Seguramente el 'play off' no ha sido un buen negocio para la Unión Deportiva Logroñés que está a punto de estrenar el verano y lo hace sin gerente, sin director deportivo y, lo que es peor, con la figura del entrenador para la 22-23 cuestionada y eso que el balón aún no ha echado a rodar.

Si el 30 de mayo de 2021 fue un día horrible para la entidad blanquirroja, los hechos acontecidos esta semana no han hecho sino generar desaliento entre los aficionados. La quinta plaza de la liga y la semifinal por el ascenso ante el Villarreal B parecen sucesos de la prehistoria blanquirroja. La entidad, en los últimos días, parece desnortada en el momento clave en el que se sientan las bases para la temporada venidera.

La marcha de Miguel Isasi, conocida el pasado miércoles, fue seguida 24 horas después por el adiós de ManuFranco, que pese a tener un año de contrato prefirió embarcarse en la candidatura de Barkala a la presidencia del Athletic. Si este llega a Ibaigane el ex director deportivo blanquirrojo será el responsable de captación y scouting de la entidad. En cualquier caso la espita que prendió todo fue la cumbre del jueves 9 de junio en Madrid en la que quedó claro que las decisiones deportivas de la entidad se toman a 800 kilómetros de Las Gaunas. A estas dos pérdidas se suma la sensación de interinidad que transmite Albert Aguilá, renovado por objetivos ('play off') pese a haber sumado más derrotas (5) que victorias(4).

Mientras los principales equipos de la categoría comienzan a moverse, la UDLsolo tiene a tres jugadores con contrato en vigor. En un mercado altamente inflacionista la entidad logroñesa seguirá teniendo acceso a los mejores jugadores de la categoría pero parece claro que, por omisión, equipos como Dépor, Alcorcón,  Fuenla, Cultural, Intercity o La Nucía le llevan la delantera en su lucha por armar una plantilla competitiva para hacerse con una plaza en 2ª.