Un pasillo de La Villanueva a la UR será una gran ZBE

Feli Agustín
-

Unirá cinco áreas pacificadas entre las que figura una próxima que se generará desde el Ayuntamiento hasta Madre de Dios y el barrio de San José. El equipo de Gobierno descarta la obligatoriedad de exigir este distintivo

Actuación en Fundición, área pacificada recogida en el PMUS de 2013. - Foto: Óscar Solorzano

España cuenta desde mayo de 2021 con una  Ley de Cambio Climático y Transición Energética que, entre otros objetivos, aspira a facilitar la descarbonización de la economía española y su transición a un modelo circular.  Para ello se establecen un conjunto de medidas encaminadas a reducir las emisiones de efecto invernadero, entre  las que destaca que antes de enero de 2023 los municipios de más de 50.000 habitantes y los territorios insulares deberán contar con zonas de bajas emisiones  (ZBE). En ellas se aplicarán restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de coches para mejorar la calidad del aire, en principio, conforme a la clasificación de los vehículos por su nivel de emisiones.

En Logroño, donde la estación de vigilancia de La Cigüeña señalaba el lunes que la calidad del aire era buena, el equipo de Gobierno municipal descarta, al menos de entrada, la exigencia del distintivo medioambiental de la DGT, un aspecto que sí contemplan, según ya han avanzado, ciudades como Ciudad Real, Vitoria o Santander.

A la espera de que un decreto nacional concrete los requisitos, el responsable de Desarrollo Urbano, Jaime Caballero, se muestra contrario a esta exigencia «una posibilidad más» que se puede incluir en las ZBE. Destaca que ya hay áreas en Logroño que ya tienen restringido el tráfico y a las que solo puede acceder el vecindario, vehículos de transporte público o de movilidad reducida, como el centro histórico, las Cien Tiendas, Teresa Gil de Gárate o Guardia Civil». «Es la medida de restricción por la que apostamos, porque no creemos en la limitación por etiqueta ambiental», afirma el concejal, que reitera que Logroño no tendrá en enero este tipo de prohibiciones. Espera que el decreto aclare si la restricción por etiqueta ambiental de los vehículos va a ser condición indispensable para cumplir legislación o bien otras medidas de calmado de tráfico van a ser válidas si se consigue el objetivo de reducción de emisiones.

 El equipo de Gobierno transita por otro camino y el  edil argumenta que Logroño se lleva preparando  tres años porque «todas las actuaciones que hemos realizado responden a un modelo de bajas emisiones» desde el momento en el que «hemos tratado de desincentivar el tráfico de paso y reducir su intensidad», pretensiones que persiguen las ZBE.

El responsable municipal de urbanismo recuerda que el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), que data de 2013, ya defiende la creación de supermanzanas, «algo en lo que nosotros también creemos y que pensamos que podemos ir ejecutando», 13 áreas pacificadas que podrán ser en si mismas zonas de bajas emisiones. 

Así, el próximo proyecto que  consolidará Logroño es un corredor que va a unir cinco áreas pacificadas para generar un pasillo de bajas emisiones entre la universidad y el centro histórico, que se inicia en La Villanueva, atraviesa la zona del Ayuntamiento, Madre de Dios, San José y concluye en el campus. En esta iniciativa jugará un papel importante el bulevar que anunció el alcalde en el Debate del Estado de la Ciudad, desde la plaza delAyuntamiento hasta la UR, que tendrá su efecto en las calles Cigüeña o Escuelas Pías para el que se han solicitado fondos europeos, cuya recepción, no es obstante, no será óbice para su materialización.

En el corredor se implantarán sensores ambientales de ruido y aire para medir la mejora de acuerdo a lo que pretenden las ZBE, informa Caballero, que insiste  en que la legislación ha de aclarar si se reconocen estas supermanzanas como ZBE o  bien,«además de los que estamos haciendo, hay que introducir la restricciones por pegatinas». 

El edil insiste en que si no se exige en el futuro decreto, Logroño no la aplicará porque la considera «socialmente injusta». «¿Por qué un Porsche Cayenne híbrido [se acerca a los 100.000 euros] va a poder circular por unas calles y un Seat Panda, que pesa menos y gasta menos, no va a poder entrar a esa misma vía porque sea más viejo?», cuestiona el concejal, que se extiende en el argumento con la reflexión de «quien no se pueda permitir comprar un coche no podrá acceder». Sobre este razonamiento, Caballero insiste las medidas que defiende el equipo de Gobierno, como la reducción del tráfico en el corazón de las áreas pacificadas donde pueda acceder «quien lo necesite, independientemente del coche que tenga».