"Le daría un vino a Putin para que recapacite"

R.M.
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Carles Francino se adueña de las tardes de la SER abriendo su ventana a un amplio abanico de gente interesante «de la que no queda más remedio que aprender». La Rioja le inspira paz, algo que junto a la honestidad, echa en falta en el periodismo

Carles Francino. - Foto: Cadena Ser

Amante del vino y director del popular programa de radio La Ventana de la Cadena Ser, Carles Francino se traslada  mañana viernes hasta la biblioteca Almudena Grandes, en Logroño, para hablar de caldos de Rioja, de enoturismo, de gastronomía y de la Calle Laurel. Ingredientes todos ellos que conoce bien desde una perspectiva profesional, pero también personal.

No es su primera visita a La Rioja, ¿qué le inspira esta tierra?

Paz. Además he estado este verano con mi mujer unos días cerca de Logroño en un hotel rural con encanto y realmente La Rioja me inspira sobre todo paz. 

Decía Humphrey Bogart, que el mundo tiene tres vinos de retraso, ¿llevaba razón? 

No sé si tres, dos o uno, pero creo que la gente que no ha entrado en la cultura del vino. se está perdiendo algo en la vida.  

¿Con quién se iría de pinchos por la calle Logroño?

Con Mariola  Urrea, una profesora de universidad a la que conocí hace tiempo gracias a la radio y de la hoy soy muy amigo.  

¿A qué nombre propio de la actualidad internacional habría que darle esos vasos de vino de los que hablaba Bogart para que recupere la razón?

Claramente al presidente ruso, creo que es de vergüenza la que está liando. Un vino de Rioja bien afinado podría tener los efectos que deseamos todos.   

Ha sido tajante con el caso del Colegio Mayor Elías Ahúja. ¿Es una cuestión clasista? 

Es una cuestión clasista, machista y es una cuestión repugnante bajo la que subyace la cultura de la violación, la de considerar a las mujeres simples objetos  y receptáculos del placer de los machos. No es nada nuevo, pero espero que de la forma en la que se ha visto, sirva al menos de reflexión. Estamos ante un debate mal planteado sobre la necesidad de una correcta educación sexual y afectiva que no se da, que no tenemos y que es generadora de muchos problemas. Y si, es clasista, porque muchos de estos chavales que salieron como cafres ocuparán puestos relevantes y tendrán mujeres a su cargo. Es decir, una mierda.

Estamos, por tanto, ante un déficit educativo.

La educación es la respuesta a todo y siempre acudimos a ella para buscar soluciones. En el caso de la educación sexual lo dicen todos los estudios, que los jóvenes españoles tienen una educación sexual y afectiva muy insuficiente.  

¿Este país está condenado a no entenderse?

Quiero pensar que no, pero la historia nos dice lo contrario.  

Siempre queda en la retina un programa especial y hablamos ya de La Ventana, ¿cuál recuerda?

Muy recientemente recuerdo el día que regresé tras estar enfermo de covid porque es algo que me ha dejado huella y cuando me preguntáis por esto me viene todo a la memoria. Luego es verdad que tenemos la fortuna de hacer un programa por el que pasa tal cantidad de gente interesante que no te queda otra que aprender. 

¿Qué echa en falta en el periodismo actual?

Menos gritos y una mayor honestidad.  

¿Qué le gustaría ver a Carles Francino desde su ventana?

Me gustaría ver un país reconciliado consigo mismo. y no tan desigual.

¿España va bien?

España va bien en unas cosas, regular en otras y muy mal también en otras. No nos quedemos solo con la imagen y con el ruido diario que genera la política. España no es así. Esa España va bien en algunas cosas y necesita mejorar en otras. 

¿Qué pincho se tomaría por la calle Laurel?

Cualquiera que tenga carne. También me gusta el pescado, pero de pinchos cualquiera que tenga carne.

  

¿Blanco, tinto o rosado?

Todos, quizá en la lista de prioridades, el último sería el rosado. Yo soy de tinto, pero ya hace unos años que s ehacen buenos blancos y me estoy metiendo en este territorio también. De entrada tinto, pero los balncos muy cerca. 

¿Le ha dado vino para que recapacite a Putin, y del panorama nacional?

Juntaría a no menos de una docena de responsables políticos, económicos y judiciales y les invitaría a una cata.