"Mi ilusión es ver bicis en el bike park en julio de 2022"

Gustavo Basurto
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El gerente de Valdezcaray, Jorge Lladó, apuesta claramente por el circuito de ciclismo y otras actividades de montaña como complementos al esquí para asegurar el futuro de Valdezcaray

El gerente de Valdezcaray, Jorge Lladó, junto a una telesilla, en una imagen de archivo. - Foto: Ingrid

Jorge Lladó ha vivido un doble estreno al frente de Valdezcaray: el del 4 de febrero de 2020, cuando fue nombrado director gerente, y el pasado 4 de diciembre, con el regreso de los esquiadores, tras dos años en blanco por falta de nieve y la pandemia. La estación riojana mira al cielo con la esperanza de que la meteorología regale una buena temporada de esquí y pone la vista en un futuro como centro de deportes de montaña, con la bicicleta como gran complemento a la nieve y otras actividades que permitan dar rendimiento durante todo el año a unas instalaciones que dan trabajo, de forma directa e indirecta, a más de un centenar de personas, entre los seis trabajadores fijos, 25 fijos discontinuos, otros 10 o 12 eventuales y personal de las escuelas y la tienda de venta y alquiler de material.

Dos años sin esquiar, ocho temporadas sin poder abrir en el puente de diciembre. ¿El sábado 4 de diciembre brindaron en Valdezcaray?

Fue emocionante. No olvidaré los partes del tiempo que anunciaban para el 23 de noviembre 62 centímetros de nieve; nos lo creíamos, y al final nos dejó más. Después de dos años en blanco y lo castigado que ha estado el deporte del esquí por la pandemia, lo vivimos con gran emoción. Fue una contrarreloj para abrir el día 4 y los trabajadores se dieron una  paliza para dejar todo listo. 

El éxito de público acabó en problemas el pasado lunes, cuando las limitaciones de aforo por la covid obligaron a 1.500 esquiadores a darse la vuelta. ¿No se podían haber evitado esas molestias? 

El sábado tuvimos unos 1.600 esquiadores y el domingo, 800. Pero todos tenemos un pequeño meteorólogo en el móvil y todo el mundo vio que el lunes iba a ser el mejor día para esquiar. Esperábamos mucha gente, pero se dio la tormenta perfecta, porque Valdezcaray era una de las estaciones con mejores condiciones de la zona, ya que Alto Campoo tuvo algún problema y cerró a la una y Cerler no abrió ese día. El aparcamiento de la estación es un aforo natural, ya que ahora no se puede aparcar en la carretera, como en otros tiempos, para evitar problemas de una posible evacuación. Hay que cumplir a rajatabla los protocolos covid y dar el servicio a las más de 3.000 personas que compraron el forfait. La Guardia Civil cerró la carretera cuando se llenó el aparcamiento. Ya he pedido disculpas a toda la gente que no pudo acompañarnos ese día y les invito a que vuelvan otro día. Fue una sensación agridulce, pero somos una estación pequeña, con 21 kilómetros esquiables y 1.500 plazas de aparcamiento y ahora más que nunca hay que cumplir la normativa.

¿Y cómo resultó la jornada para los que sí lograron acceder?

Los más de 3.000 esquiadores que utilizaron las instalaciones ese lunes pudieron esquiar. Es cierto que hubo una fila larga en las taquillas de unos 45 minutos, pero una vez que llegaron a la cota 1.600 no esperaron más de 8 minutos en ninguna fila. Conseguimos dar el servicio, al igual que las escuelas de esquí y no pusimos en peligro a nadie. El protocolo dice que hay que hacer filas únicas, por lo que es más lento, y en el alquiler no podemos meter a más de 50 personas. Es una situación nueva a la que tenemos que acostumbrarnos y tener un poco más de paciencia. El aforo establecido al aire libre es el número de personas que quepan a metro y medio de distancia y aquí caben muchos miles. Hemos establecido el aforo natural de las 1.500 plazas de aparcamiento, que por tres personas de media son 4.500.

¿Están pensando en alguna solución para que no vuelva a ocurrir?

Estamos estudiando la posibilidad de poner un servicio de autobús e invitar a la gente a que llene los coches. Me gustaría que para los próximos días en que esperemos una afluencia muy alta poner un servicio de autobús Ezcaray-Valdezcaray, para esa gente que tendría que darse la vuelta pueda subir a la estación. 

¿Para cuándo el nuevo control de acceso con tarjeta?

La venta online la implantaremos cuando llegue el control de accesos, que está paralizado por una reclamación. Está adjudicado el contrato y debería estar implantado, pero la empresa que perdió el concurso puso una reclamación que paraba el procedimiento y hay que esperar a que se resuelva. Con ese sistema, cambiaremos el forfait de pegatina por una tarjeta que se carga desde casa y no tienes que pasar por taquilla. Otra medida que hemos tomado es adelantar media hora la apertura y abrimos taquillas y telesillas a las ocho y media en temporada alta. 

¿Qué perspectivas hay para las próximas fechas festivas?

En los últimos días (la entrevista se hizo el viernes) ha llovido, pero viene un anticiclón, que nos quita nieve, porque enfría por la noche y se queda dura y se transforma por el día y se evapora muy poca nieve. Creo que llegaremos a Navidad con buenas perspectivas.

La estación tiene cañones de nieve artificial. ¿No fue posible usarlos en momentos de poca precipitación?

Necesitamos dos cosas, o que precipite la nieve o que haga frío, y en los dos últimos años ni precipitó ni hizo frío, con lo cual no pudimos fabricar nieve. Para hacer nieve necesitamos una temperatura de dos grados y medio bajo cero con cien por cien de humedad y cuatro o cinco grados sobre cero con veinte por ciento de humedad. Con la balsa de agua que tenemos y el sistema de cañones podemos poner un metro de nieve en las pistas en seis o siete días de temperaturas bajo cero. 

La estación ha abierto esta temporada con reformas en el parking y en las cafeterías, un nuevo camión quitanieves y la nueva telesilla Corrales. Con todo esto, ¿cómo encara Valdezcaray su futuro?

En septiembre de 2020 nos adjudicaron el Plan de Sostenibilidad Turística de Ezcaray, que tiene una inversión importante para Valdezcaray. El objetivo es que la estación no dependa tanto de la nieve y desestacionalizarla ofreciendo todos los deportes de montaña que podamos. Lo que está funcionando en toda Europa y también en España es el bike park. Hemos visitado varios, entre ellos el de Vallnord, en Andorra, que funciona desde hace 15 años. Hay estaciones que facturan ya más con el bike park que con la nieve. La bicicleta va en auge. 

¿Cómo será ese bike park?

No se trata de tirarse a toda velocidad hacia abajo. Se sube la bici en el telesilla y los ciclistas bajan por senderos habilitados, desde verdes para principiantes hasta azules y rojos. Es muy divertido y la sensación es muy parecida a la del esquí, porque se buscan los giros con la bicicleta, ese flow que dicen los jóvenes. Gusta tanto porque es la sensación más parecida al esquí. 

¿Qué otras novedades se proyectan para dar uso a la estación todo el año?

Está prevista una tirolina y desarrollar todos los deportes de montaña que se nos ocurran para no depender tanto de la nieve. Por ejemplo, en la estación madrileña de La Pinilla, en 2020 tuvieron abierto el bike park en febrero, marzo y abril, porque les cuesta tres días en cambiar las instalaciones de nieve a bike park. Esto es un gigante que no puede estar parado, por la economía que genera en toda la comarca. Los visitantes que vienen a esquiar, compran, echan gasolina o comen en los restaurantes de la zona. 

 

O sea, el futuro de Valdezcaray vendrá de la mano de la bicicleta y otros deportes de montaña.

Los meteorólogos dicen que el cambio climático viene muy duro y asustan un poco, aunque seguimos confiando en que seguirá nevando. Pero nos hemos quedado varias temporadas en blanco y hay que buscar alternativas. La más demandada ahora es la bicicleta, aunque si surgen más deportes de aventura, como el parapente, trataremos de implantarlos, para que la estación tenga continuidad en invierno y verano.

¿Cuándo abrirá el bike park?

Mi ilusión es que en julio de 2022 estén las bicicletas rodando por Valdezcaray, pero topamos con la Administración y me preocupa no llegar a esos plazos. La idea es que en cuanto termine la temporada de nieve, al día siguiente estén las máquinas trabajando para construirlo.

¿Requiere mucha obra?

No. Es habilitar senderos que ya hay por la montaña y poner acoples en los telesillas para colgar las bicicletas. Habrá que hacer unos pequeños peraltes y ensanchar un poco los senderos, para que los ciclistas tengan esa sensación de flotar, que es lo que buscan. Llevamos más de un año trabajando en el desarrollo de los senderos, hemos contactado con todo el mundo del sector y han estado aquí profesionales que han diseñado circuitos en Vallnord y nos están asesorando. Estamos en el periodo de estudio y contratación.

¿Cuántos kilómetros tendrá?

El proyecto que más nos gusta plantea en la cota 1.600 una zona de calentamiento, con obstáculos, y un pequeño circuito pump track y luego dos pistas verdes y dos rojas. Y unir la estación de esquí con Ezcaray. La idea es poder subir a Valdezcaray, estar en el bike park, bajar hasta Ezcaray y volver a remontar a los ciclistas hasta aquí con furgonetas. Hay ya varios senderos naturales para descender desde la estación hasta Ezcaray, pero también a Pazuengos y Santurdejo o a Posadas y Azarrulla.  

 

Y la tirolina, ¿para cuándo?

Vamos a intentar ponerla este verano. Los proyectos están encima de la mesa; sabemos lo que queremos y dónde, pero es dinero de Europa y va por contratación pública, que lleva su tiempo.

¿Qué parte de la inversión del Plan de Sostenibilidad irá para todas estas innovaciones en Valdezcaray?

Alrededor de un millón de euros para el bike park, control de accesos, mejora de las instalaciones, la tirolina, el neveplast (pistas de esquí de material sintético) y el ski ratrack, que consiste en arrastrar a los esquiadores con las máquinas pisapistas, que está funcionando en Formigal y otros sitios.

¿Dónde se practicaría el ski ratrack?

Queremos explorar la cara sur del San Lorenzo, que pertenece a Mansilla. Ya tenemos los permisos de Mansilla para hacer las pruebas y estudiar su viabilidad. Esto nos daría ocho o diez kilómetros más de pistas y no hay que mover ni una piedra, con lo cual no hay impacto medioambiental.  Simplemente, bajarían los esquiadores y los remontaríamos con las pisapistas y un sistema de perchas. Este año, en cuanto podamos, haremos las pruebas e intentaremos empezar esta temporada. Es para esquiadores expertos, porque hay que tener cierto nivel.  Tengo ilusión en que va a funcionar, porque hay años que nieva del sur y en la cara norte no deja nada. En un panorama idílico, podíamos incluso estar abiertos aquí con bike park y en la cara sur con ski ratrack.

¿El público objetivo sigue siendo el de las comunidades vecinas o se quiere llegar más lejos?

La mayoría de nuestros clientes son riojanos y vascos y después los madrileños. No sabemos por qué no viene mucha gente de Burgos, de Navarra o de Soria, y nos gustaría que vinieran. Creo que ese turismo viene atraído no solo por la estación de esquí, sino por todo el valle, su entorno y la gastronomía. Se sienten muy a gusto, no solo en Ezcaray, sino también en Ojacastro, en Valgañón, Santo Domingo, Haro...Es una zona que atrae al vasco y al madrileño. Estamos viendo un aumento del turismo catalán y de la Comunidad Valenciana, que incluso ha superado al de Cataluña. 

Es decir, que Valdezcaray se aprovecha de la imagen de marca que tiene La Rioja como destino turístico.

Con la estación de esquí que tenemos y nuestra Comunidad podemos competir, porque poder esquiar, bajar a Ezcaray a comer o ir a Logroño a tomar pinchos por la Laurel y al día siguiente visitar el Museo Vivanco o San Millán es un paquete que no tiene nadie más. Las estaciones de esquí están en sitios alejados, donde el aprés ski está bastante limitado. Nosotros tenemos ese conjunto y en eso somos los mejores. La gastronomía, por ejemplo, es importantísima. Mucha gente nos elige por la posibilidad de comer en Ezcaray, aunque tengamos menos kilómetros esquiables que Formigal. A todas las estaciones de esquí nos da envidia el Marchica de Formigal, donde con el forfait estás invitado a partir de las cinco y media a una fiesta, y ahora todas intentan tener algo similar. Nosotros lo tenemos de forma natural; nuestro Marchica es Ezcaray.

El cambio climático es una amenaza grave. ¿Hay que alarmarse por el futuro del esquí en Valdezcaray?

Sí es preocupante, pero los franceses nos llevan quince años de ventaja y los andorranos diez en convertir sus estaciones en destinos turísticos de todos los deportes de montaña y ves que les va bien y hacen que funcionen todo el año; ¿por qué no vamos a ser nosotros capaces de hacerlo? Hay estaciones francesas con mucha nieve que facturan más en periodo estival que en invierno y nosotros queremos conseguir eso. 

¿Hay alguna estación de esquí en la que mirarse como ejemplo a seguir?

Vallnord, en Andorra. Lleva quince años explotando un bike park increíble. La gente que está trabajando en los diseños del bike park de Valdezcaray ha trabajado en Vallnord. En España, la pionera ha sido La Pinilla, en Madrid, y les va muy bien. En 2020, nosotros estábamos mirando al cielo y ellos abrieron para el bike park. Tenemos la confianza de que será el futuro de la estación.

¿Se pueden potenciar otras modalidades de esquí diferentes al alpino, como la travesía o el fondo?

Tenemos una pista natural de esquí de fondo, pero nunca ha habido aquí mucha afición. A hacer travesía viene mucha gente y cada vez más. Durante la pandemia, como no estaban abiertas las instalaciones, mucha gente se compró equipos de esquí de travesía. Irá a más.  

¿Y una zona de ocio para trineos de gente no esquiadora?

Dentro de las pistas, los trineos conllevan un peligro. Hay muchos accidentes y hemos recogido gente con lesiones bastantes graves con trineos o plásticos, más que con esquí. No lo potenciamos, por su peligrosidad.

 

Buena parte del Plan de Sostenibilidad Turística se centra en Ezcaray. ¿Eso atraerá más usuarios?

Sí claro. Dentro del Plan hay muchas mejoras para Ezcaray y para Valdezcaray y todo suma. Por ejemplo, hay una partida para rehabilitar senderos de naturaleza que pueden pasar por Valdezcaray. Además, este año organizamos la carrera Kilómetro Vertical, que fue un éxito. 

La competición genera afición. ¿La estación tiene condiciones para albergar pruebas de cierto nivel?

Hay un cambio en la Federación Riojana de Esquí. Ha entrado una nueva presidenta con la que tenemos muy buena conexión y a la que hemos puesto todas las facilidades a su disposición. Tienen aquí un habitáculo para ellos y les facilitamos el abono para que los corredores puedan entrenar sin problema en Valdezcaray. Los corredores, la Federación y los clubs son el reflejo en que todo crío quiere verse. Ponemos a su disposición lo que necesiten para que haya carreras y para que entrenen los competidores que representan a La Rioja en otras estaciones.