de La Rioja debería ser mejor tratado por el de España;si comparas nuestra financiación autonómica con otros competidores, salimos perdiendo.

¿Debería aprovechar La Rioja esta situación para sentar las bases de un desarrollo futuro firme?
Creo que tenemos industrias muy interesantes, en las que somos una potencia, como el calzado, la automoción o el envase, sin descartar el turismo y otras áreas industriales, muy tecnificadas. Nuestro horizonte debe ser potenciar la innovación. En España, el gasto en este campo es del 1,3% del PIB, mientras que en Europa es superior al 3%, y  los países muy desarrollados andan ya en el 4%. Hay que hacer un esfuerzo en este campo;al igual que en la digitalización, porque nos van a convertir en más productivos y competitivos. 

¿Hay que apostar por algún sector específico que se convierta en tractor?
Uno tradicional, la construcción. A finales de febrero, de los  3,3 millones de parados, 1,5 millones carecían de cualificación, lo que complica su incorporación al mercado laboral;es prácticamente imposible. Pienso que este sector, con la financiación que ofrece Europa para la rehabilitación podría ser un ámbito que acogiera un número muy elevado de desempleados. De hecho, la Asociación de Empresarios de la Construcción, Promoción y Afines de La Rioja (CPAR) ha realizado un estudio en el que confirma que la rehabilitación de todo tipo, energética o digital, podría ser una actividad importante para crear empleo.

¿Cómo va La Rioja a salir parada de todo esto?
Creo que la Rioja tiene muchas posibilidades, tenemos grandes empresarios y muy buenos trabajadores. De hecho, no hay grandes conflictos laborales;hay unas relación muy trabajada ente patronal y sindicatos. Tenemos buenos mimbres, pero hay que ser imaginativos y apoyarse en la digitalización y la innovación en todo los sectores. Debemos ofrecer la imagen de una región moderna, actualizada y acorde con los tiempos. Y no digo que el tamaño no importe, pero a veces ser pequeños es una ventaja.