Día 29. El futuro empieza hoy

Pilar Cernuda
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El porvenir de muchos municipios y autonomías pasa por lo que los políticos hagan a partir de mañana, cuando empiecen a pactar sus alianzas de cara a la formación de los gobiernos

Día 29. El futuro empieza hoy

El resultado de las elecciones de hoy pueden teñir de azul o de rojo el mapa, pero que ese color sea definitivo dependerá de las negociaciones entre partidos que se tendrán que iniciar mañana. Sobre todo, las municipales, porque la ley electoral recoge que en el caso de la elección del alcalde, si en la primera votación no tiene mayoría absoluta el candidato que presente un partido o una coalición de partidos, en la segunda convocatoria será elegido el que encabezaba la lista más votada el día de las elecciones.

Lo que indicaban los últimos sondeos es que el mapa inicial será azul, porque ganará el PP en votos, pero lo que importa es gobernar, alcanzar el poder. Y, si no se dan mayorías absolutas, todos los partidos deben volcarse en negociar a su derecha y a su izquierda. El PSOE cuenta en principio con más siglas a su favor, las de toda la izquierda con la que Pedro Sánchez ha mantenido acuerdos de coalición o de legislatura como presidente de Gobierno. Al Partido Popular se le adjudica en cambio que solo tiene capacidad de llegar a pactos con Vox, a lo que se resiste Núñez Feijóo. 

Hasta ahora ha preferido mostrar tibieza todas y cada una de la veces que se le ha preguntado por Vox. Se ha remitido a los resultados de hoy antes de tomar las decisiones necesarias, pero es evidente que no le gusta el partido, aunque mantiene una buena relación con Santiago Abascal. Es evidente también que se siente cómodo ante el Ejecutivo de coalición alcanzado en Castilla y León, y que hará cuanto esté en su mano para buscar fórmulas que no dejen a los gabinetes regionales y locales del PP condicionados por las exigencias de Vox, en el caso de que el PP tenga mayorías suficientes como para negociar gobiernos.

El presidente del PP busca otras fórmulas. Públicamente ha expresado su deseo de que populares y socialistas lleguen a acuerdos para evitar así dar poder a partidos extremistas o independentistas como Vox, ERC, Bildu, Junts o Podemos. El problema para Feijóo y el PP es que parte de los españoles consideran una indignidad llegar a cualquier tipo de pacto con Vox, pero asumen sin embargo que se puede pactar, como hace Sánchez, con partidos como los mencionados, entre los que no se incluye Sumar, porque en estas elecciones no se presenta. Y su líder, Yolanda Díaz, no ha definido su posición final. Se ha hecho una imagen propia, el gesto de acariciar el rostro de sus aliados, pero en cambio no ha sido capaz de tomar una decisión respecto a qué quiere ser en las generales: si candidata de Podemos, a través de Sumar… o dejar fuera de Sumar al partido de Pablo Iglesias, Irene Montero y Ione Belarra.

¿Cambio de bando?

Feijóo tiene una buena relación personal con Íñigo Urkullu, incluso fue el único presidente de Gabinete regional al que invitó al congreso de Sevilla, aunque Urkullu no pudo asistir. El que manda en el PNV es Andoni Ortúzar, pero la opinión de Urkullu se tiene en cuenta y, además, en el PNV están muy contrariados con Pedro Sánchez por haber blanqueado a Bildu, que pisa los talones al PNV en el País Vasco. 

Un posible acuerdo entre el PP y PNV sería asunto para las elecciones generales, ya que hoy no hay elecciones en el País Vasco. Pero sí en Navarra, donde Sánchez y el PSOE tendrán que tomar postura. Es una región clave desde el punto político y social. 

En las pasadas autonómicas, UPN, en lista compartida con PP y Cs, ganó con amplitud en las urnas, pero desde Moncloa se promovió un acuerdo con Podemos y Geroa Bai -la marca navarra del PNV- y además contaron con el apoyo parlamentario de Bildu en ocasiones en las que no alcanzaban la mayoría necesaria para aprobar decisiones legislativas. La presidenta María Chivite ha asegurado en campaña que piensa repetir la misma coalición y no tiene intención de incluir a Bildu en su Gobierno. Pero habrá que verlo una vez que se conozcan los números del 28-M.

La baza de Collboni

Otra comunidad que centra la atención es Cataluña, sin elecciones autonómicas pero sí municipales. Para Sánchez es fundamental conseguir la Alcaldía de Barcelona, con un candidato, Jaume Collboni, que es el principal rival de Ada Colau… a la que apoya Yolanda Díaz. Es el nombre más fuerte de Sumar, el conglomerado de partido que tiene a Díaz como líder. Y también hay interés máximo por lo que ocurra en Valencia, donde Ximo Puig se bate con fuerza para impedir que el PP se haga con el mando autonómico, la Alcaldía de Valencia o las dos instituciones. Como se baten PSOE y PP para hacerse con las capitales de las provincias andaluzas, donde la lucha es a muerte en Sevilla.

El PP ha lanzado recados a partidos regionales. Teruel Existe no ha descartado la posibilidad de llegar a algún acuerdo con Feijóo, pero siempre que no pacte con Vox en Aragón. Puede ocurrir lo mismo con otros partidos similares en Cantabria y Castilla y León. 

A la mayoría de los ciudadanos,  estas elecciones les importan tanto o más que las generales, porque se elige a quienes les van a resolver los problemas más cercanos. En un alto porcentaje de casos, votan distinto que en las elecciones generales, conocen mejor a los candidatos y saben cuál es su nivel de fiabilidad y el compromiso con la ciudad o región que pretenden presidir.

Marcan tendencia

Para los dirigentes nacionales estos comicios tienen un valor extremo porque a pesar de que no siempre se vota igual en las municipales y autonómicas que en las generales, sí es cierto que marcan una tendencia que suele tenerse en cuenta cuando llega la hora de votar al futuro presidente del Gobierno central. En este caso, además las generales, están muy próximas, en diciembre como fecha límite, y tanto Sánchez, como Feijóo, Díaz y Pablo Iglesias -que es quien manda en Podemos- saben que del éxito de las negociaciones que se inician la semana próxima dependerá en buena parte de que mejoren o disminuyan las posibilidades de sus partidos en las generales.

Feijóo ha propuesto que se deje gobernar a la lista más votada, pero Sánchez no ha apoyado la idea, lo que da vía libre a Feijóo para maniobrar con quien sea necesario para tratar de alcanzar pactos de gobierno aceptables, pero que al mismo tiempo no perjudiquen las perspectivas del PP en elecciones futuras. Si llega a algún acuerdo con Vox, no aceptará las críticas del PSOE. Porque gobierna en coalición con la extrema izquierda de Podemos, tiene a PSOE y a ERC como socios y, además, él ha ofrecido un pacto a los socialistas para evitar gobiernos con partidos ultra.

Sánchez, por su parte, debe ser consciente de que en su partido muchos de los dirigentes están en desacuerdo con la coalición que ha formado, con que haya abrazado propuestas inauditas y radicales de Podemos, y con la España subvencionada que ha creado, en la que no se prima el esfuerzo ni se crean trabajos estables y bien remunerados, con una huida 'de la inversión extranjera y nacional por desacuerdo con las nuevas políticas fiscales, educativas, paritarias y de vivienda. Más la inseguridad jurídica. 

Ciudadanos puede desaparecer del mapa, pero el PP ha dado acogida a algunas de sus figuras más valoradas y está dispuesto a abrirse a quienes no consigan éxito los.

El día de hoy se va a vivir  con expectación máxima. Pero lo importante, lo que definirá a la España regional y local en los próximos años, dependerá de cómo negocien PSOE y PP desde mañana.