Dos de las nueve familias desalojadas han vuelto a sus casas

Bárbara Moreno
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El Ayuntamiento de Autol cierra grietas de las calles y tapa bodegas para evitar más movimiento de t

Bomberos ayudan a los dueños de la casa de Autol a sacar pertenencias

Dos de las nueve familias desalojadas por los deslizamientos en la ladera en la noche del viernes en Autol han vuelto a sus casas porque estos inmuebles no están afectados y no corren peligro. Otras cinco familias volverán probablemente en menos de 48 horas, y el futuro de otras dos es más incierto teniendo en cuenta que sus viviendas están mucho más afectadas. 

El viernes por la noche unos vecinos escucharon ruidos en el subsuelo, era el deslizamiento de la ladera del barrio de bodegas que provocó daños en algunas viviendas, en las calles, y el hundimiento de algunos calados. Desde el sábado por la tarde no se ha movido más el suelo, y el terreno permanece estable, según un equipo de geólogos y arquitectos que están trabajando en la zona.

Mientras unos miran hacia el subsuelo en el cerro de Santiago  de Autol por si pudiera repetirse algún movimiento más en la ladera de las bodegas, otro miran al cielo por si pudiera llover y crear más deslizamientos. Mientras tanto, desde el Ayuntamiento de Autol están cerrando las grietas en las calles sobre la ladera para evitar en primer lugar que el agua de las próximas lluvias pueda filtrar y entrar en las bodegas y el subsuelo, de la misma forma que se están tapando bodegas con plásticos para que no entre el agua durante estos días de lluvia.

Por otro lado, el servicio de agua de boca en  las viviendas de la zona está suspendido a la espera de comprobar que los deslizamientos de tierras no hayan creado ninguna fuga en las tuberías de la red pública. Y hasta ayer todo parecía que estaba bien. Pero la red de abastecimiento está cerca y prefieren esperar. De momento, la tubería municipal tiene carga de agua.

La alcaldesa de la localidad, Catalina Bastida, explicaba ayer a El Día de La Rioja que  de momento, y desde el mismo sábado por la tarde no ha habido corrimientos de tierras, pero todo dependerá de cómo se comporte el subsuelo en los próximos días con las lluvias.

Técnicos, arquitectos, bomberos y hasta geólogos estuvieron ayer durante toda la mañana verificando las casas desalojadas de las nueve familias para comprobar su estado. La alcaldesa recordó e insistió en que solo dos están dentro de las afecciones, «al resto se ha desalojado por precaución, y posiblemente en 48 horas estén todos alojados». 

De hecho, ayer por la noche, al cierre de este periódico, dos familias habían sido ya alojadas en sus viviendas. «Pero vamos a esperar un poco más por seguridad, por encima de todo, seguridad. Humanamente no ha pasado nada», reconoció la alcaldesa que aseguró que están a la espera de los técnicos para ver cómo van a proceder en las próximas horas. 

 «En el momento en el que se escuchó el primer ruido, nos pusimos a ello», aseguró Bastida, y en menos de una hora,  «a las doce de la noche estaba aquí todo el operativo y se acordó todo. Estuvimos toda la noche y todo el día expectantes de lo que iba pasando». «Y no ha habido movimientos en las últimas 24 horas y esto da mucha tranquilidad», consideró la alcaldesa que insiste en que están vigilantes. En especial vigilan  los testigos, a modo de estaca de madera que tienen colocados por toda la ladera y por los terrenos de alrededor por si hubiera grietas o algún movimiento más. 

Vecinos a por pertenencias.

Lo que parece claro es que dos de las viviendas tardarán aún en volver a ser habitadas. Son los vecinos de la casa de la cabeza de la ladera, y la de la parte inferior de la misma ladera. En especial la de arriba, porque tiene grietas en el suelo y se podría estar inclinando cada vez más. Probablemente esta casa no pueda ser habitada o tenga que ser reconstruida.  A sabiendas de esto, uno de los hijos del propietario acudió ayer a esta vivienda y con la ayuda de los bomberos estuvo sacando enseres de la casa en bolsas. Entre ellos había ropa, pero también recuerdos como marcos de foto. Precisamente el arquitecto de esta casa que fue construida aproximadamente hace 18 años acudió ayer a la zona cero y estuvo con otros arquitectos y técnicos en el patio de la casa.

Los habitantes de la otra casa que cuenta con parte de la ladera ya metida en su bodega también pudieron ir ayer por la mañana a la vivienda a sacar pertenencias y salieron con maletas. La alcaldesa explicó que precisamente en esta casa la propia ladera está empujando hacia la casa, por lo que sobre esta sí se podría trabajar ahora «porque hay que intentar retener la presión que ejerce el terreno».

Hace una década en esta localidad ocurrió otro movimiento de terreno, de hecho, hace siete años tuvieron que arreglar una calle por estos motivos. En la ladera pudo haber en su tiempo más de 25 bodegas, ahora quedan menos, y la mayor parte están en desuso desde hace décadas, lo que ayuda a que el terreno esté tan inestable.

ARCHIVADO EN: Autol, La Rioja